Las prendas de Ramona muestran una gama de colores poco común en el mercado del tejido artesanal local

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El regreso de la lana natural

Cada vez más diseñadores se vuelcan a la lana merino y al tejido a mano, acercando nuevas formas y colores a la tradicional materia prima nacional
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30 de julio de 2017 a las 05:00
En un país donde había 26 millones de ovejas hace 30 años y ahora solo quedan 8 millones, la lana es protagonista de un proceso de revalorización de la mano de emprendedoras, casi todas mujeres, que le dan formas nuevas a la tradicional fibra nacional y seducen al cliente que no solo busca la calidad y belleza, sino también la historia detrás del producto.

Más allá de ser suave, cálida y abrigada, la lana tiene como diferencial la sensación que provoca en quien la viste. Como permite la respiración, el cuerpo no transpira como cuando usa una fibra sintética; su superficie absorbe menos la suciedad y los olores, su elasticidad hace que sea difícil de que se rompa, y por estas razones es que algunas prendas pura lana pasan casi inmaculados de generación en generación.

Según los referentes consultados por El Observador, ahora se elige la lana "de verdad" hasta para tejer por hobby. Hace dos años, la marca pionera Manos del Uruguay solo ofrecía lana hilada en comercios de Estados Unidos y en el mercado local se limitaba a vender prendas y telares prontos. "La gente solo consumía hilados muy baratos, acrílicos, y nuestros precios quedaban muy despegados", explicó Cecilia Lalanne, diseñadora de Manos del Uruguay, quien explicó que actualmente sus fibras despiertan más interés y por eso comenzaron a ofrecerlas en la plaza local. "Ahora entienden la diferencia", agregó.

Uruguay siempre fue exportador de lana a mercados donde la utilizan para producir prendas o tapices que buscan alcanzar los mayores estándares de calidad. Lo que cuesta creer en un mundo ultra industrializado y seducido por la cultura de la inmediatez, es que siguen existiendo artesanas, cooperativas y empresas que viven del tejido a dos agujas; y que sus productos son comercializados en comercios de la 5ta Avenida de Nueva York o en París con grifas de alta gama.

A mano

Ramona Lana
Laura Almeida, fundadora y diseñadora de Ramona
Laura Almeida, fundadora y diseñadora de Ramona

Un saco o suéter que suele costar más de $ 4.000 tiene su razón de ser: el proceso de producción y la materia prima lo justifican. Si es lana merino, más suave, un buzo o poncho puede requerir más de mil pesos sólo en material. Para que su precio sea competitivo en el mercado, le debería insumir a la tejedora artesanal no más de entre 15-20 horas.

"Todavía seguimos trabajando mucho para que la gente entienda que la lana es más cara que un producto derivado del petróleo o de reciclar botellas. Todavía nos cuesta. Pero el consumidor lo está valorando más", contó Lalanne de Manos del Uruguay.
"Todavía seguimos trabajando mucho para que la gente entienda que la lana es más cara que un producto derivado del petróleo" Cecilia Lalanne Diseñadora de Manos del Uruguay
Esta marca comenzó hace casi 50 años tejiendo con lana corriedale, de la raza de ovinos que lleva el mismo nombre, que al ser gruesa puede provocar picazón. Pero actualmente Manos sigue la tendencia de la mayoría de los tejidos de diseño que recurren al merino, también de una raza omónima, cuyo costo dobla al corriedale. "Los clientes de exportación querían hilados más suaves y más livianos y surgió la alternativa de usar la lana merino", explicó Lalanne.

Como Manos del Uruguay, Ramona o Ruralanas, con base en Young, la mayoría de los emprendimientos de este sector trabajan con tejedoras artesanales del interior del país, un oficio que no abunda.
"Como ya no hay fábricas que le den trabajo a las tejedoras, por ahí prefieren tener un almacén", explicó la fundadora de Ramona, Laura Almeida, quien trabaja con una artesana referente que nuclea a otras para tejer.

Manos del Uruguay y Ruralanas nacieron como fundaciones para dar trabajo a la s tejedoras. La primera funciona en cooperativas que suman un total de 200 tejedoras y la segunda de unas 100.

La propia necesidad económica volcó a mujeres desempleadas a tejer, algunas de regreso a esta tarea y otras por primera vez. "Hay una necesidad de trabajo importante en el interior, cada vez se suman mas artesanos", dijo Virginia Montoro de Ruralanas.

La logística del tejido puede ser compleja, incluso después de que la lana está hilada. Por ejemplo, Almeida de Ramona diseña los colores, lleva la lana a un tintero y después a las tejedoras. Manos del Uruguay llega a transportar un cargamento de prendas de un lado al otro del país para que coloque las mangas el grupo de artesanas que se especializa en eso.

