El valor de preservar el patrimonio de Montevideo

En enero de 2014, un emblema en el camino hacia el este de Montevideo dejó de existir. Con su demolición, la antes fábrica de alfombras La Indígena, de Manuel Assimakos, dejó de ser una referencia en el camino para quienes transitaban diariamente por Avenida Italia y en la esquina de Mataojo encontraban su fachada como señal de una época del Uruguay industrial. La empresa Grandes Tiendas Montevideo adquirió la propiedad para construir una de sus sucursales. Assimakos no se encontraba en la lista de inmuebles protegidos de Montevideo por la Comisión del Patrimonio que, según un decreto firmado por el ex intendente de Montevideo Mariano Arana, exigen consultas previas antes de ser modificados por si son de interés patrimonial. Para eso, la Comisión de Patrimonio debe realizar una investigación en construcciones anteriores a 1940. Assimakos no ingresó en esta investigación porque se construyó entre 1946 y 1948.

Luego del derrumbe, algunos montevideanos reaccionaron en contra de la acción tomada por Grandes Tiendas Montevideo, y el repudio por la destrucción de una propiedad de esas características se hizo notar sobre todo en las redes sociales. Sin embargo, otras empresas apuestan por las construcciones con valor patrimonial para instalar sus oficinas o sucursales, protegidas o no por la Comisión de Patrimonio, como parte de su estrategia de marketing y, en algunos casos, dentro de su plan de responsabilidad social empresarial hacia la comunidad.

En esos casos, las empresas o instituciones deben decidir entre el costo de la remodelación y el valor intangible que le aporta a la imagen de la empresa.

Transmitir confianza

En la ciudad hay varios ejemplos de instituciones bancarias que optan por instalar sus oficinas en propiedades que representan una época, que queda viva a través de sus construcciones. Ese es el caso de la casa matriz del banco BBVA, ubicada en la Ciudad Vieja, en la esquina de 25 de Mayo y Zabala. Ese edificio es herencia del Banco Inglés. Se construyó entre los años 1888 y 1890, por obra del ingeniero italiano Luigi Andreoni y BBVA adquirió la propiedad en 2002.

La responsable de Inmuebles y Servicios de BBVA Uruguay, Silvana Scavino, dijo que la decisión de instalar en ese lugar la casa matriz del banco respondió al interés de quedarse en un lugar declarado patrimonio histórico nacional. "Nunca se nos hubiera ocurrido derribar un edificio histórico", comentó Scavino. "BBVA está muy comprometido con la sociedad, con la salvaguarda de la historia y con la construcción del futuro en muchos aspectos", agregó. El edificio combina lo histórico con lo moderno, sus instalaciones cumplen con los estándares corporativos de BBVA en cuanto a espacios abiertos, con equipamiento moderno y sofisticado.



Las aseguradoras, al igual que los bancos, son instituciones que buscan transmitir a sus clientes seriedad, responsabilidad y el mantenimiento de una relación a largo plazo. Para ello, las construcciones antiguas del siglo pasado son ideales para aportar a esta imagen empresarial. Este es el caso de la aseguradora Surco, ubicada en bulevar Artigas entre Rivera y Chaná, en la antigua vivienda Sanguinetti. Allí residían tres hermanas que mandaron a construir esta casa en el año 1943.

Surco Seguros la compró en 2002. "Nos parecía interesante aportar a la imagen de marca, tener una propiedad emblemática y alentar las expectativas de la dirección de la empresa en cuanto a la imagen que queríamos brindar", explicó el gerente general de la compañía, Andrés Elola. La propiedad estaba muy deteriorada: los techos se llovían, los pisos se encontraban en muy mal estado y los vitrales, bastantes rotos. Llevó varios años la reconstrucción de la casa e incluso hoy continúan trabajando en detalles.

"Estas casas para una familia son muy costosas de mantener, pero se pueden adaptar para que una empresa funcione correctamente", añadió Elola.

Moderno y antiguo

Los espacios de cowork recién están comenzando a tener impulso en Uruguay. En setiembre de este año abrió sus puertas el Espacio Serratosa. En 2009, un inversionista extranjero apasionado por el patrimonio arquitectónico compró la expropiedad de Antonio Serratosa, un médico cirujano reconocido por su labor en el hospital Maciel. En ese lugar habían funcionado previamente un gimnasio, una discoteca y una pensión. La reconstrucción del lugar llevó tres años porque estaba en muy mal estado. "A mitad de la obra se encontraron pinturas en las paredes que no estaban previstas en el plan de reciclaje y reconstruirlas llevó ocho meses más", explicó Valentina Cialceta, una de las encargadas del cowork.

