Grecia dio un "No" rotundo

Sobre las 23:30 horas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, apareció en cadena nacional. A esa hora, y con más del 80% de los votos escrutados, ya se tenía la certeza de que el "No" había sido el vencedor –por varios cuerpos– del referéndum donde se preguntaba a los griegos si aceptaban o no un acuerdo propuesto por sus acreedores europeos. Cuando Tsipras hablaba por televisión, las proyecciones decían que más del 61% de los votantes habían elegido el "no".

El líder de Syriza, que asumió el liderazgo del país en enero de este año, dijo que sus compatriotas habían tomado una decisión "histórica" y "valiente", y que su respuesta "alteraría el diálogo existente en Europa".

Tsipras fue enfático durante su discurso –y minutos después cuando retomó varios de sus conceptos en su cuenta de Twitter– al resaltar que la decisión del pueblo griego no implicaba una separación de Europa, sino que le brindaba más fuerza a la hora de negociar con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario, la "troika" acreedora de la nación helénica.

"Mi mandato no es de ruptura con Europa sino de salida del círculo vicioso de la austeridad", sostuvo el primer ministro.

Antes había sido el turno del ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, de dar su opinión luego de conocido cómo se perfilaba la votación. Varoufakis también hizo mención a la "valiente decisión" que habían tomado los griegos al rechazar el paquete de rescate que proponían sus acreedores. Asimismo, la denominó como un "gran sí por una Europa democrática".



Tras conocerse los resultados, varios miembros del gobierno griego mencionaron la carta de negociación que les brindaba el apoyo recibido por la mayoría de los votantes que se volcaron por el "no". Esto, argumentaban, les daba espaldas más anchas una vez se retomen las negociaciones que definirán qué pasará con el país.

Recepción amarga

Fuera de Grecia, los resultados del referéndum de ayer fueron recibidos como un baldazo de agua fría. Los analistas, en tanto, parecían acordar en una cosa: ninguno tenía demasiado claro qué repercusiones podría gatillar lo que habían dicho los griegos en las urnas.

La canciller alemana Angela Merkel anunció de inmediato que viajaría hoy a París para reunirse con el presidente francés, Francois Hollande. El viaje busca tratar de manera conjunta "la situación luego del referéndum griego y tratar la continuación de la cercana cooperación franco-alemana en este tema", señalaron ambos gobiernos.

Los mandatarios de las dos economías de mayor porte de la zona euro mantuvieron una comunicación telefónica ayer luego de conocidos los resultados primarios, y resolvieron llamar a una reunión de los líderes de los 19 países europeos para el martes.

Otro de los actores relevantes en esta historia, el Banco Central Europeo, también discutirá el martes cómo seguir de cara a este nuevo escenario.

El ministro de economía alemán, Sigmar Gabriel, apuntó que "con el rechazo a las reglas del euro (...) las negociaciones sobre un programa de miles de millones de euros son prácticamente inconcebibles".

"Tsipras ha roto los últimos puentes con Europa", añadió en declaraciones al diario Der Tagesspiegel.
En tanto, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo que el resultado era muy "lamentable" para el futuro de Grecia.

"Para la recuperación de la economía griega, medidas y reformas difíciles son inevitables", indicó. Dijsselbloem añadió que ahora esperaría a ver cuáles serán los próximos pasos de las autoridades griegas.

Tsipras dio algunas pistas sobre esto durante su aparición ayer de noche. La prioridad inmediata, dijo, es reestablecer el funcionamiento del sistema bancario y la estabilidad económica del país.

Grecia atravesó una semana de control de capitales, que dejó como saldo el cierre de sus bancos, un límite a cuánto pueden retirar las personas de los cajeros automáticos y el fantasma de la merma de dinero en general sobrevolando el país. Algunas estimaciones señalaban que, de no haber ningún cambio en la situación, los bancos griegos se quedarían sin dinero para mediados de esta semana, si no antes.

El portavoz del gobierno griego, Gavriil Sakelaridis, informó además que el Banco de Grecia iba a solicitar en la noche del domingo liquidez adicional al Banco Central Europeo (BCE) a través del mecanismo de prestamos de emergencia (ELA).

"Mañana (por hoy) se reúne el consejo de gobierno del BCE. Hay argumentos válidos a favor de una mayor financiación del ELA", dijo.

Afirmó también que el Ejecutivo espera reanudar las negociaciones con los acreedores para llegar "inmediatamente" a un acuerdo.

"Las negociaciones que van a comenzar tienen que terminarse inmediatamente, incluso dentro del plazo de las próximas 48 horas", aseguró Sakelaridis en declaraciones a la cadena privada de televisión ANT1.

Preguntas

Todavía quedan varias otras interrogantes de difícil respuesta por estas horas. La primera: si Grecia dejará el euro. Otra –si se ingresa en un terreno aún más extremista– es si el país abandonará la Unión Europea.

Con el triunfo del "No" –contra los pronósticos que daban un empate técnico– el país se arriesga a un aislamiento financiero y político en la zona euro, así como a un derrumbe de su sistema financiero si los acreedores se niegan a brindar ayuda.



Sus socios europeos ya habían advertido que de rechazarse el plan, podría significar el comienzo de la salida de Grecia de la zona euro. Esto desataría una desestabilización de la economía global y de los mercados financieros cuyas consecuencias son difíciles de predecir.

Si Grecia finalmente se retira de la zona euro –lo que se denominó como "Grexit" en las últimas semanas– sería un duro golpe para el proyecto de moneda única del viejo continente, ideado 15 años atrás.

La zona euro podría estar ingresando ahora en un escenario de desintegración, y Grecia podría convertirse en el primero de sus miembros que decide salir por su puerta.