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Experiencias exitosas de uruguayos en Paraguay estimulan a nuevos inversores

Crecimiento del agro guaraní sorprende y va de la mano de empresarios extranjeros
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01 de junio de 2012 a las 19:19

Los exitosos negocios que realizaron varios empresarios uruguayos en Paraguay estimulan a nuevos inversores locales que ven en el país guaraní grandes oportunidades. Dados los bajos costos de producción y los buenos precios, además de la continua y vertiginosa escalada de precios de los inmuebles rurales, que confluyen en una alta rentabilidad.

La crisis europea, que ya influye en algunos países de la región como Brasil, y reciente aparición de dos focos de fiebre aftosa, parecen no afectar el flujo de inversiones en Paraguay, según confirmó a El Observador el operador Raúl Bruschi, principal de la empresa Agroagua.

El empresario explicó que “hay mucho incentivo porque a los uruguayos que invirtieron en Paraguay les está yendo muy bien. Hace tres años que estamos en Paraguay y hemos visto muchos cambios, sobre todo cambios positivos como la suba constante del precio de la tierra”.

“Hubo inversores que compraron campos a US$ 100 la hectárea y hoy ese valor se triplicó; vendieron esos campos y volvieron a comprar mayor extensión”, señaló. Bruschi explicó además que el negocio inmobiliario rural en Paraguay tiene dos puntas importantes, por un lado están los inversores que compran un campo y esperan a que suba el precio para volver a venderlo –en Paraguay los precios están subiendo a pasos agigantados y al ser grandes extensiones de tierra hay una ganancia destacada–; y por otro lado están quienes optan por comprar un campo y además ponerlo a producir –teniendo a favor el clima, los costos y los buenos precios de los productos–, lo que hace que el negocio sea redondo.

“A Paraguay no llegan solo inversores uruguayos, están llegando inversores de todo el mundo. Hay muchas colonias menonitas en el Chaco Central y a través de ellos llegan muchos inversores norteamericanos y chinos. Además se están instalando diferentes empresas de insumos agropecuarios como laboratorios, empresas de maquinaria agrícola y de genética”, comentó.

El operador destacó que es muy común pasar por un campo de monte, a la orilla de algún camino, y a los dos meses volver a pasar por allí y que ese lugar esté totalmente desforestado, luego vienen las pasturas y después los ganados.

Señaló que el gobierno paraguayo no le pone trabas a las inversiones extranjeras y a su vez consideró que la llegada de extranjeros le sirvió mucho al país. “Los extranjeros están trabajando muy bien en Paraguay”, opinó.

Consultado sobre el perfil del inversor uruguayo, Bruschi indicó que en general el inversor uruguayo ya conoce Paraguay. “Nosotros intentamos asesorarlos porque cuando hablamos de ganadería hay tres o cuatro formas de poder hacerla, también hay que mirar muy bien donde se invierte. Hay gente que quiere comprar montes, otros quieren comprar estancias, otros quieren hacer un negocio ganadero de capitalización”, señaló.

Precio de las tierras.

Bruschi recordó que “hace un tiempo una hectárea de monte en el Chaco Central valía entre US$ 130 y US$ 150, hoy valen el doble o más, los campos valen hasta US$ 400 por hectárea. Son campos de más de 2.000 hectáreas y la extensión promedio de los establecimientos oscila entre 4.000 y 6.000 hectáreas”.

Explicó además que en el Chaco Central hay estancias semi formadas y estancias totalmente desarrolladas. Las estancias desarrolladas tienen un plan de uso vigente, que es la norma que regula cuántas hectáreas se pueden desforestar, son establecimientos con proyectos que ya fueron ejecutados, que tienen la parte hidráulica hecha (pozos de agua, reservas y demás), alambrados, potreros, instalaciones ganaderas y viviendas para patrones y personal.

Las estancias semi formadas son predios que eran montes, que fueron desforestados y al que sus actuales propietarios le dieron un valor agregado como por ejemplo: alambrados; alambrado perimetral y reserva de agua; instalaciones ganaderas; vivienda; o pasturas. “El propietario compró el campo, lo desmalezó y realizó alguna otra inversión para aportarle un valor agregado y vuelve a venderlo”, resumió.

El empresario indicó que “los precios de las estancias dependen además de la cercanía del establecimiento a la ruta Transchaco, que es una de las únicas rutas asfaltadas que tiene Paraguay. También es importante que el establecimiento tenga agua dulce subterránea”.

Los precios de las estancias semi formadas se ubican entre US$ 550 y US$ 600 hasta US$ 900 y US$ 1.000. Es muy parecido al precio de una estancia en Bajo Chaco, pero las superficies son mayores. En Bajo Chaco las estancias son de 1.000 o 1.500 hectáreas y en Chaco Central son propiedades de 4.000 o 6.000 hectáreas en promedio.

En general, las estancias están ubicadas en el Bajo Chaco, en la zona al norte de Asunción, caracterizada por los palmares. Ahí hay muy poco monte porque es donde tradicionalmente se hace ganadería y una hectárea de monte vale por lo menos US$ 400. Las estancias valen entre US$ 550 y US$ 1.000 por hectárea, dependiendo de la ubicación, del tipo de agua subterránea y de las mejoras que tenga el establecimiento.

En la zona de Bajo Chaco es muy difícil de hacer agricultura. Se hacen pasturas en ciertos campos, pero pasturas que se adaptan mejor a la humedad y que son de calidad inferior, como las variedades Tanzania o Pangola.

Si el inversor piensa en una producción agrícola-ganadera tiene que pensar en Chaco Central o Alto Paraguay, porque son las tierras que tienen mayor índice de fósforo.

Problemas.

Bruschi consideró que “los principales problemas que tiene Paraguay hoy en día son la infraestructura logística y la energía eléctrica. Pero por otra parte está la ventaja de que un inversor puede comprar un campo a US$ 600 o un monte a US$ 350, con un perfil totalmente agrícola. La caminería es un problema país que en algún momento tendrá que solucionarse”.

Consultado sobre las ocupaciones de campos por parte de los movimientos Sin Tierra, el operador señaló que “en el Chaco las ocupaciones son muy pocas, esto se da más en la parte oriental. Hay estancias que tienen problemas de titulación que es donde se ocupa. Nosotros estamos muy bien asesorados por un equipo legal que estudia con lupa la documentación de las propiedades donde nuestros clientes van a invertir”.

Sobre la situación que dejaron los focos de fiebre aftosa, dijo que complicó el acceso al mercado chileno, pero Rusia sigue comprando carne paraguaya con normalidad (aprovechando la baja de precios). Ahora no hay tantas repercusiones sobre este tema. “Por supuesto que la fiebre aftosa afectó al país, a la ganadería, los precios bajaron, pero creo que con el potencial de Paraguay se saldrá adelante”, concluyó.

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