El proyecto de la regasificadora está lejos de concretarse pero
Gas Sayago -sociedad anónima que crearon UTE y
ANCAP para gestionar el proyecto- duplicó sus costos operativos en 2016 respecto a 2015. Tras la partida del consorcio
GNLS, la empresa tuvo que hacerse cargo de gastos que antes no estaban en su órbita.
Esta información la proporcionaron los directores de la empresa, encabezados por la actual titular de Ancap, Marta Jara, que comparecieron ante la Comisión Investigadora sobre el proceso de la construcción de la regasificadora.
La empresa tuvo que asumir costos de mantenimiento que ascienden a unos US$ 4 millones por año.
Los gastos en consultoría y juicios laborales también aumentaron, según dijo a El Observador el diputado blanco Pablo Abdala.
"Los directores de Gas Sayago se han olvidado que los recursos que se administran son del Estado y, aunque es una empresa privada, los recursos son públicos", aseguró.
La empresa comenzó a hacerse cargo de un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por US$ 82 millones que se había tomado para realizar obras que en su mayoría no se concretaron.
El plazo de gracia venció en octubre de 2016 y ya se pagó una primera cuota por US$ 8 millones.
El balance de Gas Sayago en 2016 cerró con pérdidas por US$ 17 millones, lo que significa casi US$ 15 millones más que en 2015, cuando el balance fue negativo en US$ 2,6 millones.
Abdala adelantó que, junto a otros diputados opositores, pidieron un listado detallado de los sueldos de los funcionarios de la empresa creada por UTE y ANCAP. "Tienen contratados a dos estudios jurídicos y además tienen a un abogado que cobra como un sub-gerente de UTE", apuntó.
Para Abdala quedó "implícitamente" confirmado que el proyecto de la regasificadora se cayó.