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Fórmula blanca quiere ser como Larbanois - Carrero, pero le falta afinar la música

En su primera gira juntos, Lacalle Pou y Larrañaga dijeron que quieren sonar como el dúo de folklore
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23 de julio de 2014 a las 23:12

No arrancaron bien. En un salón minúsculo de la sede del Partido Nacional en Minas, la fórmula presidencial de los blancos hizo un acto breve y sin emoción ante periodistas y dirigentes políticos. A diferencia de Luis Lacalle Pou, que se mostró de buen humor, Jorge Larrañaga se plantó más serio que de costumbre, cansado y sin ganas.

En esa primera aparición un tanto fallida, el candidato presidencial bromeó con el Mundial. Dijo que el equipo estaba “debutando después de muchos días de vestuario”, en referencia al tiempo de descanso e intercambio que se concedieron desde el 1 de junio.

Ya entonces largó la primera de tres metáforas respecto a su sintonía con Larrañaga: “Nos vamos a tener que acostumbrar, tenemos estilos diferentes”, advirtió ante la evidencia de lo innegable. “Tocamos distintas músicas pero les aseguro que tenemos la misma letra”, completó. Luego, una mala señal: cada uno arrancó por su lado. Larrañaga se fue a la casa de la intendenta de Lavalleja, Adriana Peña, donde se reunió con otros dirigentes de Alianza Nacional y comieron una colita de cuadril. Lacalle fue a visitar a Camila Ramírez, líder del sector Aire Fresco Accesible e hija de la dirigente Carol Aviaga. Ramírez, que es sordomuda, acaba de tener a su primera hija y el candidato fue a conocerla.

Casi seis horas después volvieron a verse las caras en Zapicán, un pueblo de 500 personas bien adentro de Lavalleja. Llegaron en autos separados al club social donde los esperaban unos 50 militantes nacionalistas. Entonces Larrañaga mostró un primer cambio de ánimo. “Yo provengo del ámbito municipal, creo en el desarrollo local y en defender el largo collar de nuestros pueblos y pagos chicos, que en la suma hacen a la construcción del pago grande”, comenzó el senador y exintendente de Paysandú, con su hablar pausado y su fuerte tono de voz resonando en las paredes húmedas del club de Zapicán.

De a poco, Larrañaga fue sintonizando con los rostros inexpresivos del auditorio. Les habló con acierto de las dificultades cotidianas que él bien conoce del interior profundo, mientras Lacalle lo miraba con gesto de admiración. Se refirió a “el Uruguay de las cercanías”, un concepto que, aclaró, tomó prestado de quien hasta hace dos meses atrás fuera su rival en la interna. “Queremos acercar el Estado a la gente para que no se tengan que ir de los pagos chicos”, concluyó. Cuando fue su turno, Lacalle Pou se puso el chip del lenguaje campechano, relató anécdotas que incluían caballos, ganado y productores, y afirmó que quería “estribar en lo que decía Jorge”: la famosa descentralización. De hecho, a juzgar por la recorrida de ayer por Lavalleja, seguramente ese es y será uno de los principales aportes que tomará Lacalle Pou de Larrañaga. Luego aprovechó el “robo” previo y disparó: “Hay orden de no aflojar”, que es la frase que usaba el líder de Alianza para concluir sus oratorias durante las internas. La siguiente parada -ahora sí, con un ritmo más ágil y parecido al que imprimió Lacalle Pou a su primer tramo de campaña-, fue Batlle y Ordóñez. A ese pueblo de unas 3.000 personas llegó una fórmula nacionalista más distendida. Entre medio habían parado para sacarse una foto juntos en la casa donde nació Wilson Ferreira Aldunate.

Fue allí donde Lacalle Pou expresó su deseo de conformar junto a Larrañaga un “dúo” musical. “Con Jorge nos conocemos hace muchísimo tiempo. Esta es la segunda intervención pública que tenemos”, dijo, y agregó: “Ya es una especie de... Payada no, porque suena mal, pero es como si fuéramos un dúo, como Larbanois-Carrero, que parece que cantara solo uno de tanto tiempo que hace que cantan juntos”. Para reafirmar esa segunda metáfora musical, planteó: “Estamos tratando de ser Larbanois y Carrero. Estamos arrancando”. La última visita fue a Cerro Chato, ya en el límite con Treinta y Tres, donde los dirigentes blancos continuarán de gira hoy. En ese pueblo, dentro de un salón comunal colmado, Lacalle Pou se refirió al “bautismo” de la fórmula y nuevamente le puso sonido a la situación. “Arrancamos hoy pero tocamos bastante parecido. Cada uno toca como sabe, pero está de moda la música de fusión”. Larrañaga volvió a hablar de descentralización y a intentar conquistar así a los locatarios. Al terminar, entre risas, fotos y autógrafos, Lacalle valoró que “el experimento”, en referencia a la conformación de la fórmula nacionalista, “aprobó y con buena nota”. Salieron rumbo a Treinta y Tres, donde pasaron la noche en lugares separados, cada uno junto a sus políticos cercanos.

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