Enfermera prepara demanda contra ASSE por persecución

Sandra Trindade trabajaba como enfermera de traslados en el Hospital de Bella Unión. Durante 17 años pasó arriba de una ambulancia: viajaba a la capital de Artigas, a Salto e incluso llevaba pacientes a Montevideo, una travesía que tarda cerca de 8 horas. Pero un día de junio de 2016 sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) y su vida cambió para siempre.

Con 43 años, la enfermera quedó con el lado derecho del cuerpo paralizado y perdió la capacidad de hablar. Los médicos en Bella Unión le hicieron un diagnóstico incluso más grave y señalaron que Trindade tampoco recordaría las vivencias, la información que manejaba y las personas que conocía. Todo se habría ido.

Sin embargo, sus hijos no se dieron por vencidos. Carla y Gabriel Parra sospechaban que su madre entendía cuando le hablaban y si bien no podía contestar, su mirada y los pocos gestos que podía hacer daban cuenta de que tenía noción de lo que pasaba a su alrededor. Sin dudarlo, se contactaron con la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) en Montevideo y pidieron una segunda opinión.

Un año más tarde del ACV, el neurólogo que recibió a Trindade en la capital confirmó la teoría de la familia: la mujer recordaba todo. Si bien todavía no puede hablar, se acuerda de las irregularidades que presenció en Bella Unión y de la persecución que dice haber sufrido por parte de sus jefes. Si le preguntan por ellos, enseguida baja la cabeza.

Sus hijos están convencidos de que en el Hospital de Bella Unión no la atendieron bien. No solo desconfían del diagnóstico inicial; también recriminan a las autoridades que no agotaron todos los esfuerzos para ayudar a su madre. Cuando pedían especialistas para la rehabilitación, las administrativas del centro les decían que les avisarían cuando estuvieran disponibles y nunca los llamaban. Por eso terminaron en la capital, a 630 kilómetros de su casa.

Los problemas de Trindade en el Hospital de Bella Unión empezaron antes de su ACV. La enfermera estaba casada con el médico Carlos Manassi, quien denunció reiteradas veces las irregularidades que vivía en ese centro. Hasta que la dirección decidió echarlo, porque en 2013 fue a una radio de Artigas a contar lo que sabía.

Cuando Manassi se quedó sin trabajo escribió una carta. El médico se la entregó al movimiento de usuarios Salud para todos y ellos la llevaron a la entonces ministra de Salud Pública, Susana Muñiz. "Hace un mes abrió en la ciudad una unidad de emergencia móvil llamada Siemm, cuyos dueños son Marcos García, Federico Eguren y Rodrigo Barcelona", redactó el médico en mayo de 2013.

En el texto al que accedió El Observador, Manassi denunció que Siemm utilizaba "los insumos y los medicamentos del hospital". También hizo hincapié en que García se desempeñaba como director del centro de salud de Bella Unión y a la vez era uno de los socios de la empresa.

Pero además señaló otros cargos que se repetían en el hospital y la empresa. "La contadora del hospital es la contadora de Siemm; el jefe de choferes del hospital es el jefe de choferes de Siemm; y la jefa de personal del hospital es la jefa de personal de Siemm", escribió.

Carla Parra contó que la persecución laboral hacia su madre y hacia Manassi se hizo más intensa una vez que presentó la carta. De hecho, él no volvió a trabajar en Bella Unión y murió en marzo de 2016 de un infarto. Trindade comenzó a recibir sanciones siempre que le tocaba cobrar los viáticos de los traslados especializados.

Toda esta documentación forma parte de la comisión investigadora de Diputados que indaga presuntas irregularidades en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y los hijos de Trindade serán citados a declarar al Parlamento.

Además, decidieron iniciar acciones legales contra ASSE. Si bien todavía no presentaron la demanda, pidieron asesoramiento a abogados en Montevideo. Su intención es enjuiciar al organismo por la persecución laboral que sufrió su madre mientras se desempeñaba como enfermera y también quieren que le paguen los retenes y los viáticos de traslados especializados que nunca cobró.

A su vez, cuestionan que Carla –también auxiliar de enfermería, paramédica y auxiliar de farmacia– siempre quede en los últimos lugares cuando el hospital hace llamados. La joven ya se presentó a cinco concursos, pero siempre realiza suplencias de pocos días.

Carla sospecha que su caso es similar al de su madre. Aunque los problemas anteriores no la detuvieron a la hora de elegir la misma carrera, hoy siente que también hay represalias hacia ella. "Me dijeron que la formación no importa y yo creo que la historia se vuelve a repetir", señaló.