El lujo ahora es no tener internet

Un interruptor plateado junto a las camas del balneario Villa Stéphenie en Baden-Baden, Alemania, activa un panel de cobre en las paredes para bloquear todas las señales inalámbricas de internet.

"Es como un interruptor de la luz", explica Frank Marrenbach, el consejero delegado de Oetker Collection, que también gestiona Le Bristol en París, el Hotel Du Cap en Cap d'Antibes y que abrirá el hotel Lanesborough, tras efectuar reformas, en Londres en julio.

Hasta el momento, la mitad de sus huéspedes han optado en algún momento del día por apagar internet. La oferta puede parecer extrema, ya que bastaría con apagar los dispositivos conectados para conseguir el mismo fin. Pero Chris Baréz-Brown, un autor especializado en el equilibrio entre el trabajo y la vida, explicó que la mayoría de nosotros no somos capaces de controlar nuestros impulsos a echar un vistazo a nuestras pantallas.

"No se nos da bien controlar nuestro comportamiento", explica. "Basta con fijarse en el alcohol, los cigarrillos, las bebidas azucaradas, la televisión o los videojuegos", agrega.

Formas de desconexión

"Vamos a presenciar muchas más ideas como esta. Habrá zonas en las que la gente desconecte, muchas más empresas sugerirán que en determinados momentos del día la gente no mande correos electrónicos, etcétera. Hay muchos estudios que sugieren que la multitarea nos está volviendo superficiales", dice Baréz-Brown.

Marrenbach explicó que aparte de los paneles de cobre, sus habitaciones contaban con un revestimiento especial para bloquear "el 96%" de las señales inalámbricas. "No importa lo que haga tu vecino, si se apaga el interruptor no hay recepción alguna", asegura. El ejecutivo vaticinó que la tecnología sería habitual en los hoteles de lujo en el plazo de cinco años.

Ningún otro hotel ha llegado a ese extremo, pero muchos sopesan cómo ayudar a sus huéspedes a relajarse en un mundo conectado permanentemente. InterContinental Hotels Group explicó que sus hoteles de negocios, como la cadena Crowne Plaza, ofrecen aromaterapia y grabaciones de un experto en sueño.

Marrenbach indicó que muchos de sus huéspedes, que pagarán 1.115 euros la noche por un paquete en el Villa Stephanie este verano, llevaban años sin desconectarse. "Todos necesitamos aprender más sobre cómo abordar esta situación de una forma saludable", advierte. "En los años 50, a nadie le molestaba que se fumase porque todo el mundo fumaba. Ahora, cuando se ve a gente fumando, parece algo vulgar".

Y añadió: "No es un signo de elegancia mirar de forma constante los mensajes entrantes. No es inteligente, sino estúpido. Lo inteligente es dedicarle tiempo cuando es el momento de hacerlo. Lo inteligente es leer las cosas con profundidad".