El fotoperiodismo y las nuevas tecnologías

Varias veces he hecho referencia en este blog al lugar en que nos sitúa a los fotorreporteros las nuevas tecnologías. No se trata de hacer un periodismo diferente o cambiar en nuestra actitud frente a la noticia. Las puertas que nos abren las cámaras digitales de todo tipo, los smartphones, la rapidez y los avances en las comunicaciones nos permiten en realidad hacer lo mismo pero llegar más rápido y por mas vías posibles a los lectores.

Ahora podemos fotografiar y filmar, tuitear las fotos y los videos en forma inmediata, subir las fotos de un gol en el estadio desde un portable, para que esté en la web de nuestro diario pocos minutos después. En la época de la fotografía química entre que un fotógrafo llegaba al diario, revelaba la película, se editaba desde el negativo con una lupa y se ampliaban o escaneaban las fotos para ser usadas en la diagramación podían pasar por lo menos 90 minutos si había que ampliar imágenes y 60 si se digitalizaba la foto desde el negativo. Hoy 15 minutos después que el fotógrafo llegó al diario las fotos fueron elegidas y enviadas a las páginas correspondientes.

¿Dejamos por todo esto de ser fotógrafos para pasar a ser otra cosa? No. ¿El no tener que depender de la técnica a la que nos obligaba la fotografía química trasforma a los periodistas que cargan una cámara en fotógrafos? No.

Así como un buen manejo de la sintaxis y la gramática no nos transforma a los fotorreporteros en periodistas tampoco convierte en fotógrafo de prensa a un reportero que cargue una máquina de foto.

Un buen ejemplo de cómo estas nuevas tecnologías nos acercan al lector es que muchos fotógrafos como Nicolás Garrido usan continuamente su Iphone para fotografiar y tuitear esas imágenes. Otros usan Flikr, Facebook u otras redes que permiten alojar y compartir imágenes.

El lunes 15 de octubre nos enteramos que el día anterior había habido un levantamiento de vecinos en el barrio Marconi, lo que aparentemente se inció con un intercambio de disparos entre la policía y gente de la zona había terminado con un muchacho muerto por balas de policías. Los vecinos indignados incendiaron autos que estaban en el lugar e incluso se detuvo un taxímetro que pasaba por allí, se hizo bajar al conductor y se prendió fuego también el vehículo.

Garrido llegó con un periodista y pensó primero en la inmediatez. Con su teléfono y usando Photosynth, un app que le permite hacer fotos panorámicas, sacó la foto que se transformó al otro día en tapa del diario y que obligó a modificar el diseño, alterando la tradicional contratapa y haciendo que la foto envolviera el diario, como lo muestra Simón Gómez en la foto que ilustra uno de sus post de esta semana. Pocos minutos después estaba subida en la web de El Observador.

La tapa del 24 de octubre tuvo un proceso similar. Un equipo del diario viajó cuando la tormenta era más fuerte a Piriápolis porque nos habían informado que allí el viento había golpeado más fuerte que en Montevideo.

Nicolás Garrido llevó una computadora para transmitir fotos desde el auto pero cuando se enfrentó a la rambla inundada sacó con su cámara Nikon y con su celular. Transmitió la foto que tomó con su Iphone a la web aunque hubiera podido hacerlo desde el auto, pero 15 minutos más tarde. La inmediatez marca el ritmo de la información en la web. Fotógrafos de prensa y periodistas estamos obligados a entender la diferencia de tiempos. En el diario impreso la información tendrá otra profundidad y otro ritmo. Pero un día después.

Para aquellos que les interese realizar fotos panorámicas un par de consejos. En la red hay varios programas gratuitos disponibles. En lo personal uso Image Composite Editor (ICE) de Microsoft (¡sí, es gratis!) porque es muy fácil de usar y se logra rápidamente un muy buen resultado. Saquen las fotos verticales haciendo que la siguiente imagen se monte un tercio por lo menos sobre la zona de la foto anterior. Tengan en cuenta que la foto resultante va a acumular la información de cada foto. Por lo tanto la imagen final puede ser enorme.