Durante el proceso de digestión, esas bacterias producen unas substancias que para los científicos tienen más valor que el petróleo: se trata del biopolímero PHA, cuyos terrenos de aplicación son enormes.
Los científicos suizos han logrado conseguir gracias a esas bacterias tres tipos de biopolímeros PHA, materia prima a partir de la cual podría fabricarse desde material para empaquetado o colas para pegar hasta sucedáneos de epidermis, válvulas cardíacas y hasta arterias.
Witholt ha estudiado junto a científicos del Instituto Federal Suizo de Protección de Aguas el metabolismo de los microbios productores de PHA y está convencido del gran potencial de esos microorganismos como devoradores de todo tipo de materia tóxica en beneficio del medio ambiente.
El mayor potencial está en la industria química tradicional: para el año 2010, aproximadamente un 60% de los productos de la química fina podrían producirse con ayuda de esos microorganismos, lo que correspondería a un valor de mercado de 230 millones de euros, según expertos de Technical Insights.
(EFE)