El grupo terrorista Estado Islámico (EI) decapitó en los primeros días de julio a cinco hombres, entre ellos tres futbolistas y el director técnico del equipo sirio Al Shabab, por acusarlos de colaborar con los kurdos y practicar un deporte anti islámico. Los asesinatos ocurrieron en la ciudad de Raqqa, feudo de los radicales en Siria.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó la muerte de cinco hombres, que fueron degollados por el EI frente a niños y ancianos en la llamada rotonda del Estado en la ciudad de Raqqa, en el noreste de ese país, según publicó la agencia Efe. La ONG precisó que cuatro de ellos fueron decapitados por "trabajar para los ateos kurdos", mientras que el quinto fue asesinado por "apostasía".
Según publicó el portal Infobae en base al diario británico Daily Mail los asesinados también fueron acusados de practicar un deporte contrario a las leyes del Islam. La publicación consigna que cuando los yihadistas tomaron Raqqa prohibieron los deportes organizados, como el fútbol.
El grupo Al Raqa está Siendo Masacrada en Silencio, que documenta los abusos de los yihadistas en esa zona, señaló que las personas fueron asesinadas por supuesto espionaje para los kurdos. Esta fuente publicó en Twitter una fotografía de los cadáveres decapitados de los asesinados, que iban vestidos con trajes naranjas.
El grupo yihadista proclamó a finales de junio de 2014 un califato en ambos países, donde conquistó áreas del norte y el centro.
Las milicias kurdas son las que están presentando una mayor resistencia al EI tanto en Siria como en Irak.
El asesinato de los futbolistas y su entrenador no fue el primer ataque de los yihadistas vinculado al fútbol. Un ataque del grupo terrorista contra una peña iraquí del Real Madrid en una localidad al norte de Bagdad dejó al menos 16 muertos a mediados de mayo de 2016.
El gobierno español condenó igualmente lo que calificó de ataque "abominable", que según indicaron las fuentes de seguridad iraquíes, ocurrió en Balad, cerca de la localidad de Samarra, unos 80 kilómetros al norte de Bagdad.
"Un grupo de hombres armados de Dáesh (acrónimo árabe del EI) vestidos con uniformes de las fuerzas de seguridad atacaron hacia medianoche un café en Balad con granadas y armas de fuego", indicó a la AFP Amar Hekmat al Baldawi, vicegobernador de la provincia de Saladino.
Baldawi precisó que cuatro atacantes se habían hecho explotar y que dos podrían estar huidos.
Según un coronel de la policía que pidió el anonimato, el tiroteo en el café donde se reunían los aficionados merengues dejó 12 muertos, y la explosión de los suicidas mató a dos policías y dos milicianos. Ese balance fue confirmado por una fuente médica.
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