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Explosivos y falta de servicios dificultan el retorno a Faluya

Desplazados están ansiosos por volver a sus casas tras derrota yihadista
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11 de julio de 2016 a las 05:00
Los remanentes de artefactos explosivos, la presencia de las milicias chiíes y la falta de servicios básicos dificultan el retorno de los desplazados a sus hogares en la ciudad iraquí de Faluya, después que esta fue liberada del grupo terrorista Estado Islámico a finales de junio.

Pese a las dificultades del terreno, en la zona aumentó la presión sobre las autoridades, que trabajan a contrarreloj después de la difusión de informaciones sobre la posibilidad de que los habitantes puedan retornar a la ciudad en agosto próximo.

La ciudad es la segunda más importante de la provincia occidental de Al Anbar y estuvo bajo control yihadista desde enero de 2014, lo que complica la desactivación de explosivos, dada la extensión y la gran cantidad de tiempo que estuvo dominada por los terroristas.

El miembro del consejo local de Faluya, el jeque Salman Daud, advirtió que hablar de la posibilidad de un retorno de los desplazados "es aún prematuro". "Quizá suponga una aventura que podría acabar con la vida de muchos, debido a la gran cantidad de bombas escondidas por los terroristas en viviendas y calles", dijo a la agencia EFE.

Pese al trabajo de especialistas y voluntarios en la desactivación de bombas en casas y avenidas, las tareas realizadas hasta el momento todavía son insuficientes para poner totalmente fin al peligro de estallidos en Faluya.

Un teniente coronel de la Policía de Faluya, Ibrahim Al Isaui, adelantó que la ciudad aún no está habilitada para recibir a los desplazados, pese a las difíciles circunstancias que viven en las tiendas de campaña.
"Ellos tienen muchas ganas de volver a sus hogares, pero las labores de desactivación y retiro de bombas y la restauración de los servicios básicos requerirá un largo tiempo y una financiación que supera la capacidad de la provincia de Al Anbar", explicó el militar.

El consejo local de Faluya busca evitar que se repitan los mismos errores que se produjeron con "el apresurado regreso de los desplazados a Ramadi", la ciudad capital de Al Anbar liberada de los extremistas en diciembre de 2015, dijo Daud.

"Decenas de civiles perdieron la vida por la explosión de bombas, y además muchos habitantes de Ramadi todavía sufren una gran carencia de servicios básicos", agregó.

Sin luz, agua, ni hospital

Los combates para la liberación de Faluya provocaron grandes daños en la red de suministro de electricidad, las plantas de agua potable y partes del hospital central de la ciudad, que el Estado Islámico destruyó con explosivos antes de huir de lo que hasta hace un mes era uno de sus principales feudos.
Según Al Isaui, pese a la reapertura de la dirección provincial de la Policía de Faluya y a que los servicios de electricidad y agua comenzarán a funcionar de nuevo, "el regreso de los desplazados en agosto parece algo ilógico debido a la gran destrucción que sufrieron esas instalaciones".

Además, la presencia de la milicia chií Multitud Popular, cuyos miembros han sido acusados en varias ocasiones de cometer abusos contra los habitantes suníes de las poblaciones que liberan, crea reticencias entre los desplazados a la hora de volver.

Es el caso de Ali al Mohamadi, que huyó de Faluya por los enfrentamientos entre yihadistas y las fuerzas de seguridad, y que ahora reside en la zona de Al Ameriya, a unos 10 kilómetros al sur de la urbe. "Los desplazados temen ser capturados, asesinados y maltratados por esos milicianos. No olvidarán fácilmente las torturas, maltratos y vejaciones, por ello no se arriesgarán a regresar a Faluya sin tener garantías de futuro", dijo.

El ciudadano advirtió que las informaciones que le llegan desde Faluya no son tranquilizadoras, ya que hablan de nuevos saqueos e incendios de viviendas cometidos por los milicianos chiíes.

Preocupación de la ONU

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) expresó en un comunicado su preocupación por el retorno de los desplazados antes de limpiar Faluya totalmente de explosivos, y advirtió que podía repetirse lo que sucedió en Ramadi, cuando muchos civiles murieron por explosiones.
"Aunque se entiende el deseo de la gente de regresar lo más pronto posible por las precarias condiciones que viven en los campamentos, es importante garantizar que las circunstancias sean adecuadas para el retorno", sostuvo Acnur.

Con la recuperación de Ramadi y Faluya, así como varias importantes derrotas en otras zonas, el Estado Islámico ha perdido mucho terreno y se ve acosado en el norte del país.

Tras la liberación de Faluya, las fuerzas iraquíes centran ahora sus esfuerzos en volver a hacerla habitable y segura para los pobladores que huyeron de ella, aunque no descuidan el próximo gran frente de batalla, la ciudad de Mosul, el principal feudo de los yihadistas del Estado Islámico en Irak.

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