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El gabinete para la "salvación"

El equipo de gobierno del nuevo presidente de Brasil tiene nombres conocidos y otros no tanto, pero ya encendió focos de polémica por su exclusiva composición masculina y los antecedentes de sus miembros
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14 de mayo de 2016 a las 05:00
Un nuevo juego de ajedrez político comenzó en Brasil. Michel Temer ya desplegó sus piezas sobre el tablero, con las cuales buscará poner orden en el gobierno y garantizarse así la credibilidad necesaria para que esta primera etapa de su mandato interino sea lo más exitosa posible, tras estar años en busca de la oportunidad de trascender. Para eso se valdrá de un gabinete enteramente masculino, amigable para los mercados y no exento de polémica.

Los aplausos del sector comercial brasileño se basan en las designaciones del expresidente del Banco Central Henrique Meirelles, un ortodoxo que ha trabajado en la banca internacional, como el nuevo ministro de Hacienda; y del economista José Serra, exgobernador de San Pablo, que estará al frente de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, ya se elevaron fuertes críticas por la ausencia de mujeres y de afrodescendientes
–estos ultimos constituyen el 53% de la población brasileña– y porque siete de los 22 ministros están en la mira de la operación Lava Jato, la investigación sobre el fraude a la estatal Petrobras.

Los ecologistas también han puesto el grito en el cielo por la designación de Blairo Maggi, un poderoso terrateniente conocido como el "rey de la soja", como ministro de Agricultura y Ganadería, a quien acusan de favorecer la tala ilegal de árboles y la deforestación de la selva amazónica.
El gobierno "de salvación nacional" de Temer está en marcha y sus principales caras ya comenzaron a incidir en el tenso clima político que se vive en el país.

El pitbull de Temer

El flamante presidente interino tiene su propio guardián en el gabinete: Alexandre de Moraes, el nuevo titular del Ministerio de Justicia. A De Moraes lo precede su reputación, ganada sobre todo cuando ejerció el cargo de la secretaría de Seguridad de San Pablo. Durante esta etapa, el novel ministro fue muy criticado por la continua represión a los movimientos sociales cuando se manifestaban.

Este abogado de 48 años, que también es profesor de derecho constitucional, es conocido por implementar una línea muy dura en sus decisiones, al punto de que fue denominado como el "pitbull" de Temer por el diario económico Valor, además de agregar que será "la estrella de la constelación de derecha que comenzará a gobernar el país". Según el propio De Moraes, la amistad con el nuevo presidente de Brasil se remonta a casi 20 años atrás.

Al frente del ministerio, De Moraes tendrá a su cargo la Policía Federal, que tiene un rol clave en la operación que investiga Petrobras. Gracias a la reorganización ministerial que impulsa el presidente interino, el Ministerio de Justicia también tendrá a su cargo las carteras de Mujeres, Igualdad Racial y Derechos Humanos.

Su nombramiento a la cabeza de Justicia ha levantado intensas opiniones en Brasil, con varias columnas y notas de prensa que recuerdan su paso por la secretaría paulista, mientras en las redes sociales llueven comentarios llamándolo "autoritario" y hasta "Robocop". Sus métodos llegaron, incluso, a ser cuestionados por la ONG Amnistía Internacional. Según el reconocido Foro Brasileño de Seguridad Pública, la Policía del San Pablo es por lejos la que más homicidios comete en sus operaciones contra el crimen en comparación con sus pares de otros estados brasileños.

Un canciller experiente

José Serra, el canciller de Temer, tiene una vasta experiencia en el poder brasileño y esta designación lo sitúa en un puesto importantísimo, ya que será clave para la restauración de la reputación de Brasil en el mundo.

Senador hasta este momento, este economista exiliado en varios países durante la dictadura militar brasileña fue elegido diputado en 1986 e integró la Asamblea Constituyente que redactó la carta magna vigente. En 2002 se presentó como candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del cual es uno de los fundadores, a la Presidencia, pero fue derrotado por Lula da Silva. En 2010, fracasó nuevamente en las urnas, esta vez ante Dilma Rousseff. Ahora, la destitución de su último verdugo le ha abierto las puertas al gobierno brasileño.

Con su compañero de partido Fernando Henrique Cardoso como presidente de Brasil, Serra había asumido su primera cartera en 1995, cuando fue nombrado ministro de Planificación. Su periodo más recordado en Brasilia, sin embargo, fue al frente del Ministerio de Salud, donde implementó importantes programas contra el sida. Luego de perder contra Lula, este político de temperamento explosivo fue elegido gobernador de San Pablo.

"Estoy a favor del impeachment sin ninguna alegría, ninguna conmemoración. La destitución es un proceso largo, penoso, causa sufrimiento personal, produce hasta alianzas extrañas, representa una casi tragedia para el país", dijo desde el estrado de votación en la madrugada del jueves.

De nuevo en el hábitat

Henrique Meirelles ya sabe lo que es asumir el mando para calmar a los mercados. El nuevo ministro de Hacienda tendrá al frente el desafío de levantar a Brasil de uno de los peores momentos de la economía nacional, enterrada en una recesión que amenaza con apretar el cepo más y más.

A su vez, la inflación anualizada se acerca a los dos dígitos y el desempleo registró de enero a marzo su peor resultado desde 2012. Sin embargo, los ocho años al frente del Banco Central durante la presidencia de Lula sumados a su amplia experiencia en el sector financiero dotan a este ingeniero y administrador de 70 años de la experiencia política y capacidad técnica para enfrentar el huracán económico actual.

La prioridad de Meirelles será impulsar el ajuste fiscal que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff trató de llevar a cabo pero que chocó con un Congreso en rebeldía, que terminó impulsando su destitución. Pero para ello deberá tomar varias medidas que podrían resultar impopulares y arrastrar consigo la imagen de un Temer que ya no goza de buena reputación entre el electorado brasileño.

En aquel momento al frente del Banco Central, Meirelles acababa de ganar un escaño en Diputados, al que renunció.

"Vuelvo a mi hábitat, que es el mercado financiero. Renuncio a mi pequeña carrera política", dijo entonces. Ahora, Meirelles regresa a su lugar nuevamente, para buscar una recuperación económica urgente para Brasil.

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