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El miedo de ser inspector

Intendencias aseguran que se necesita el doble de inspectores para hacer cumplir “a rajatabla” la nueva ley de tránsito en un contexto de creciente violencia contra ellos
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16 de diciembre de 2013 a las 18:12

El cumplimiento a “rajatabla” de la Ley 19.061 sobre Normas Varias de Seguridad Vial necesita, al menos, del doble de inspectores de tránsito de lo que actualmente disponen las intendencias si no se crea rápidamente una Policía Nacional de Tránsito como reclama el Congreso de Intendentes.

Algunos cuerpos inspectivos, como el de Treinta y Tres, precisan el triple de su plantilla. Aún así, su director de Tránsito, Raúl Apogliese, dijo a El Observador que estarían “al límite” de la capacidad operativa que requiere una norma que multiplica las infracciones. “Treinta y Tres no es muy poderosa económicamente; no podemos tomar gente a diestra y siniestra”, explicó. El mismo argumento fue dado por sus colegas de todos los puntos del país.

En Montevideo hay 220 inspectores y se calcula que debería haber 500. En Canelones hay 97 y debería haber 180. Los directores de tránsito de Rocha (donde hay 100), San José (25), Florida (13), Durazno (17), Río Negro (40), Tacuarembó (18) y Treinta y Tres (11) coincidieron en que si no se crea la Policía Nacional de Tránsito, tienen dos alternativas: o contratan el doble o más de personal inspectivo, o no se podrán ceñir a la norma que terminará de ser reglamentada antes de fin de año. El resto de los departamentos no tiene estimado su número “ideal” pero se sabe que su plantilla está por debajo de la cantidad suficiente.

Juan Martín Álvarez, director de Tránsito de San José, dijo a El Observador: “Compartimos el espíritu de la ley, pero nos plantea la dificultad de nuevas infracciones y no vamos a disponer de nuevo personal”.

Así también se expresó su colega de Soriano, Carlos Rodríguez: “Si hay que aplicar la ley a rajatabla, ningún departamento está en condiciones de hacerlo”.

El director de Contralor de Canelones, Álvaro Suárez, opinó que si entra en escena el policía de tránsito, los inspectores podrán abocarse a las tareas de prevención. “Pero si se atrasa su implementación (a nivel nacional), vamos a tener dificultades para parar la epidemia de la siniestralidad” y también para frenar la violencia contra los inspectores.

Medidas de seguridad
La creciente agresividad de los conductores contra los inspectores de tránsito ha llevado a que las intendencias adopten medidas para garantizar la seguridad de sus funcionarios. Una de ellas es la filmación de todos los procedimientos. “Es el show del insulto”, ilustró Walter Zimmer, intendente de Colonia, sobre lo que capturan las cámaras.

Hace poco los inspectores de la Intendencia de Montevideo (IMM) comenzaron a utilizar esta herramienta. El dirigente de Adeom Riquen Bonfiglio dijo a El Observador que es pronto para evaluar si sirve como elemento disuasivo. También se les ha dado celulares a todos para mejorar las comunicaciones.

Operativos conjuntos con la policía –ya sea con la Policía de Tránsito o con la correspondiente Jefatura– fue el primer paso hacia la seguridad del inspector en especial para los controles de alcoholemia, antipicadas y requisa de motos en condiciones irregulares. En Artigas y Canelones se prefirió la mano más dura y reciben el apoyo de la Guardia Republicana.

Esto ha sido determinante para Canelones. “Las situaciones de conflicto eran permanentes. No hemos tenido más desde el convenio con la Republicana. (El inspector) se para al lado y va tranquilo”, manifestó el director canario.

Con este apoyo, en ocho meses se han requisado más de 1.500 motos. El efectivo de la Guardia Republicana es el que persigue al infractor que se da a la fuga porque, además, tiene mejores vehículos. “Si eso lo hace un inspector, como está la cosa, le dan un cuetazo”, afirmó Suárez.

Su colega de Paysandú, Jorge Bartaburu, coincidió en que la escalada de violencia contra los inspectores ha venido de la mano de los “ratatá”: jóvenes motociclistas que “arremeten” contra los funcionarios para atropellarlos o tirarlos de las motos.

El director de Movilidad Urbana dijo a El Observador que tiene pendiente una reunión con el jefe de Policía para que –se contratan entre dos y cuatro por fin de semana– “persigan a estos muchachos” puesto que se limitan a la incautación de motos robadas. Paysandú tiene 32 inspectores. “Necesitamos al menos 50 funcionarios más, y necesitamos más policías”, agregó.

