Hackear la televisión

Creada por Sam Esmail, la serie estrenó su primera temporada en junio del 2015. En Estados Unidos se emitió por la cadena USA Network, mientras que en Uruguay se retransmitió por la señal de cable Space. A grandes rasgos, la historia gira en torno a Elliot, un joven programador extraño y solitario que durante el día trabaja en una aburrida empresa de seguridad informática, mientras que en sus tiempos libres despunta el vicio y se dedica a hackear. De esta forma, con su complexión delgada y una mirada profundamente extraviada, Elliot se entromete en la vida de sus amigos, vecinos, del Estado, de las mayores corporaciones del mundo empresarial y también de varios delincuentes. Sus fines suelen ser nobles y busca siempre generar algo bueno de sus intervenciones informáticas. Pero lo que en realidad Elliot esconde es un trastorno o un desorden de ansiedad social. El personaje utiliza sus habilidades de hacker para poder acercarse a las personas de alguna forma y no quedar por fuera de una sociedad que gira a ritmo frenético.

En medio de su vida desordenada y su tendencia justiciera, Elliot es reclutado por una organización de colegas que busca dar el golpe definitivo contra E-Corp, la empresa más influyente de ese universo que controla desde los sistemas financieros hasta las telecomunicaciones.

Pero más allá de su trama, hay tres razones por las que Mr. Robot es una serie que vale la pena seguir y que el estreno de su segunda temporada, el próximo jueves 14 de julio por Space, es la excusa perfecta para ponerse a punto o comenzar la cuenta regresiva: la construcción del guion, su particular fotografía y las actuaciones protagónicas, que son de lo mejor que se ha visto en televisión en los últimos años. ¿Continuará su segunda temporada en esta misma línea?

Gracias a un cóctel bien equilibrado, con sus respectivas dosis de problemáticas sociales, choques de poder, emociones confusas, y tecnología; el guion de Mr. Robot es entretenido desde una primera lectura básica y superficial. Si bien lo que allí sucede se presta para un análisis más profundo y extenso, no es necesario andar con muchas vueltas para pasar un buen rato y hasta mantenerse al borde de la silla capítulo a capítulo. Y la construcción del personaje de Elliot es un trabajo muy fino que redondean Esmail y su grupo de guionistas.

El capítulo piloto dispara un personaje que guía al espectador por la trama desde un punto de vista dudoso y a lo largo de la temporada de esa hipótesis se resuelve. Es probable que todo el viaje emocional que Elliot atraviesa a lo largo de la primera temporada aterrice en suelo firme y se espera que el personaje vaya en busca de algunas verdades que su inestabilidad psíquica no le ha podido proporcionar aún.

Además de la incorporación al elenco de la actriz Grace Gummer (hija de la galardonada Meryl Streep) como agente del FBI ya anticipa que los choques de Elliot con la ley podrían estar más intencionados que nunca.

También, según una nota publicada en The Guardian, las filtraciones del equipo de producción hablan de que la historia recurrirá mucho a flashbacks para descubrir cómo era la vida de Elliot y su familia mientras vivían juntos. Algo que la primera temporada dejó bastante pendiente.

Cuando se trata de cine y televisión, no solo los personajes hablan. También lo hace la puesta en escena, el vestuario, el maquillaje y sobre todo la fotografía, mediante la cual los directores y realizadores eligen enmarcar las acciones de los personajes. En Mr. Robot, los planos de cámara juegan un rol fundamental y cuentan también parte de la historia. Los personajes son colocados en los bordes de los encuadres dejando una cantidad ridícula de "aire" o fondo. Esto busca demostrar lo aislados que se encuentran algunos de los personajes y lo poco que se manifiestan al mundo exterior. De todas formas, al menos en el caso de Elliot, que le habla directamente a la audiencia con voz en off, los espectadores conocen qué hay detrás de esas caras abstraídas.

La segunda temporada será dirigida íntegramente por Esmail, así que los planos aireados y oscuros –con una mirada interna y subjetiva de la realidad por parte de Elliot– de seguro seguirán estando presentes en esta nuevo ciclo que promete ser tan intenso como su antecesor.