Economía y Empresas > Trabajar en el futuro

El tren de la revolución 4.0 no espera

Mientras la automatización amenaza con sustituir puestos de trabajo de forma masiva; la creatividad, agilidad y capacidad de aprendizaje serán las cualidades más valoradas en el futuro
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28 de junio de 2017 a las 05:00

Ideado por el sociólogo alemán Werner Sombart y popularizado por el economista austríaco Joseph Schumpeter en 1942, el concepto "destrucción creativa" define los procesos de innovación en las economías de mercado donde los nuevos productos y procesos destruyen viejas empresas y modelos de negocios. Para el austríaco, las innovaciones de los emprendedores son la fuerza que hay detrás del crecimiento económico a largo plazo, pese a que en el camino destruyen compañías y puestos de trabajo, aunque generan nuevos.

Hoy por hoy, las tecnologías de la información y la comunicación, la robótica y la inteligencia artificial –lo que se conoce como industria 4.0– vienen cambiando el panorama laboral a una velocidad quizá nunca vista. Un caso paradigmático en Uruguay y el mundo fue la irrupción de Uber y las reacciones de los taxistas, que vieron sus puestos de trabajo amenazados por la aplicación.

El riesgo de automatización es similar tanto para trabajadores con capacidades de primaria completa como con ciclo básico

A partir de un informe preliminar realizado por la Dirección de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) que será publicado en el mes de agosto –y que se basa en la metodología de los investigadores Frey y Osborne de la Universidad de Oxford, pero aplicada a la estructura de empleo nacional–, se desprende que las actividades en Uruguay que mayor riesgo de automatización tienen son la agroganadería y la forestal, las financieras e inmobiliarias y la industria de alimentos, bebidas y tabaco.

En el mismo estudio, se encuentran como sectores con menor proporción de empleos con alto riesgo de automatización el de enseñanza y salud, información y comunicación y las actividades profesionales, científicas y técnicas. Estos rubros se caracterizan por requerir personal con habilidades de trato interpersonal y pensamiento creativo. Los puestos de directores, gerentes y de profesionales son los que cuentan con menor peligro, a la vez que los técnicos de nivel medio tienen también un riesgo menor, mientras que los trabajadores de servicios, vendedores de comercios y mercados se encuentran en una situación similar.

Los sectores de tecnología de la información, recursos humanos y posiciones de atención al cliente son los empleos en que más aumento se proyecta, según Manpower Group.

El resto de las ocupaciones presenta un riesgo sensiblemente mayor, y aquellas actividades vinculadas al apoyo administrativo, la de los agricultores y trabajadores calificados del sector primario son las que cuentan con mayor amenaza en el horizonte.

En conversación con Café & Negocios, la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, dijo que para proteger a los trabajadores en estos cambios dinámicos hay que tener una política integral. (lea también la entrevista completa a la ministra)

"La forma de proteger es con trabajadores al aula y aulas al trabajo. La clave es no enseñar basados en tecnologías porque cambian. Hay que enseñar ciencia, formación científica. Eso es lo que va a permitir con flexibilidad y creatividad adaptarse a los constantes cambios tecnológicos. Es lo que hace que a los profesionales uruguayos les vaya tan bien en el exterior, porque a la hora de la verdad, ante un problema o para crear soluciones es de eso de lo que se agarran. Lo importante es tener los elementos de pensamiento abstracto que permitan saber la biblioteca que tenés que leer", apuntó Cosse.