Trabajo de riesgo
Montevideo ostenta el caso más grave de violencia contra un inspector. Luis Alberto Medina fue asesinado por el conductor del vehículo que iba a llevarse con el guinche en enero de 2000. Recibió dos disparos en el pecho. Otro inspector tiene un fragmento de bala incrustado en el cuello y perdió casi la audición de un oído.

En setiembre de 2012, un camión que trasladaba a un grupo de inspectores de Durazno recibió cinco disparos por parte de tres adolescentes que iban a pie luego de un operativo de requisa de motos en infracción (ver apunte).

También hay inspectores atropellados, golpeados, fracturados y amenazados con armas. Un joven de 25 años que fue arrollado por un conductor alcoholizado a principios de 2013 en la capital no pudo volver a trabajar por la lesión que sufrió en un pie. Hubo casos similares en Rocha y Paysandú.

Inspectoras de Maldonado han sido “bajadas de un piñazo” de la moto y, como relató el director de Movilidad Ciudadana Máximo Oleaurre, “le han seguido dando patadas en el piso”.

En ese departamento hay “amplias zonas” en las que los inspectores no entran porque “los apedrean o los hacen caer de las motos”. Y agregó: “La instrucción que le damos al inspector es que tiene que bancarse psicológicamente una agresión, pero si te dan un piñazo, no hay psicología que te valga”.

El propio Bonfiglio recibió un golpe de puño de un conductor al que se le guinchó el auto. “En el interior es peor porque todos conocen donde vive el inspector”, afirmó. En Flores, un infractor rompió los vidrios de la casa del funcionario.

El intendente de Florida Carlos Enciso señaló a El Observador que los inspectores reclaman “salir de a dos” por seguridad pero solo con 13 funcionarios es imposible. Y menos con la ley 19.061 en el horizonte (ver Ley irreal para el interior). “Deberíamos, al menos, duplicar la cantidad de inspectores”, aseguró.

En Canelones, Paysandú y Soriano ya no andan solos; aunque sea en operativos de rutina. En Flores, se tomó la decisión de que las mujeres no trabajen solas, luego de varias agresiones. En Soriano dejaron la moto durante la noche. Se patrulla en camioneta y con guardia policial. Esta comuna contrata dos efectivos 222 y un policía ejecutivo cada fin de semana y un 222 entre semana. El director de tránsito Carlos Rodríguez explicó que algunos procesamientos por incidentes en los últimos años han reducido los ataques físicos.

Un agente respetado

lll La Intendencia de Salto logró lo que para otros departamentos parece imposible: el prestigio del inspector de tránsito. Un trabajo sobre los procedimientos operativos que incluyó capacitación en comunicación y manejo de situaciones críticas cambió la opinión de la ciudadanía respecto al inspector. Esto ha conseguido que no se haya registrado ningún hecho de violencia en su contra en la actual administración; más allá de algún insulto esporádico. “Asumieron una actitud más preventiva y ordenadora del tránsito”, explicó el director de Tránsito José María Aguirre. Asimismo, el cuerpo inspectivo ha trabajado en distintas instancias de educación con más de 7 mil personas este año, desde escolares a cuidacoches. Un reclamo de Adeom es una comisión de “protección de la función” y una campaña pública que contribuya al prestigio del inspector tal como se hizo en Salto.

Reseña de agresiones

MONTEVIDEO
En enero de 2000, el inspector Luis Alberto Medina fue asesinado por el conductor de un vehículo mal estacionado. El hombre le disparó dos veces con un arma calibre 357.

DURAZNO
Un camión que trasladaba a inspectores recibió cinco disparos por parte de tres adolescentes. El hecho sucedió en setiembre de 2012 luego de un operativo de requisa de motos.

MONTEVIDEO
Un inspector fue atropellado por un conductor alcoholizado este año. Sufrió fracturas expuestas de tibia y peroné y una lesión permanente en un pie. No pudo volver a trabajar.

PAYSANDÚ
En un fin de semana de abril de 2012, una bomba molotov fue tirada contra la oficina de Tránsito, cinco inspectores fueron agredidos y se atentó contra una camioneta oficial.

FLORES
Se han registrado lesiones y fracturas entre el cuerpo inspectivo. Hubo intentos de atropellamiento. A un funcionario le rompieron los vidrios de su casa.

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