Víctor Schillaci, Martin Lanatta y Cristian Lanatta<br>

Gobierno atribuye el papelón a maniobra para ayudar a asesinos

Hasta Macri festejó haber apresado a los tres prófugos cuando solo había caído uno
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10 de enero de 2016 a las 05:10
En la tarde del sábado las autoridades argentinas confirmaron la recaptura de los tres presos que cumplían prisión perpetua por un triple asesinato, 13 días después de una fuga cinematográfica y una intensa búsqueda que tuvo en vilo al vecino país. Altos funcionarios, como el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti y la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal celebraron la captura y felicitaron a las fuerzas de seguridad.
"La lucha contra el narcotráfico es una tarea que nos tiene que comprometer a todos. Queda mucho trabajo por delante", dijo el mandatario a través de Twitter.

Pero la película estaba lejos de su final. Pocas horas después, las autoridades admitían que solo habían capturado a Martín Lanatta, uno de los tres narcotraficantes, y que los otros dos –Cristian Lanatta y Víctor Schillaci– seguían siendo buscados.

En la noche del sábado la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que se realizará una investigación profunda con consecuencias penales para los responsables de brindar la "pista falsa" que llevó a informar erróneamente que habían sido capturados los tres prófugos, lo "que pudo haber significado darle tiempo a los otros para escaparse más lejos aún". Consideró que este episodio tiene que ver con ramificaciones del delito en las estructuras políticas, judiciales y policiales.

Bullrich destacó la trascendencia de haber capturado a Martín Lanatta, ya que demuestra que en el gobierno liderado por Macri no hay impunidad: "Vamos a encarar la lucha con todas las piedras e informaciones falsas que nos pongan en el camino (...) algunos dirán que quedamos como tontos siguiendo pistas falsas, pero nosotros actuamos con la firmeza que tenemos que actuar".

Fuga y detenciónLos hermanos Lanatta y Schillaci escaparon el 27 de diciembre de una prisión de la provincia de Buenos Aires, donde estaban condenados a cadena perpetua por el asesinato en 2008 de tres empresarios que –al igual que ellos– traficaban efedrina, sustancia usada para fabricar drogas sintéticas. Las circunstancias del escape fueron insólitas: salieron por la puerta principal utilizando una pistola de madera mientras eran custodiados por un policía que, por su religión, no podía usar armas.

La detención se produjo en la madrugada del sábado en un camino vecinal a unos 570 kilómetros al norte de Buenos Aires, luego de volcar un vehículo con el que evadían controles policiales y robar otro. Martín Lanatta, que resultó herido en el vuelco, fue capturado tras pedir agua en una casa de la comunidad santafesina de Cayastá.
A lo largo de los 13 días, los prófugos fueron vistos por dos controles de seguridad apostados en las carreteras: en esas ocasiones, policías resultaron heridos tras recibir disparos de parte de los convictos. La búsqueda también contó con un operativo fallido en la localidad bonaerense de Ranchos, decenas de allanamientos y varias detenciones de supuestos cómplices.
El jueves pasado se desplegó un operativo con cientos de agentes en una zona rural de Santa Fe, donde se escondían los prófugos luego de protagonizar un tiroteo con gendarmes.
La operación incluyó helicópteros, grupos especiales de apoyo y francotiradores.
Tras la fuga, la gobernadora María Eugenia Vidal desplazó a la cúpula del servicio penitenciario del distrito.

Revuelo políticoLa fuga generó amplio revuelo porque se dio meses después de que Martín Lanatta afirmara en un reportaje televisivo que el crimen que cometieron fue ordenado por Aníbal Fernández, entonces jefe de gabinete de ministros y candidato a gobernador de la mayor provincia de la nación.
Muchos creen que esa denuncia, realizada desde la prisión ante las cámaras, jugó un rol clave en la derrota de Fernández en Buenos Aires a manos de la candidata de Macri, un duro golpe para el peronismo que semanas después perdió el balotaje presidencial.
Fernández negó las acusaciones, que según él fueron parte de una operación mediática para perjudicarlo.

El sábado, Fernández reclamó mediante su cuenta de Twitter que se esclarezcan los detalles de la fuga y condenó el "periodismo basura" que lo vinculó a los delincuentes.
"Lo agarró un bache. Ahora, que lo custodien como corresponde, que queremos conocer los términos del arreglo de la fuga con urgencia", dijo en referencia al vuelco de la camioneta en la que viajaban los prófugos.
En declaraciones al canal TN, la vicepresidenta Gabriela Michetti le respondió a Fernández que no era momento para ese tipo de comentarios.
"No sabemos cuán involucrado está Aníbal con estos temas. Personas como él deberían ser más prudentes (....) No voy a acusar a nadie porque tiene que actuar la Justicia. Pero no me parece correcto realizar comentarios tan livianos", señaló.

"Martín Lanatta me salvó" En la madrugada del sábao, luego de volcar la camioneta en la que viajaban, los tres prófugos irrumpieron armados en la casa de Héctor Ferreira, un vecino de Campo del Medio, Santa Fe. Le robaron su camioneta, celular y comida. "Gracias a Martín Lanatta estoy vivo. Los otros decían 'Matalo para que no hable'. Lanatta pidió que no me mataran. Estaban desesperados", señaló Ferreira en declaraciones a los medios argentinos.

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