El 58% de los empleos tiene un riesgo alto de automatización, mientras que en el 22% es bajo y un 20% se encuentra en la categoría mediano, según el estudio de OPP. Cuanto más alto el nivel educativo, mayor la probabilidad de desempeñar tareas cognitivas no rutinarias y menor la probabilidad de automatización.
Según el gerente general de Adecco, Nelson Montoya, hay que huir de perspectivas pesimistas. "Es posible asegurar que los nichos de mercado laboral que se abrirán en los próximos años son todos los relativos a la tecnología: análisis de datos, robótica, biotecnología. Un viejo proverbio chino señala que aunque 'no puedes guiar el viento, sí puedes cambiar la dirección de tus velas'. Este es el reto. Hay que apostar por la formación y capacitación. Es muy difícil predecir cuáles serán exactamente las nuevas profesiones en el 2025 ya que no sabemos qué nuevas innovaciones habrá, y todo avanza muy rápido. Esto sucedió siempre. En 1980 nadie podría haber anticipado la existencia de los diseñadores web, porque aún no existía la web", apuntó.
Por su parte, el presidente de la Cámara Uruguaya de la Tecnología de la Información (CUTI), Leonardo Loureiro, señaló que con una industria tecnológica con desempleo cero como la de las TIC, se han empezado a recibir en el sector a economistas, contadores, químicos y agrónomos. "Necesitamos de todas aquellas profesiones que demandan conocimiento, pero asociado a la tecnología. Lo que más precisamos es que la gente se reconvierta o que aparezca gente nueva para trabajar en nuestros sector", apuntó Loureiro.

Recientes relevamientos realizados por el World Economic Forum prevén a nivel global que haya menos roles asociados con la gestión administrativa, rutinas de transacción de actividades de negocios y operaciones financieras. Para la manufactura y la producción también se estima menor crecimiento que en las actividades relacionadas con el management.

Aunque profesiones como piloto de drones, especialistas en Big Data, vinculadas con el turismo y la salud, desarrolladores de aplicaciones móviles o expertos en seguridad informática son los perfiles que más se consolidan en la actualidad, los expertos indican que esto es un precepto cortoplacista, ya que no se puede predecir cuáles serán los profesionales más demandados en 20 años.

Para el vicepresidente de Lee Hetch Harrison, Hector Dama, las nuevas tecnologías permitirán innovaciones en los formatos convencionales, mientras que crecerá el trabajo en red y las teleconferencias.

Capacidades más blandas

Lo que está cambiando, piensa el director general del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), Eduardo Pereyra, es que antes se buscaba conocimiento técnico y dedicación, y ahora los nuevos requerimientos laborales se enfocan en habilidades blandas: actitud de adaptarse a contextos cambiantes y exigentes, habituarse a trabajar en equipo y aprender continuamente.

Este concepto fue subrayado por la gerenta de Recursos Humanos en Mazars, Verónica Monteserín, que señaló que hoy las empresas se preocupan por contratar personas con habilidades que se adecuen a necesidades dinámicas: "La demanda está cada vez más marcada por la tecnología. En tal sentido, se buscan personas innovadoras y proactivas, que tengan no solo capacidad de adaptarse a los cambios, sino que los generen".

A su vez, el socio consultor de Human Phi, Sergio Chanes, sostuvo que lo que se tenderá a buscar es capital humano que se adapte a transformaciones cada vez más intensas; personas que aprendan y desaprendan en un mercado laboral más sofisticado y cambiante. "Lo que ocurre es que para esta cuarta revolución industrial se necesita empleabilidad y talento 4.0. Competencias relacionadas a nivel socio-emocional y a la adaptibilidad, sin dejar de lado las habilidades en ciencia, matemáticas, ingeniería y tecnología", añadió Chanes.

"La génesis de Inefop es la visualización de un proceso vertiginoso de reconversión del trabajo", Eduardo Pereyra

En la misma línea opinó el socio director de CPA Innovation, Bruno Gili, que indicó que hay que derribar ciertas dimensiones de un sistema que es rígido, lineal y poco diversificado, para reconocer la capacidad de ir construyendo su propio perfil.

"Si bien son importantes ciertas capacidades duras –entender el rol de la ciencia y la tecnología– hay que sumar la habilidad de trabajo en equipo, la creatividad y la capacidad de utilizar la información que hay disponible para resolver problemas. Tener ciertos conocimientos base que le permitan en una organización dinámica e innovadora encontrar nichos para trabajar en la solución de diferentes problemas a medida que surjan las demandas de los clientes", aseguró Gili.

Pereyra agregó que la tecnología también presenta oportunidades de trabajo; programación, software, robótica, todo lo que rodea a la economía verde, el turismo y el área de servicios, así como al sistema de cuidados en Uruguay, pueden generar nuevas ocupaciones. "Aunque hay una relación desigual donde se destruye más de lo que se genera, de todas formas hay que mirar el fenómeno de manera integral y no apocalíptica, como se plantea a veces, que será el fin del trabajo", puntualizó el jerarca.

