Free shops buscan atenuar las diferencias con el lado brasileño

La voz de alerta empezó a correr en la frontera uruguaya en 2012. En octubre de ese año, Brasil aprobó una ley que habilitaba la instalación de lojas francas (tiendas libres de impuestos) en los municipios que tuvieran “ciudades gemelas” de ciudades extranjeras en la frontera terrestre con el gigante norteño. La disposición hace posible que en 28 ciudades brasileñas aparezcan este tipo de tiendas, 10 de ellas situadas en el límite con Uruguay, en el estado de Río Grande del Sur.

Los empresarios del sector, una vez conocida la noticia, empezaron a hacer notar las diferencias entre el régimen que se instalará en Brasil y el uruguayo. Este último data de 1986 y hasta la fecha está regido por un decreto, el 367/95. Por ejemplo, los free shops brasileños podrían vender a ciudadanos de ese país, mientras que no está permitido a las tiendas uruguayas vender a turistas locales. Tampoco operaría con listas positivas de productos sino con negativas –donde se indicarían qué mercaderías no pueden comercializarse–, otra diferencia con lo que ocurre en Uruguay.

Pero el punto que es señalado como la mayor asimetría entre los dos sistemas es el hecho de que, en julio del año pasado, Brasil anunció que a partir de julio de este año el gasto máximo de los brasileños en el extranjero –sin abonar impuestos de importación– descendería de los US$ 300 actuales a US$ 150. Esta fecha coincide con el momento en el cual podrían abrir los free shops del lado brasilero.

El secretario general de la Cámara de Empresarios de Free Shops del Uruguay, Carlos Loaiza Keel, indicó que este aspecto es el más urgente dado que muchas de las ventas se dan en ese rango, y aclaró que se trata de “la primera de las batallas, pero no la última”.

Loaiza Keel indicó que lo que buscan los empresarios instalados en Uruguay es lograr una “competencia equilibrada con el otro lado”. En este sentido, la cámara mantiene un diálogo fluido con varios actores del gobierno. De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, hizo alusión a esta situación durante el último Consejo de Ministros, celebrado el domingo pasado en Melo, la capital de Cerro Largo. En esa oportunidad el canciller manifestó que el tema podría estar sobre la mesa durante el encuentro que mantendrá el presidente Tabaré Vázquez con su par brasileña, Dilma Rousseff, el 21 de mayo en Brasilia.

“Creemos que el gobierno va a agotar todas las instancias posibles, pero sabemos que contamos con una posición de Brasil dura, y nos preocupa eso”, apuntó Loaiza Keel. Los empresarios ponen sus fichas a la gestión que pueda realizar el gobierno uruguayo ante el brasileño y esperan para conocer cómo seguirá su realidad.

El propietario de la cadena de free shops The Place, Emilio Bruno, manifestó a El Observador que el gobierno debe “apoyar” al comerciante de frontera, dado el peso que tiene en la economía del país. El sistema de free shops en Uruguay, según datos aportados por la cámara, da empleo a más de 5.000 personas, representa más del 10% de la recaudación aduanera y el 0,2% de la recaudación de la DGI.

Por su parte, el responsable de JH Partners en la región (propietario de los free shops Neutral), Enrique Urioste, manifestó que lo ideal sería que se diera una “situación” espejo al otro lado de la frontera. Consultado acerca de si Neutral está interesado en abrir tiendas en suelo brasileño, Urioste dijo que depende de cómo sea la reglamentación final a la que arribe el gobierno norteño.

“Si es una reglamentación que hace viable el negocio para un grupo internacional, no solamente estaríamos instalándonos sino que es la única forma de crecer en el negocio”, añadió Urioste, quien señaló a Uruguaiana e Iguazú como puntos fronterizos interesantes.

Desde el Chuy, el comerciante brasileño Mohamed Jomaa –cuya familia posee free shops del lado uruguayo y que fue por ocho años prefeito (una suerte de intendente) del Chui– opinó que la aparición de free shops en tierras brasileñas haría “morir a las dos fronteras”.

Como alternativa, Jomaa sugirió que en Brasil se puedan vender a extranjeros productos de ese país libres de impuestos. “Sería la gran solución”, dijo. “Hay que impedir que se hagan los free shops, y eso solo pueden hacerlo las autoridades uruguayas”, apuntó .

La situación con el real

A la incertidumbre sobre qué pasará finalmente con el tema normativo, se suma otro ingrediente: la depreciación del real. Este fenómeno, que se agudizó durante los primeros meses de este año, hizo que para los brasileños fuera menos atractivo comprar del lado uruguayo. Las ventas han disminuido y se ha recurrido al envío de trabajadores a seguro de desempleo, aunque Loaiza Keel aseguró que no se trata de los más de 1.000 que se ha manejado.

“No son los números oficiales, no hablamos ni de cientos”, dijo, y agregó que la cámara ha mantenido conversaciones con el Ministerio de Trabajo para alcanzar fórmulas “alternativas” para mitigar este efecto. Según datos de la gremial, mientras que en el primer trimestre de 2014 el total de compras del sistema de free shops había ascendido a US$ 75,8 millones, este año esa cifra fue de US$ 56,7 millones. La caída es de 25%.

El secretario general de la cámara hizo hincapié en que los empresarios miembros de la gremial han hecho inversiones para el largo plazo y saben “que este ciclo va a cambiar”. Por este motivo, agregó, es que se insiste en que el problema sigue siendo de índole regulatoria con Brasil.

Urioste se manifestó en el mismo sentido: “Son ciclos económicos que hay que pasarlos”. Además, dijo que sigue teniendo “la más absoluta confianza en el negocio”. El empresario calculó que en los primeros meses de 2015 el nivel de ventas disminuyó entre 30% y 35%, respecto a igual período de 2014. De todas maneras, “se está empezando a crear una tendencia de recuperación de la compra”, dijo.

En tanto, el propietario de The Place –con tiendas en Artigas, Rivera, Río Branco y Chuy– expresó también que han sufrido una merma en el entorno del 30% en comparación con 2014. Río Branco y Rivera fueron los puntos donde más se notó, sostuvo.

Bruno expresó que luego de años de “muy buenas ventas, por seis meses o un año que se cae la moneda brasilera el perjuicio va directamente a los comerciantes que han generado todo un potencial de recaudación de impuestos.

Proyecto de ley para el sector en gateras

Hasta hoy, el régimen de free shops de tierra en Uruguay se rige por un decreto. Desde hace un tiempo, se aboga porque cambie y sea una ley la que marque las reglas de juego para el sector. “Entendemos que esa ley debería, no igualar, pero tratar de equiparar el régimen que tiene Brasil”, expresó Loaiza Keel, quien sostuvo que con esto no se quiere generar “distorsión en el comercio interno”. El secretario general de la cámara que nuclea a las empresas que representan arriba del 60% de la facturación del régimen añadió que no se busca generarle un problema al gobierno, pero sí lograr “medidas compensatorias”.

“Si bien esperamos que se apruebe, fue oportuno esperar porque hay muchos aspectos de la regulación brasileña que van a tener que ser contemplados”, planteó.