En junio del año pasado, Irina Posadas se casó con el sirio Abd Hadi Omar Mahmoud Faraj, uno de los seis ex presos de Guantánamo que llegaron en calidad de refugiados a Uruguay a fines de 2014. Irina cambió su nombre y pasó a llamarse Fátima, su nombre árabe.
Irina no solo tuvo que abandonar su nombre. Durante los meses de casada, quedó totalmente aislada de lo que sucedía afuera de su casa. "Ya no sé nada", dijo entrevistada por Telenoche.
Sus vecinos del barrios Aires Puros sentían gritos de Irina constantemente, según reconoció la mujer ante el periodista de Telenoche. "Esto es lo peor que he pasado. Nadie sabe lo que he pasado en esa casa", dijo ante la cámara.
Mahmoud Faraj fue detenido por la Policía por agresiones a su esposa, pero luego liberado según informó El País. El juez del caso dispuso que Irina pasara a forense y el caso está en manos de la Justicia especializada en Violencia Doméstica.
Irina no es la única que asegura haber vivido episodios de violencia doméstica por parte de un exrecluso de Guantánamo. Tiempo atrás, Roma, de 24 años -que también se casó en junio pasado con el tunecino Adel Bin Muhammad El Ouerghi- decidió abandonarlo embarazada porque "no soportó más la situación". "Yo no aguanté tanto como Irina, me salí a los dos meses. Si yo salí, ¿por qué no puede salir ella?", dijo la joven, quien está ayudando a su amiga en este proceso.
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