Un paso más allá

En un informe realizado por el Banco Mundial, denominado Cambio Tecnológico y Mercado de Trabajo en Argentina y Uruguay, se señala que lo que hoy se sabe que está pasando es que no son solo las actividades manuales rutinarias las que están siendo sustituidas, sino también las cognitivas rutinarias, como puede ser el ejemplo de los cajeros de los bancos que están siendo reemplazado por cajeros automáticos.

Sobre ese punto coincidió el exsubcretario de Educación Fernando Filgueira. "Uno puede pensar que un médico que hace diagnósticos es una tarea cognitiva no rutinaria, sin embargo hoy hay máquinas con mayor nivel de predicción que los profesionales. La gente piensa en qué ocupaciones van a desaparecer, pero hay que plantearse qué tareas son en realidad las que van a ser sustituidas. Una ocupación puede subsistir pero ser radicalmente transformada. Quizá lo que empieza a ocurrir es que el individuo deje de agregar valor haciendo la tarea A, B, C, para pasar a realizar las tareas D, E, F. Un profesional puede no perder su empleo a pesar de que ciertas tareas que desarrollaba se automaticen, en tanto genere a partir de esta realidad saberes y utilidades para otras que no son todavía susceptibles al fenómeno. Esto implica agarrar el proceso de creación de valor un peldaño arriba de la escalera", reflexionó.

"Hoy tenemos muchos jóvenes incapaces de comprender un texto con cierta complejidad o de dominar la regla de tres y esos no van a tener ninguna capacidad de adaptarse a ninguna clase de evolución tecnológica. En Uruguay estamos fallando en eso, en lo más básico que no cambia demasiado con el paso del tiempo", Pablo da Silveira

Por su parte, para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, Rodrigo Arim, la discusión sobre el cambio tecnológico y el empleo siempre ha tenido una cuestión disruptiva y tensionante, aunque el bienestar de la sociedad depende del cambio tecnológico.

"El desarrollo de la humanidad implica innovaciones que son disruptivas, formas de producir que se destruyen y son suplantadas por otras. Ese desplazamiento está en el origen de las transformaciones, pero cuando se aplican a ciertos puestos de trabajo para grupos humanos que se formaron para ese tipo de tarea se generan tensiones. Lo que se tiene que hacer es formar en capacidades que permitan al individuo recrearse a sí mismo. No solo saber cómo se realizan ciertas tareas, sino cómo aprender a hacerlas y asumir con naturalidad la transformación. Si bien la inteligencia artificial va a ir ocupando espacios, el ser humano siempre va a tener el diferencial de innovar y crear", señaló Arim.

El economista también consideró que no hay que proteger puestos de trabajo, sino al trabajador, "con mecanismos de protección social que permitan transitar de una situación laboral a otra".

Tipo de tareas

Según el informe del Banco Mundial "Cambio Tecnológico y el mercado de trabajo en Argentina y Uruguay" hay cuatro diferentes tipos de tareas: cognitivas rutinarias, no rutinarias, manuales rutinarias y manuales no rutinarias. La cognitiva no rutinaria (analítica) requiere de análisis e interpretación de información y pensamiento creativo, mientras que las interpersonales del mismo tipo implican desarrollar el relacionamiento personal, dirección, desarrollo y motivación de otros. Por su parte, en las tareas cognitivas rutinarias es importante la repetición de un proceso estructurado. La manual no rutinaria requiere de destreza para manejar objetos mecánicos, mientras que la manual rutinaria de movimientos repetitivos.

65%

de los trabajos que tendrá la generación Z aún no existen, según el estudio La Revolución de Habilidades de Manpower Group.

90%

de los empleadores esperan que su organización sea impactada por la digitalización en los próximos dos años, según el estudio.

18.000

empleadores fueron consultados para el informe de Manpower Group, de 43 países y seis sectores diferentes. Los datos no incluyen a Uruguay.

1000

jóvenes entre quinto y sexto del liceo participan del programa Jóvenes a Programar que financia Inefop y que se desarrolla junto con la Cuti y el Plan Ceibal.

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