Se reconstruyeron los pisos originales y se consiguieron mármoles similares a los que tenía la casa cuando se construyó en 1897. "Se intentó que quedara lo más parecida a la original, pero adaptada al espacio de trabajo que necesitábamos". Esto le valió un premio de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay como uno de los mejores cinco reciclajes de los últimos 12 años. "El diferencial de este espacio de cowork es justamente el juego entre lo antiguo y lo moderno; un espacio de cowork es algo moderno y está instalado en una propiedad antigua. Eso forma parte de una estrategia de marketing para nosotros", indicó Stephanie Biscomb, otra de las encargadas del espacio.

Especialistas en remodelación

Jesper Bethe es danés y Olenka Bethe estadounidense, se conocieron en Buenos Aires y hace 10 años viven en Uruguay y dirigen Urban Heritage, una empresa desarrollista ubicada en la Ciudad Vieja, en Colón y Cerrito, zona rica en patrimonio histórico. Se encargan de la remodelación y venta de edificios patrimoniales de la zona. Actualmente tienen ocho viviendas para la venta y la particularidad es que este matrimonio elige el cliente para la propiedad, según el uso que le vaya a dar.

Asimismo, Urban Heritage alquila home offices para empresarios que generalmente se quedan en Montevideo entre una y dos semanas para trabajar. El edificio que usan para ese fin es del año 1920 y fue reconstruido durante dos años y medio por el matrimonio, luego de comprarlo en 2010.

Inercia del prestigio

El arquitecto y expresidente de la Comisión de Patrimonio William Rey Ashfield considera que cuando una empresa se instala en una propiedad patrimonial, ganan la ciudad, la arquitectura, el patrimonio y la empresa. "La restauración es clave y posiciona a quien lo hace en un lugar superior; la importancia también está en difundir la reforma, no solo en remodelarla y encerrarse en ella", comentó Rey.

"Es importante que el Estado fomente el interés de las empresas a través de más exoneraciones". William Rey Ashfield, ex presidente de la Comisión de Patrimonio

Eso es lo que él llama la "inercia del prestigio": cuando una empresa invierte en bienes patrimoniales que la gente valora, invierte en la propia empresa. "Es restaurar y compartir, difundir la reconstrucción, por ejemplo, en el Día del Patrimonio para que la comunidad conozca la obra que se ejecutó, para sacarle un buen partido empresarial. Es una estrategia de marketing, y de la mejor si se hace bien", agregó el arquitecto.

Por el contrario, si una institución va en contra del patrimonio arquitectónico de la ciudad, le puede costar caro. "Ir en contra de los deseos de una comunidad es lo peor que le puede pasar a una empresa; por eso creo que Tiendas Montevideo hizo un mal negocio que tendrá consecuencias a nivel de imagen", comentó Rey.

Por otra parte, el presidente de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, Juan Articardi, dijo que, si hay ejemplos negativos de no preservación del patrimonio, significa que falta conciencia por parte de las empresas de tener una marca que se relacione con la historia. "Los bienes patrimoniales tienen un elemento por encima de lo económico. Muchas veces lo importante es saber que se puede mantener y no mirar el patrimonio solo como un hecho estático que hay que congelar", explicó el arquitecto.
Agregó que faltan impulsos del gobierno para que las empresas se interesen por la conservación patrimonial. "Lo importante es cambiar la cabeza y la dimensión cultural de que invertir en patrimonio es invertir en una forma de identidad que ayuda a la empresa", agregó.

RSE: ¿sí o no?

El director ejecutivo de Deres, Eduardo Shaw, dijo que la conservación patrimonial formaría parte de la RSE si fuera acompañada de una filosofía mayor de la empresa. "Si se compra un edificio como una acción aislada, es filantropía", dijo.

Observatorio patrimonial

El arquitecto William Rey dijo que en Uruguay falta un observatorio patrimonial, que reúna los activos y pasivos patrimoniales de una empresa. "Sería interesante poder medir con indicadores concretos cuándo una empresa está poniendo en valor sus activos patrimoniales y cuándo los está degradando", explicó Rey.