Mercado slow

Manos del Uruguay
Cecilia Lalanne y María Gracia Pérez de Manos del Uruguay
Cecilia Lalanne y María Gracia Pérez de Manos del Uruguay

La concientización hacia el slow fashion o moda sostenible, en contraposición con la compra de prendas baratas y de poca durabilidad, es otro de los factores que impulsa al mercado del tejido a mano.
"Es como el buzo que me tejía mi abuela; como ese recuerdo amoroso que en realidad antes no era tan valorado" Laura Almeida Fundadora y diseñadora, ramona

Marcas de moda no acotadas a los tejidos, como Savia, recientemente introdujeron el merino. "Es impresionante. Uno de los productos que más estamos vendiendo son los buzos tejidos a mano porque los clientes buscan ese valor agregado", dijo una de las propietarias de la marca, Helena Betolaza.

Otras emprendedoras notan que el mercado, tanto interior como exterior, está creciendo y eso les permite ser rentables todo el año. "Es como el buzo que me tejía mi abuela, como ese recuerdo amoroso que en realidad antes no era tan valorado. Y tal vez la gente prefería comprarse algo más industrial. Hoy creo que volvieron, como en la comida a lo casero", dijo la dueña de Ramona.
"Uno de los productos que más vendemos son los buzos tejidos a mano" Helena Betolaza Socia propietaria, savia
"Hoy es una moda, pero la lana y los productos artesanales nunca van a ser una tendencia del momento", expresó la dueña de Ruralanas, que vuelca el 80% de su producción al mercado interno. "En un mundo donde todo corre tan rápido estoy convencida de que el trabajo artesanal y 100% fibra natural, nunca pasará de moda, al contrario, cada vez hace más la diferencia", agregó Montoro.

Recomendados


Ramona
Ramona
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Egresada de diseño de la ORT, Laura Almeida creó Ramona en 2008 bajo el concepto de aplicar diseño contemporáneo a la tradicional materia prima. Sus raíces ecuatorianas (su
padre es de Ecuador) la inspiraron sobre todo en el uso de colores vivos con lana merino. En su showroom vende además de sus prendas, lana hilada, agujas, y ofrece talleres de tejido. La mitad de su producción la destina a la exportación, principalmente a Estados Unidos.

Manos del Uruguay
Manos del Uruguay
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La marca más icónica del país en el rubro de tejido artesanal nació en 1968 como una organización social sin fines de lucro, para generar fuentes de trabajo para las mujeres artesanas del interior que hasta hoy se organizan en cooperativas. Produce tejidos con toda la variedad de fibras corriedale y merino. Produce para grifas internacionales de alta gama como Ralph Lauren.

Alba Knitwear
Alba Knitwear
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La diseñadora Marcela Abal inició Alba en 2013, apostando al tejido artesanal no sólo con lana merino, sino también con baby alpaca y mohair importados de Italia. Trabaja por encargo, sobre todo para el exterior, y también vende en su showroom. Sus principales compradores están en Japón y Estados Unidos, ante los que se hizo conocida con la participación en ferias internacionales. Produce sobre todo en colores crudo, gris, negro y camel.

CLU
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En el marco de su 50° aniversario, la Central Lanera Uruguaya acaba de lanzar una línea de prendas tejidas a mano en lana merino. Como es una industria, la empresa que
nuclea a 1.500 productores laneros de todo el país, se propuso mostrar las aplicaciones de su producto y qué mejor manera que en una prenda tejida, el final de la cadena. CLU comercializará sus prendas en el nuevo Sinergia Design.

Don Baez
Don Baez
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Montelan fue fundada por Federico Weiss para la comercialización de lana lavada. En los años de 1990, cuando l a coyuntura internacional era desfavorable, sus hijas Claudia y Diana
comenzaron a producir con la materia prima de la familia. El nombre de la firma viene de que en un intento por decirle "Don Weiss" al fundador, los paisanos locales pronunciaban "Don Baez". Trabaja en los colores naturales de la lana merino y comercializa en su local de Ellauri y Montero.

Ruralanas
Ruralanas
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Ruralanas fue creado en el 2003 para mejorar la calidad de vida de la mujer rural del Norte Uruguayo. Desde 2010 es una empresa independiente. Tiene cinco franquicias en todo
el país además del local central en Young y produce para 12 marcas de las cuales nueve son uruguayas.
Su directora, Virginia Montoro fue invitada a Colombia y Ecuador para asesorar a comunidades indígenas sobre su sistema de producción.

Terra
Terra
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Esta marca es creación de la estudiante de la Escuela Universitaria Centro de Diseño Fiorella Daverio. Terra se dedica a fomentar el trabajo artesanal con sus diseños en
tejido. Sus prendas hechas en Uruguay con productos suaves como el algodón y la lana merino fueron presentadas también en Santiago de Chile. Predominan los colores crudos, grises y azules. Busca combinar la elegancia con el confort en producción a pequeña escala.

Gaitano

Con un local a media cuadra del Mercado del Puerto, Gaitano Boutique es una tienda multimarca que ofrece ponchos, mantas y prendas tejidas a mano y telar en pura lana, además de diseños que combinan ese material con cuero y otras fibras. María Jesús Castro dirige el espacio en el que también ofrece clases de tejido y otras marcas de artesanías nacionales. La grifa de las prendas de Castro es Ku-namo y utiliza lana merino, corriedale e ideal.

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