Endurecerse sin perder la dulzura

Ya la tapa del disco es una declaración de principios. Vestida de "Adelita" –nombre utilizado para denominar a las mujeres que participaron de la Revolución Mexicana– con una tela cruzada en lugar de las clásicas balas, un sombrero charro y rodeada de ilustraciones del imaginario mexicano clásico, Lila Downs adelanta los temas que tratará en Balas y Chocolate, el noveno disco que viene a presentar mañana en el Auditorio Adela Reta.

Tras su visita en 2012 con el disco Pecados y Milagros, regresa con este trabajo, inspirado principalmente en la muerte, en la situación sociopolítica mexicana y acontecimientos personales.

Balas y Chocolate busca una conexión entre el mundo de los vivos y los muertos. Desde las alusiones a los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y los periodistas con sus "pensamientos que mueven montañas", a una expresa intención de convocar a los difuntos en la infecciosa cumbia Humito de copal, resina que precisamente se quema en el Día de los muertos.

Además de inspirarse en la coyuntura nacional, la muerte amenazó con entrar a su casa. Hace dos años, durante la producción del disco, su esposo y colaborador, Paul Cohen, fue diagnosticado con una hipertrofia cardíaca, que lo puso en la lista de espera para un trasplante de corazón.

"Nos dijeron que se iba a morir", le dijo la artista al periódico The Washington Post. "Pensé, bueno, tengo que poner mis cosas en orden y seguir adelante. ¿Qué haría yo normalmente? Bueno, le cantaría a la muerte. La voy a mirar a directo a los ojos y le voy a decir: 'Ok, me estás llevando por este viaje ahora y lo voy a disfrutar'. También tengo que ser fuerte y también me voy a sentir triste. Voy a hacer todas esas cosas, las cuales son una manera muy mexicana de lidiar con la muerte".

La medicina quiso que Cohen saliera de peligro y continuaran trabajando en este disco en el mismo camino ya trazado.

La muerte "nos hace reflexionar sobre lo efímero que es este regalo de la vida", dijo la cantante a la agencia EFE. "Ojalá que la música pueda darnos la oportunidad de convivir con los difuntos. El poder de la música es muy profundo", agregó.

Según ha contado, a pesar del tema que sobrevuela a este álbum, para Downs se trata de un trabajo más festivo. "Pero tiene una intensidad que me hace llorar cada vez que las interpreto", dijo a la revista Billboard.

En sus temas se atraviesa la crítica social y, a la vez, se revela un amor profundo por su país. Sobre todo en el tema La patria maldita, interpretada junto a Juanes. "Tu eres la patria de toda mi ilusión / El que no respete, le parto el corazón", canta junto al colombiano, para coronar con un reclamo: "Vivos se los llevaron y vivos los queremos".

Musicalmente, la dupla Downs –de padre estadounidense y madre mexicana– y Cohen –estadounidense– explora desde la ranchera a la cumbia, pasando por el bolero y el blues con reverberación eléctrica. Es una mezcla producida en la frontera y que, por origen, es parte del ADN de la artista.

Con un canto poderoso y que a veces tiende a una suerte de rapeo con cadencias similares a las que lucen desde Ana Tijoux a Calle 13 en temas como Humito de copal o la excelente Viene la muerte echando rasero, a Downs no le tiembla la voz al cantarle a la muerte en la cara.