“El” Huffington Post busca público latino

El nuevo portal, cuyo lanzamiento está previsto en el primer trimestre de 2012, apuesta a reunir la experiencia editorial del matutino español, con la innovadora mezcla que hace The Huffington Post de informaciones originales, agregador de noticias, foro de comentarios y herramientas dinámicas de participación, así como una activa plataforma para blogueros de todas las esferas de la vida pública. Más allá de la polémica, es quizá el proyecto que involucra a las noticias más importantes en cuanto a repercusión de toda la historia de internet. En estos momentos recibe 12,3 millones de visitas únicas por mes.

No es la primera vez que el blog surgido en 2005 y devenido en fenómeno comunicacional da un paso como este. De hecho, en mayo de este año lanzó un portal para Canadá, en julio una edición para el Reino Unido y en octubre otra en Francia en sociedad con Le Monde y Les Nouvelles Editions Independants.

Antes de eso, The Huffington Post tuvo una impactante irrupción entre los sitios web de los diarios norteamericanos, algunos cambios de estrategia y un rápido crecimiento que incluso logró seducir a American Online (AOL), que pagó US$ 315 millones para adquirirlo.

No en vano, la presidenta del innovador medio, Ariana Huffington, es considerada una de las comunicadoras más influyentes de Estados Unidos. Ya en 2008, una viñeta de la prestigiosa revista estadounidense The New Yorker la mostraba estrangulando a un hombre disfrazado de periódico. Y eso que todavía no habían ocurrido todos estos avances a su favor. Su proyecto periodístico, nacido en y para internet, parece lejos de encontrar el techo aunque también cosecha varias críticas.

Conocido como referente del nuevo boom del manejo de las noticias en tiempos en que las grandes estructuras de costos no funcionan en internet, el “HuffPo” se ha convertido en el elemento preferido por las grandes corporaciones como AOL para manejar las noticias del día a día. ¿El secreto? La confianza del lector en el ejército de blogueros (más de 5.000) que añaden comentarios y enfoque propio a las notas que se refritan de los medios más masivos.

Los editores de este portal –en total trabajan unos 88 en las oficinas de la empresa– no son solamente piratas noticiosos, sino también curadores, seleccionadores que ordenan la información y la jerarquizan. La confianza en ese criterio, aplicado por Huffington desde sus inicios, es el que parece legitimar al sitio al que apenas supera el New York Times en cuanto a número de visitas. Algún mérito más allá de la mera idea es aplicable a la fundadora, que como editora de contenidos tiene la mejor reputación de toda la red.

Aunque, por supuesto, sin los verdaderos generadores de contenidos, ejemplos como el Huffington Post no existirían. El mérito de Huffington fue darse cuenta de que la información por sí sola no bastaba para generar más tráfico en los sitios de internet, y que la mirada sobre la noticia sí tenía un valor para el lector si el bloguero es bueno.

Esto no exime a la polémica. Los cuestionamientos más frecuentes están entre los periodistas más tradicionales que ven con malos ojos que su modelo esté basado principalmente en agregar contenidos de otros y en el hecho de que se aproveche del trabajo voluntario de blogueros a quienes no se les paga, y que acceden a que se los publique gratuitamente por el mero hecho de salir en uno de los sitios más visitados de su país.
Habrá que ver si la millonaria fórmula suya se repite fuera de Estados Unidos.