¿El rock and roll se acabó?

Ya en la década de 1970, cuando pareció que la música disco (mediante un cambio de estilo en apariencia radical, incluso en sus exteriores) iba a enterrar la revolución sonora iniciada 20 años antes, se habló de que el rock and roll venía en caída libre y que sus días estaban contados. La música disco tuvo vida corta y la historia previa renació con extraordinario poderío, reinando con amplitud mundial en la década de 1980. Y después siguió. Prácticamente hasta el presente.

Sin embargo, el comentario de Criss no está lejos de la verdad, pues si tenemos en cuenta que la historia del rock and roll comenzó en las radios estadounidenses, lo que estas emiten hoy en día, salvo aquellas cuya programación está basada en éxitos del pasado, nada tiene que ver con lo que hemos llamado "rock and roll".

Además, el comentario del baterista está relacionado con otro aspecto fundamental de la industria musical, la creatividad: ya casi no se escriben grandes canciones de rock and roll.

Hoy la música está controlada por productores, máquinas programables, y DJ que generan canciones derivativas, carentes de marcas de originalidad (todo parece parecerse a algo ya hecho antes), en las cuales es imposible encontrar señales pioneras, tal como acontecía en los años dorados del rock and roll, en los que no pasaba una semana sin que surgieran decenas de canciones originales, muchas de ellas extraordinariamente pegadizas, que contribuían a que la historia de la música siguiera dando pasos adelante.

Tal vez por fin el final de una época ha llegado, y lo que ahora estamos presenciando en todas partes sea la posdata de la conclusión definitiva, a la espera de que algo tan poderoso, original y revolucionario como el rock and roll venga a iniciar una nueva etapa en la historia de la música popular, en caso de que algo así sea posible.