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Espacio compartido

Natalia Torres decidió dejar la seguridad de un puesto en una gran empresa para crear Red Uruguay, un centro de oficinas para emprendedores
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29 de noviembre de 2013 a las 17:21

La independencia que genera internet y los dispositivos móviles demoran hoy en día la necesidad inmediata de conformar un espacio físico de trabajo a la hora de comenzar un emprendimiento.

Esta situación, explicó Natalia Torres (40), es uno de los puntales que sostiene el desarrollo de su centro de negocios Red Uruguay, un espacio que concibe como una solución para que otros emprendedores o empresas, que tengan una idea entre manos, no queden “condenados” a alquilar una oficina en forma permanente, afrontando los gastos fijos aparejados. “Está comprobado que la gente utiliza las oficinas a veces un 40% del tiempo y es lógico porque hoy podés hacer todo desde tu casa”, dijo.

La oportunidad que aprovechó deriva de la necesidad que tienen algunos empresarios o profesionales de contar con un espacio laboral, por ejemplo para reunirse con un cliente, un proveedor, con un potencial inversor o con un grupo al que quieran hacer presentaciones.

Para Torres lo que diferencia su propuesta de otros centros es que está más al alcance de los emprendimientos pequeños. “Es muy útil para los del área de TIC, ya que sus emprendedores suelen trabajar en galpones o en un cuarto de su casa, pero eventualmente pueden necesitar un lugar más serio donde presentar sus ideas”, evaluó.

Tras la idea
Torres, que es contadora, trabajó durante 10 años en la empresa Teyma, ocupando un cargo gerencial desde sus 29 años.

Llegó a un momento en el cual las ganas de emprender un negocio propio fueron más grandes que la necesidad de seguridad de tener un sueldo a fin a de mes.

Torres se sentía muy involucrada en Teyma pero el trabajo rutinario ya no le suponía un desafío y sintió la necesidad de encontrar algo que la entusiasmara. En marzo de 2010 renunció, incluso sin una idea en mente para desarrollar. Para ella era la única forma de llegar a elaborar un proyecto.

La idea detrás de Red Uruguay le llegó a través de un compañero de trabajo de Teyma, el ingeniero Diego Portos, quien le propuso montar un centro de negocios. “En mi vida había escuchado algo así, pero me pareció fascinante la posibilidad de acceder a una oficina completamente equipada por el tiempo que uno necesita”, recordó.

Portos quería desarrollar el proyecto en el interior uruguayo, pero Torres consideraba que no se podía encarar sin “hacer la escuela” en Montevideo. “Se aprende primero con muchos clientes, no se puede empezar en el interior que hay un volumen de personas y empresas menor y donde todo es más arduo”, señaló.

Quería arrancar en Montevideo a lo grande y empezó a ver inmuebles de gran porte. Pero antes de empezar, Portos decidió bajarse de la iniciativa. “Yo sola no podía llevar un proyecto tan grande. En ese momento se me vino el mundo abajo, pero como tenía un capital, pensé en moverlo mientras evaluaba qué hacer. Así que busqué un inmueble para reciclar y después venderlo”, explicó.

El colmo del contador
En el inmueble que encontró y compró -ubicado en La Paz y Fernández Crespo- visualizó inmediatamente el centro de oficinas que quería. “Compré la casa y comencé el reciclaje porque tenía fondos para ello, pero sabía que me iba a faltar dinero, por eso previamente hablé con el banco en el que tenía una hipoteca ya que quería saber si basada en ella podía sacar fondos nuevos para terminar la obra”, recordó.

Convencida de que recibiría el préstamo que necesitaba, decidió disponer primero de fondos que le prestaron familiares y amigos, de forma de terminar el reciclaje y el equipamiento y luego, con el centro en funcionamiento, pedir al banco para devolver ese dinero y no generar intereses antes de comenzar a percibir ingresos.

“Así lo hice, pero cuando fui con todo pronto al banco, me pidieron que demostrara ingresos. Les expliqué que no tenía, porque estaba completamente abocada al emprendimiento y no podía dedicarme a otra cosa y entonces no me aprobaron el préstamo”, relató.

Ya había pedido a sus conocidos US$ 40.000 que tenía que devolver. El rechazo se repitió en todos los bancos y así empezó a transitar lo que cualquier buen contador considera “la decadencia absoluta”: financiarse con tarjetas de crédito y efectuar los pagos mínimos, todo con la tasa más cara. “Verme en esa situación para mí era insólito. Empecé a hacer malabares, primero porque había que mantener el lugar, pagar los gastos y terminar de pagar el equipamiento. En esos momentos lo que te salva es volver al momento en que decidiste emprender y volver a los argumentos que te llevaron por ese camino”, señaló.

Fue en el Banco República que logró que le otorgaran a su empresa un préstamo de US$ 10.000. Con eso comenzó a saldar deudas, y cuando terminó de pagar el primer préstamo sacó otro, que al menos le permitió ordenarse con lo que debía a las tarjetas.

Una apuesta al crecimiento
Red Uruguay abrió en 2011 . Por el centro han pasado empresas extranjeras que han hecho sus primeros pasos en Uruguay, ejecutivos y empresarios que necesitan hacer selecciones de personal, emprendedores y profesionales que van a reunirse con clientes. Hay quienes pasan por el centro esporádicamente, otros tienen contrataciones largas y lograron tener dos oficinas con contratación permanente. Atendiendo varias de sus necesidades, Torres ha dado con nuevas líneas de negocios como generar servicios de apoyo y soluciones para esas empresas pequeñas, que no tienen estructura para realizar algunas tareas administrativas.

No tiene pudor alguno en admitir que tiene un problema comercial. “Soy una mujer muy organizada en el sentido empresarial. Me gusta la parte de administración, la financiera, pero en la parte comercial me cuesta el networking y la comunicación”, señaló.

Cuando comenzó a trabajar en su emprendimiento se presentó a un programa de la Dirección Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme) del Ministerio de Industria para solicitar asesoramiento comercial. Finalmente el mes pasado le aprobaron este apoyo.
También es muy consciente de la necesidad de apoyo, y participa del programa Más Emprendedora que lidera el BID y Endeavor Uruguay.

Torres recuerda que en su primer mes de trabajo, en diciembre de 2011, logró facturar $ 2.600 más IVA y tuvo que pagar el IRAE mínimo por haber facturado ese mes, que rondaban los $ 2.450.

Hoy la emprendedora cuenta con orgullo que ha crecido. “Tenemos ciclos de crecimiento y leves bajas. El primer semestre de 2012 fue cuando realmente empezamos a trabajar. Fue muy duro, porque fue el año de las tarjetas, estaba trabajando pero casi no percibía ingresos”, recordó.

Casi toda la facturación del 2012 se concentró en el último semestre cuando casi alcanzó los $ 700.000 y este año duplicó la facturación.

Ahora la estrategia comercial está orientada a fortalecer las oficinas temporarias. “Queremos ser la primer red nacional de centros de negocios, llegando a lugares del país donde sabemos que hay mucho movimiento emprendedor. Estamos transitando el camino y estoy feliz, tengo mucho menos que antes pero pienso que en el futuro voy a tener más”, remató Torres.

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