Estados Unidos y una señal de vínculo amistoso con Uruguay

El interés del gobierno de Estados Unidos (EEUU)en concretar un nuevo encuentro entre el mandatario estadounidense, Barack Obama, y su par uruguayo, Tabaré Vázquez, es una más de las señales enviadas por la Casa Blanca al Mercosur. En una región donde las principales potencias económicas se posicionan distantes de Estados Unidos, el gobierno uruguayo –más allá de resistencias internas de sectores del oficialismo– es el único que le ofrece diálogo permanente y reciprocidad en los gestos por parte de declaraciones de sus jerarcas.

Vázquez mantuvo un encuentro con Obama en abril de este año en el marco de la Cumbre de las Américas realizada en Panamá y ahora Estados Unidos transmitió interés en concretar otra reunión en setiembre en Nueva York durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

Si bien desde el punto de vista comercial el Poder Ejecutivo aspira a la pronta aprobación del ingreso de carne ovina con hueso a suelo estadounidense, según expertos consultados por El Observador la agenda de Estados Unidos y Uruguay tiene más vinculaciones políticas que el solo hecho comercial. Si bien desde el punto de vista comercial el Poder Ejecutivo aspira a la pronta aprobación del ingreso de carne ovina con hueso a suelo estadounidense, según expertos consultados por El Observador la agenda de Estados Unidos y Uruguay tiene más vinculaciones políticas que el solo hecho comercial.

Las retórica distante de Brasil, Venezuela y Argentina, la participación en la Alianza del Pacífico, el tratado transpacífico y el acuerdo global sobre servicios (conocido como TISA por sus siglas en inglés) son los principales temas que vinculan los intereses internacionales de Estados Unidos a Uruguay. Además la reunión de la Asamblea General de la ONU será previa a la elección del Consejo de Seguridad, donde Uruguay tendrá un representante por segunda vez en la historia.

"Estados Unidos siempre sigue los contextos regionales y sabe que Uruguay ha mostrado mucho interés en el pacífico, en particular por declaraciones vinculadas con la Alianza del Pacífico. El interés de Uruguay de tener una política de inserción algo distinta a la que presentan Argentina y Brasil es notorio", dijo a El Observador el director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay, Ignacio Bartesaghi.

En el mismo sentido el excanciller del gobierno blanco (1990-1995), Sergio Abreu, opinó que la etapa de acuerdos bilaterales está cerrada y que los intereses norteamericanos son más amplios. "No creo que haya una mayor agenda bilateral porque en realidad el tema de la zona de libre comercio ya es lejano. A mi me parece que el diálogo político es muy importante entre otras cosas por el acercamiento de Estados Unidos a Cuba. El gobierno uruguayo tiene que acompañar esa línea, que es una forma de abstraerse a la locura tropical de (Nicolás) Maduro".

El Observador intentó sin éxito comunicarse ayer con el presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio, José Bayardi, para consultarlo sobre la estrategia de la Casa Blanca.

Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales que hace dos semanas presentó un libro sobre el vínculo comercial de Estados Unidos con el Mercosur, consideró que el eventual ingreso de Uruguay como miembro pleno de la Alianza del Pacífico sería leída en el contexto internacional como una señal de apertura hacia la zona Asia Pacífico y, en consecuencia, al tratado transpacífico impulsado por Estados Unidos.

"Lo que atrapa de la Alianza del Pacífico es el modelo de inserción externa. Esos países tienen acuerdos con Estados Unidos y la Unión Europea, que vos (Uruguay) quisieras tener. Siempre en el plano económico comercial Uruguay da mensajes al exterior del Mercosur de que tiene otra visión de cómo insertarse al mundo. De que quisiera un acuerdo con la Unión Europea de forma más rápida, que quisiera acercarse a EEUU y que además quisiera acercarse a la zona Asia Pacífico porque se da cuenta que es una zona más dinámica", dijo el experto.

Pero las señales enviadas por EEUU y las continúas declaraciones en favor de la apertura comercial del ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, y del canciller, Rodolfo Nin Novoa, generan tensión y resistencia dentro de la izquierda. Además del peso de los sectores, el PIT-CNT es una de las organizaciones que más lucha por el rechazo a la firma del TISA.

La central sindical informó ayer en su sitio web que en los próximos días solicitará una nueva reunión con Nin Novoa para hablar sobre la postura de Uruguay cuando los países que discuten el TISA definan en setiembre las cláusulas negativas del acuerdo. Ese listado se traducirá en los sectores que cada país pretende excluir del acuerdo global sobre servicios.

La firma de ese acuerdo también divide a los sectores del Frente Amplio. El Partido Comunista, la Lista 711 y el ala autodenominada removedora del Partido Socialista ya expresaron su rechazo. La firma de ese acuerdo también divide a los sectores del Frente Amplio. El Partido Comunista, la Lista 711 y el ala autodenominada removedora del Partido Socialista ya expresaron su rechazo.

La secretaria técnica de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur e integrante del departamento de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Viviana Rumbo, centró su análisis en el sistema financiero y dijo que el TISA reducirá la posibilidad de controles sobre esa área. "Aquellos bancos que no estén en territorio nacional en este momento, mañana se instalan en Uruguay y quedan comprendidos en el TISA. Porque todo lo que no se incluye en la lista negativa será considerado como lista positiva. Luego de firmado el acuerdo, no hay espacio para rectificar errores", dijo al portal de la central.