El costado roquero que sobrevive

Bluzz Live es uno de los ejemplo de más importancia. Ubicado en la esquina de Defensa y Daniel Muñoz. Es, según Mauro Correa -uno de sus dueños-, un local pensado “desde un punto de vista más de artista que de empresario”. Nació específicamente como un local para darle la chance a las bandas de presentarse en un lugar “profesional”. La idea, explica, es darle al músico todo lo que se pueda: todas las necesidades técnicas.

En Bluzz Live, “Tocar puede tocar cualquiera”, dice Correa. La sala hace producciones propias, coproducciones y también terceriza, con bandas que alquilan el lugar. A través de la página www.bluzz.com.uy, un artista interesado en tocar allí puede enviar sus datos para contactarse con los responsables de la sala. El perfil de los grupos que actúan suele ser rockuero, aunque Correa no lo quiere encasillar. “Me gustaría que a futuro se pudiera ampliar eso”, comenta.

En el extremo superior de la escala está La Trastienda, sucursal del escenario bonaerense del mismo nombre que se ubica en Fernández Crespo entre Cerro Largo y Galicia. Es un local que no está pensado para bandas chicas, con su capacidad para 780 personas, pero que de todas maneras es de gran importancia para la Montevideo actual, porque permite que grupos establecidos como No Te Va Gustar se presenten en la capital sin necesidad de realizar recitales multitudinarios.

Además, La Trastienda habilita la llegada de artistas internacionales incapaces de actuar en locales de mayor capacidad, como Ariel Pink, que vino el año pasado; y la presentación de otros artistas de un perfil diferente al de, por ejemplo, Bluzz, pero sin la convocatoria como para organizar un recital al aire libre, como el show que darán Martín Buscaglia y Kiko Veneno en marzo.

Aparte de estos lugares pensados exclusivamente para tocar música, existen otros que no tienen como fundamento los shows en vivo, pero en los que estos juegan un papel importante. Un clásico es The Shannon Irish Pub, ubicado en la Ciudad Vieja, en Bartolomé Mitre esquina Buenos Aires, que tiene presentaciones de bandas todos los días del año.

Gabriel Prieto explica que los shows son algo que va de la mano con la naturaleza del local. “Hay gente que va a ver el show y otros a disfrutar del pub”, dice Prieto. “Es parte del ambiente que generamos, no son conciertos”. Para que un grupo pueda actuar allí, debe contactarse a través de la página www.theshannon.com.uy; luego se chequea que el estilo coincida con el del local. El perfil de las bandas que tocan allí incluye desde country hasta música celta.

Uno de los más nuevos es Hendrix Music Bar, enclavado en Lavalleja esquina rambla, en Barra de Carrasco, apenas pasado el puente que divide a Montevideo de Canelones. Mitad restaurante-pub y mitad teatro, es un emprendimiento impulsado por dos músicos locales, Diego Martino y Marcelo Fontanini, vocalistas de Hereford y Snake respectivamente. Según Fontanini, está pensado para la comodidad del artista, pero no es puramente para ver un show. “Es un espacio cultural para los artistas nacionales, en una zona de Montevideo a la que le faltaba un poco ese tipo de movida”, comenta.

En Hendrix puede presentarse cualquier tipo de artista, aunque, como explica Fontanini, debe adaptarse al formato del local. “Es como un desafío para las bandas”, dice. Se combinan grupos más establecidos con otros emergentes como Green River. Para poder actuar en Hendrix, el artista debe comunicarse con Martino, Fontanini o con la producción vía mail, y mostrarles su material para que ellos decidan. No se reduce solo a música, sino que también incluye shows de magia, de teatro, monólogos, entre otras actividades.

En Luis Alberto de Herrera esquina 26 de marzo, una zona poblada de pubs, restaurantes y boliches, se localiza otro enclave en que la música en vivo tiene lugar: el restó Sacame el Maleficio. Ignacio Ibarra, uno de sus responsables, comenta que en general son el único lugar de la zona en el que se presentan shows en vivo. “Hay gente que entra por eso”, comenta. Sin embargo, la idea no es que la banda se preocupe de llevar gente, explica Ibarra, sino que eso sea un agregado al público del local.

Por ahora, en Sacame el Maleficio solo se hacen shows miércoles y jueves, pero se está buscando aumentar la propuesta. El perfil ha sido rock no contemporáneo y en inglés.

Estos son apenas algunos sitios, existen otros varios de distintos perfiles y estatus. Pero todos asisten al impulso del mismo concepto: que dentro de Montevideo existe una ciudad musical, más que nada roquera, que se ve desperdiciada y debería aprovecharse más.