El dilema entre verdad y justicia

"Memoria, verdad y justicia”. Esa es la consigna que los familiares de víctimas de la dictadura reclaman cada año. Piensan que solo conociendo lo que pasó en los años de represión estatal y enjuiciando a todos los culpables será posible pensar en dar vuelta la página.

Sin embargo, la izquierda está dividida al respecto. Algunos sostienen que pensar en lograr verdad y justicia al mismo tiempo es imposible. Por eso son partidarios de optar por conocer qué tipo de violaciones a los derechos humanos hubo en Uruguay durante la dictadura. Entre quienes piensan eso está el presidente José Mujica.

El hallazgo de nuevos restos de desaparecidos reaviva el debate en momentos en que el Frente Amplio lanza un nuevo proyecto de ley en busca derribar los obstáculos de la ley de Caducidad. Es que la mayoría de los sectores de la coalición de izquierda se niega a renunciar a que se haga justicia y prueba de ellos son las insistentes iniciativas presentadas para que cada uno de los presuntos responsables sea enjuiciado.

El presidente Mujica tiene otra posición y la ha hecho explícita varias veces. En 2009, en medio del proceso electoral que lo llevó a la Presidencia, Mujica detalló lo que pensaba sobre este asunto, sabiendo que se ganaría enemigos en la interna. Dijo que estaba dispuesto a conmutar la pena a los militares que digan la verdad sobre lo que sucedió.

”Que los que son responsables asuman y digan todo. Eso es lo que quiere la gente y si ese camino tuviera el precio de una conmutación yo sería capaz de recorrerlo”, dijo en declaraciones a El Observador publicadas el 18 de febrero de 2009 quien fuera uno de los líderes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), la guerrilla armada de los años 60 y 70.

“Esta es una opinión personal; de ahí a que el sistema político me acompañe, no sé. Pero no tengo empacho en reconocer lo que pienso, porque ser presidente no es ser Dios”, dijo el entonces candidato.

En silencio total, el gobierno de Mujica movió varios contactos en busca de nuevos datos sobre el paradero de detenidos desaparecidos. Con conocimiento del presidente, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Esmade), José Bonilla, ha realizado una ronda con militares de las distintas fuerzas con el objetivo de conseguir información, según informó El Observador en mayo.

Este tipo de acciones se llevan a cabo bajo la idea de que es muy posible llegar a la verdad, pero no con justicia al mismo tiempo. En esa línea están tanto Bonilla como el presidente Mujica. De hecho, el jerarca militar habló en forma pública de este asunto y fue sancionado por el Poder Ejecutivo por hacerlo. “Yo creo que nadie que sepa algo va a decirlo porque sabe que inmediatamente va a ir preso”, dijo el militar en declaraciones al diario Últimas Noticias.

Esas manifestaciones fueron realizadas en tiempos en que el Parlamento discutía el proyecto de ley interpretativo de la ley de Caducidad. Bonilla alertaba que esa iniciativa generaba “preocupación” entre los militares y dejaba entrever que no habría nuevos datos si la iniciativa legal para juzgar militares prosperaba. Eso fue antes que asumiera Fernández Huidobro como ministro de Defensa, otro tupamaro que defiende la línea de priorizar la verdad.

El nuevo secretario de Estado se ofreció públicamente para recibir información sobre el destino de los desaparecidos y anunció que está dispuesto a ir preso por desacato ya que no revelará ningún tipo de información a un juez que eventualmente se la solicite.

El ministro de Defensa Nacional realizó esas afirmaciones en entrevista con el periodista Gerardo Tagliaferro para el libro “Fernández Huidobro. De las armas a las urnas”. El semanario Búsqueda accedió a un adelanto de ese trabajo y publicó a principios de setiembre los planes que tenía en mente el dirigente tupamaro. Aunque fue categórico en los tiempos de campaña electoral, Mujica insistió ya como presidente que los mayores esfuerzos a su juicio hay que ponerlos en la búsqueda de datos certeros que lleven a nuevos restos. Al otro día que fracasó en el Parlamento el proyecto de ley interpretativo de la ley de Caducidad y la crisis interna del Frente Amplio era enorme, dio su posición.

“Yo creo que alguna respuesta se va a dar, y la respuesta que más me preocupa es a los familiares, que hace muchos años luchan para saber dónde están sus huesos queridos. Y eso el país lo tiene que suturar de alguna manera”, dijo.

Ayer, interrumpió su descanso luego de un viaje de 11 días por Europa y concurrió al predio para recibir la información sobre el hallazgo de restos bajo el gobierno de un tupamaro. “La procesión va por dentro”, dijo Mujica al retirarse.

José Mujica, cuando era candidato en febrero de 2009
“Que los que son responsables asuman y digan todo. Eso es lo que quiere la gente y si ese cambio tuviera el precio de la conmutación, yo será capaz de recorrerlo”