El elemento económico sigue siendo uno de los principales cuando se habla de motivación, pero su impacto es a corto plazo, y pronto se interioriza o se olvida. Las empresas deben trabajar con otros elementos cuyos efectos son a largo plazo. El salario, más que una motivación, es un básico, del mismo modo que el lugar de trabajo y los recursos para desempeñar una actividad excelente.
Tampoco el reconocimiento verbal basta. Si el dinero no motiva y la palmada en la espalda no funciona, queda la carrera profesional. Pero gran parte de las organizaciones ya no son capaces de ofrecer las carreras que satisfacen a la gente. Muchas empresas lo explotan desde el punto de vista de la comunicación, pero no lo pueden llevar a cabo.
En todo caso, cuando ninguna de las dos partes (empresa y empleado) aportan demasiado a la relación laboral, se cree que la cuerda del desinterés se estira hasta que una de las partes ve que no vale la pena. Si no existe atención ni intención, aparece la apatía.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá