Gabriel Pereyra

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Columnista

Nacional > El cerrojo de la seguridad

El comisionado parlamentario y su optimismo ante un cambio de modelo en cárceles

Juan Miguel Petit dijo que hay que terminar con la prisión e ir a un nuevo modelo
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17 de abril de 2016 a las 05:00
Si hay alguien que tiene una mirada esperanzadora sobre el futuro del sistema carcelario, ese es el comisionado parlamentario para las prisiones, Juan Miguel Petit. De orientación batllista, es abogado, periodista y fue director del ex Consejo del Niño.

Petit elogió los cambios que se produjeron durante la gestión del nacionalista Álvaro Garcé como comisionado y dijo que hay aristas negativas del sistema que han cambiado o están en camino de hacerlo, una afirmación que también hizo en su momento su predecesor.


La filiación política o afinidad ideológica de ambos es una señal de que el gobierno está abriendo la cancha en temas como el de las cárceles.

Petit dijo que hoy se denuncian los malos tratos policiales de una forma que antes no ocurría y se combate la corrupción policial. "Obviamente", dijo, "esto no implica que no puedan existir desbordes".

Es un hecho además que por la cárcel circulan no solo celulares sino también drogas, lo que en buena medida ocurre por inacción policial. No obstante, 170 personas fueron procesadas en 2015 por haber intentado ingresar droga a las prisiones.

Petit destacó que se han unificado criterios en las 28 cárceles que hay en el país. "Por ejemplo, en Florida los presos casi no tenían salidas al patio ni actividades porque una visión policial del asunto se lo impedía por cuestiones de seguridad. Hoy eso cambió, tienen actividades y no hubo ninguna crisis ni nada que se parezca", dijo Petit.
"Por ejemplo, en Florida los presos casi no tenían salidas al patio ni actividades porque una visión policial del asunto se lo impedía por cuestiones de seguridad. Hoy eso cambió, tienen actividades y no hubo ninguna crisis ni nada que se parezca", dijo Petit.
En esa línea de mencionar logros obtenidos dentro del sistema penal, informó que así como hasta 2009 –cuando vino a Uruguay el observador de ONU y lanzó duras críticas contra el sistema carcelario– casi no había médicos en las cárceles, hoy ASSE atiende a 6.763 presos de forma permanente.

Del suplicio del cuerpo a lo que se considera tortura

Petit señaló que se han empezado a clasificar los presos por sus características, aunque fuentes vinculadas al sistema dijeron que la clasificación que hace la Policía no tiene relación con el crimen cometido o si es primario, sino que se relaciona con el comportamiento dentro de los penales. Un doble homicida puede tener mejores condiciones que un rapiñero si se comporta bien dentro de la prisión.
Un doble homicida puede tener mejores condiciones que un rapiñero si se comporta bien dentro de la prisión.
Petit sostuvo que se le quiere dar a la política carcelaria una orientación técnica. "En sus orígenes la cárcel fue la del suplicio del cuerpo; luego la de la reeducación del alma, y a partir de 1955, a instancia de la ONU, se empieza a hablar de la defensa de los derechos humanos. En diciembre pasado la ONU pasó a considerar que más de 15 días de aislación para un preso se considera tortura", dijo el comisionado, y admitió que aún hoy en Uruguay hay aislamientos superiores a ese plazo.

Fuentes policiales dijeron que hay sanciones que alcanzan meses.

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"No debería haber oposición entre el rol policial y el rol del técnico educador o rehabilitador. Lo señala muy claramente la Constitución: la seguridad es para reeducar, para prevenir el delito. Seguridad sola, no tiene sentido. Educación sola, no es posible. O sea, una institución es un marco continente que debe asegurar una actividad educativa, integradora, un marco para lograr un fin al que debe servir y apoyar. Lo asegurativo y lo educativo deben dialogar y ser parte de un mismo movimiento hacia la integración social de las personas", dijo Petit.

Cárceles
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"La reforma está en un cruce de caminos: avanza hacia el desarrollo técnico y educativo o se queda", dijo Petit, para quien la participación de la familia del preso es fundamental.

La familia

"El preso tiene en la familia una ventana para el trabajo de integración. Acá vienen presos con historias tremendas que no son muy distintas de historias que vive gente que no es delincuente. Un amigo dice que el origen de todos los males es el desamparo y ese desamparo genera violencia, que si se le responde con violencia genera un círculo interminable", agregó Petit.

Dijo que el proceso del preso comienza fuera de la cárcel: "Gente joven con deserción educativa, insatisfacción laboral, que entra en una adicción, rotura familiar y de ahí al delito hay un paso. La cuestión es cómo romper esa lógica no solo dentro de la cárcel sino afuera, y por eso estamos tratando de establecer un registro de las familias de los presos para atenderlos también ahí".

Cárceles
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Cuando se habla "de cuáles presos son más bravos que otros, eso es relativo porque cuando no hay trabajo educativo todos somos bravos. No es romanticismo. En Salto, en Durazno, en centros de Florida, en Melo, en Punta de Rieles hay experiencias notables gracias a las actividades que se le ofrecen al preso".

Según el censo carcelario de 2012, un tercio de los presos se negaba a trabajar dentro de las cárceles.
"La cárcel requiere trabajo técnico. Una cárcel sin trabajadores técnicos es como un hospital sin médicos. Sin actividades todo se hace más difícil, entonces intervenir es más complicado y se genera un círculo de violencia", añadió.

"La pata educativa es fundamental. El trabajo con los hijos de los presos es vital también, porque son muchachos que ven desde chicos cómo la autoridad es alguien que lo dejó sin padre y ante eso van a reaccionar", dijo Petit, y añadió: "No se trata de mejorar las cárceles que hay sino ir hacia otra cosa, algo que no se parezca a una cárcel, pero eso es un desafío".
"No se trata de mejorar las cárceles que hay sino ir hacia otra cosa, algo que no se parezca a una cárcel, pero eso es un desafío".

Los muertos

"Se ha avanzado mucho, pero todavía falta mucho. Hace pocos días hubo dos internos muertos en módulos del Comcar. Fueron dos episodios muy tristes motivados por una convivencia tensa debido a la falta de actividades socioeducativas en el lugar. A menor densidad en la propuesta socioeducativa, más violencia. Adentro y afuera de la cárcel. A mayor propuesta educativa, menor violencia, adentro y afuera de la cárcel. Esto ya es cosa juzgada en todo el mundo. Creo que la nueva dirección del Instituto Nacional de Rehabilitación está trabajando en ese sentido y tiene la voluntad de continuar los buenos pasos dados antes. Ojalá con nuestras recomendaciones y planteos podamos ser de utilidad en este esfuerzo por consolidar algo que debería ser una política pública", indicó el comisionado parlamentario.

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