Atrás quedó el tiempo en que el Brexit era una realidad sin consecuencias para el pueblo británico y el europeo. Ahora, tras el envío de la carta de salida de Theresa May al parlamento europeo, las primeras reacciones comienzan a suceder para ambos bloques, el británico y el de los 27 países que seguirán dentro de la unión.
En Berlín, Angela Merkel adoptó un tono sombrío pero conciliador: "Ciertamente no quería que este día llegara porque estamos perdiendo un estado miembro fuerte y muy importante para nosotros. Naturalmente, aceptamos la decisión democrática de los votantes británicos", aseguró.
Francois Hollande, presidente de Francia, señaló que la carta de May marca un día "sentimentalmente triste" para la Unión Europea, pero "económicamente triste" para Reino Unido. "No tenemos intenciones de castigar a Reino Unido por esta medida", aseguró.
Mariano Rajoy, presidente español, aseguró que, de aquí en adelante, su principal prioridad será "asegurarse de proteger a los inversores" que puedan verse afectados por la medida que tomará Gran Bretaña.
El ministro de asuntos exteriores, Bert Koenders, dijo que Gran Bretaña no obtendrá un mejor trato económico fuera del acuerdo, en comparación con lo que tiene siendo parte de la unión. Dijo a la BBC que no pretende un "divorcio agresivo" con Reino Unido, pero en su lugar uno en el que "las facturas se paguen y los ciudadanos sean tratados bien. "No puede uno llevarse su propia torta y comérsela, y creo que los británicos entienden esta frase", dijo Koenders.
En Bruselas, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, dijo que "no hay razón para fingir que este es un día feliz, ni en Bruselas ni el Londres. Después de todo, casi la mitad de los votantes británicos querían que siguiéramos juntos", aseguró.
Mario Centeno, jefe de gobierno en ese país, aseguró que "es un día histórico que marcará la entrada de Europa en un camino todavía desconocido. Espero que los ciudadanos europeos obtengan ventajas de esto".
El gobierno inglés señaló brevemente que proteger el proceso de paz de Irlanda del Norte y al mismo tiempo asegurar el área de tránsito común en la zona, están entre las principales prioridades de esa administración. Enda Kenny, primer ministro irlandés, dijo que "hubo muchas mentiras en esta campaña" y que "nos sentaremos a negociar del lado de los 27 países de Europa, que es la comunidad a la que pertenecemos".
"Hoy, la Primer Ministra llevará al Reino Unido sobre una colina y no sabremos dónde aterrizaremos. Escocia no votó por esto y nuestra voz ha sido ignorada", dijo la Primer Ministra Nicola Sturgeon, quien está impulsando un referéndum para abandonar Gran Bretaña.
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