Es una de las imágenes de los atentados del 13 de noviembre en París que quedará grabada en la memoria. Mientras varios intentan huir de los terroristas, una mujer colgaba de una ventana del segundo piso de la sala de fiestas Le Bataclan, donde extremistas mataron a 89 personas antes de hacerse explotar. "Estoy embarazada", gritaba desesperada. Abajo, los que podían corrían, algunos rengueaban heridos intentando escapar. Y otros arrastraban trabajosamente a amigos o familiares, en esa reacción instintiva de no querer dejarlos atrás, aún si ya habían muerto.
El video, crudo y reproducido millones de veces, muestra como una silueta se asoma por la ventana y tras cruzar unas palabras, la agarra por las muñecas para ayudarla a volver a entrar en el edificio. Pero el video, filmado por un periodista de Le Monde desde su casa, no muestra el desenlace de la situación. Sin embargo, y a pesar de la tragedia, ni la mujer, ni el anónimo que la ayudó se encuentran entre las víctimas. Así se lo confirmó al Huffington Post francés Frans Torreele, un amigo cercano de la mujer. Ella prefiere quedarse en el anonimato, pero sí ha querido encontrar a quien la salvó.
Tras los atentados que han dejado 132 muertos hasta el momento, los amigos y familiares de la mujer embarazada iniciaron una campaña en Twitter para ubicar a la persona que decidió demorar su huida para asistir a un desconocido. "Enseguida quiso dar las gracias a todas las personas que tuvieron un buen gesto hacia ella, y sobre todo al hombre que se paró unos segundos en su huida para tenderle la mano y ayudarla a subir", explicó Torreele al medio francés.
"La mujer embarazada que todos habéis visto en vídeo, suspendida en la ventana de Bataclan pidiendo ayuda, quiere encontrar al hombre que la subió (y que, al mismo tiempo, la salvó). Sólo para decirle 'gracias'", se lee en el mensaje de Twitter publicado por Torreele, que fue compartido más de 1.800 veces.
El tuit, publicado en la tarde del domingo, ya tuvo efecto. El hermano del hombre que ayudó a la embarazada se contactó con Torreele por e-mail. "Verifiqué con él y con mi amiga que se trataba de la persona correcta, e intercambiaron sus números. Él también está bien, que es lo que todos queríamos saber", relató al HuffPost. El héroe improvisado prefiere mantenerse en el anonimato, al igual que la mujer que salvó.
"A ella la salvó una sucesión de pequeños gestos y atenciones. En un momento de locura total, esos gestos minúsculos consiguieron grandes cosas", dijo Torreele. "Apenas somos capaces de imaginar hasta qué punto una mano tendida o una palmada en el hombro pueden salvar a la gente. Y esas personas se merecen un agradecimiento, un abrazo".
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