Salud > CIENCIA

El ruido, un enemigo silencioso

En el día a día, los humanos enfrentan sonidos potentes que pueden causar graves problemas de audición a largo plazo, desde molestias hasta sordera parcial
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19 de julio de 2015 a las 05:00

Con mala suerte, solo se necesita asistir a un concierto donde suene música muy fuerte para iniciar una vida de problemas auditivos, una constelación que incluye no solo pérdida de audición sino también zumbidos en los oídos, sensibilidad al sonido e incluso dolor de oídos crónico.

Los científicos recién ahora están comenzando a entender los funcionamientos más complejos del oído interno o cóclea, un pequeño órgano con forma de caracol enterrado en las profundidades del cráneo , y sobre cómo la exposición al sonido puede desarmar su complejo sistema de múltiples maneras,

Mucha gente está habituada a quedar con los oídos tapados o escuchando un pitido (llamado tinnitus) luego de un concierto o un evento deportivo ruidoso. Incluso si estos síntomas se van a los pocos días, pueden causar daño permanente perceptible hasta años después.

El efecto del ruido es acumulativo, molesto y, según los investigadores, irreversible. "Con el correr de los años, el daño se va incrementando", dice Paul Fuchs, profesor de otorrinolaringología en la Universidad de Medicina Johns Hopkins.

Entre los adolescentes, muchos de los cuales están acostumbrados a utilizar auriculares y escuchar música alta, se ha reportado que 20% regista algún tipo de pérdida auditiva en Estados Unidos. El tinnitus, un pitido usualmente interminable que puede ser mucho más preocupante que la pérdida de escucha, plaga a 15% de los adultos, según varios estudios.

Saber los síntomas

Chris Munson, de 55 años, es un ingeniero y antiguo entusiasta de los sistemas de audio domésticos de Dallas, a quien de joven le encantaba escuchar música a todo volumen. Tenía una tinnitus que iba y volvía. En retrospectiva, dice, "fue un signo de advertencia, pero si no sabes cómo leer esos signos, los ignoras".

Un día hace ocho años, tras haber escuchado fragmentos de películas como Matrix en su elaborado home theater que había instalado la noche anterior, Munson se despertó con "la cabeza en una bola de sonido". El pitido había empeorado con el tiempo, pasando de un oído a ambos y expandiéndose de un tono parejo a varios fluctuantes. Esta vez, el pitido no se fue. Todo lo contrario, empeoró con el tiempo.

Poco después, Munson también desarrolló una leve hiperacusia, una sensibilidad que transforma a los sonidos cotidianos en incómodamente altos o incluso dolorosos. Describe a este tinnitus como un grito, un tono múltiple y constante que no tiene comparación en el mundo real. Ahora sufre un dolor en el canal auditivo producido por el zumbido de la heladera o por el estallido de un corcho. Para evitar el sonido de los platos entrechocando, que le generan dolor de oído, su familia come en platos de papel.

"Tus oídos tienen un presupuesto", dice. "Si lo gastas demasiado rápido, te quedas en bancarrota", agrega.

¿Cómo dañan los ruidos?

Básicamente, una onda de sonido vibra en el tímpano y luego pasa a la cóclea, que contiene hileras de células capilares microscópicas bañadas en fluidos. Estas células capilares se mueven con el sonido y envían señales a través de los nervios auditivos hacia el cerebro, que interpreta el sonido.

El ruido demasiado fuerte o que dura mucho destruye las células capilares, causando pérdida auditiva o sordera parcial. Pero eso no es todo. Estudios recientes muestran que el ruido también corta las conexiones entre los nervios y el cerebro, una causa probable de esas anormalidades como la incapacidad de diferenciar el sonido de fondo de aquel que está en primer plano. Las personas en general notan el problema cuando están conversando en un restaurante ruidoso o una discoteca.

El mecanismo del tinnitus sigue siendo un misterio. Un estudio utilizó electrodos para medir la actividad cerebral de un hombre de 50 años con tinnitus y pérdida auditiva. El paciente había utilizado armas de fuego de forma recreacional en sus años de juventud. Los efectos de este síntoma permearon muchas partes de su cerebro, mientras que un tono idéntico activaba solamente la parte del oído que procesa la audición. En otras palabras, el "ruido" del tinnitus afecta al cerebro de una forma muy diferente a la del ruido real.

El ruido ni siquiera tiene que ser demasiado alto para ser dañino. Una prolongada exposición a un sonido menos intenso, como el que se enfrenta trabajando en un restaurante, puede ser especialmente pernicioso. Bryan Pollard, presidente de la organización sin fines de lucro Hyperacusis Research, dice que la gente reporta problemas auditivos causados por todo tipo de peligros cotidianos, desde cortadoras de césped hasta alarmas de incendios, pasando por herramientas eléctricas.

Una vez que la sensibilidad causada por el ruido se ha establecido, los pacientes con hiperacusia reportan un incapacitante dolor en el oído, a veces producto de cosas tan simples como un recorrido de compras lleno de "ruidos que no pensaban que podían ser peligrosos o ruidos sorpresa que no anticipaban", dice Pollard.

Incluso si la gente está al tanto de que la exposición al ruido excesivo puede ser mala, "no pienso que tengan un sentido de lo que significa si adquieren un problema en su audición", afirma Gregory Flamme, un profesor adjunto de audiología en la Universidad de Western Michigan. "No creo que sepan cuánto o cuándo protegerse", agrega.

La gente enfrenta día a día más ruido del que piensa, dice, desde aspiradoras, licuadoras, secadores de pelo hasta películas, entre otras cosas. Flamme usa dosímetros para el ruido, que permiten medir la dosis total de ruido durante un día u cualquier otro período de tiempo. Un atractivo partido de básquetbol puede darle a una persona lo que normalmente sería un mes de exposición al ruido.

El daño resultante depende en gran parte de la susceptibilidad individual. En ratones se ha detectado un gen que controla la tolerancia a la pérdida auditiva generada por el ruido, pero aún no se puede predecir qué tan resistente será un oído determinado.

Ya que no hay formas de solucionar los problemas de audición inducidos por el ruido, la única solución es la prevención.

Se están iniciando investigaciones para hallar formas de revertir estos problemas, pero según los expertos, aún faltan décadas de trabajo.

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