Economía y Empresas > IGNACIO MUNYO

"Hay que dar señales más claras de compromiso con la inflación"

El experto dijo que " la única variable que va a crecer con certeza es el gasto público"
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16 de marzo de 2016 a las 05:00

¿Qué quiere decir tener una mayor cautela fiscal, como pidió el ministro Astori el otro día?
Entendámonos bien, la única variable que va a crecer este año con certeza es el gasto público. Va a crecer 3% en términos reales cuando la recaudación no crece prácticamente nada. Eso genera presiones inflacionarias y aumenta el déficit fiscal. El gobierno busca cerrar la brecha con tarifas públicas, pero no es sostenible. Es muy costoso en este contexto porque pega en el nivel de actividad y en la inflación.

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Para el economista Ignacio Munyo la inflación es la variable más difícil de controlar y la que más amenaza el grado inversor de Uruguay. El director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM (Universidad de Montevideo) el gobierno debería priorizar el combate a la suba de precios con "señales fuertes de compromiso", como una baja del precio de los combustibles.

En entrevista con El Observador TV, el experto dijo que espera que en los próximos meses el ritmo de aumento de los precios vuelva a ubicarse por debajo del 10%, aún cuando el gobierno siga priorizando la recomposición del balance de las empresas públicas por sobre su objetivo inflacionario. En ese sentido, dijo que "ANCAP está condicionando el manejo macroeconómico".A continuación un resumen de la entrevista que mantuvo con el periodista Mariano López.

El presidente de la República hizo mucho énfasis en cuidar el grado inversor. ¿Qué pensás?
Yo creo que está bien marcar la importancia del grado inversor. Esa es la señal que quiso dar el presidente. Tenemos un activo muy valioso y a la gente a veces le cuesta entender para qué sirve. Voy a poner un ejemplo que me tocó vivir en carne propia. Estaba hablando con un inversor muy importante de Estados Unidos que quería invertir un monto importante de dinero en Uruguay. Yo le pregunté, "con el nuevo gobierno de Argentina, ¿cómo están viendo la región? ¿no les interesa invertir ahí?" La respuesta fue, "no podemos invertir en Argentina porque no tiene grado inversor". Eso demuestra su importancia. Por más que tenga perspectivas muy buenas, hasta que no recupere el grado inversor –que tiene un camino larguísimo–, no va a poder recibir muchos de los capitales que hoy siguen mirando con atención a Uruguay.

"La única variable que va a crecer este año con certeza es el gasto público"


¿Corremos riesgo de perderlo?
En el corto plazo, no. Pero si los indicadores macroeconómicos se siguen deteriorando, indefectiblemente nos van a bajar algún escalón. Todavía estamos dos escalones arriba del grado inversor. A mitad de año va a haber una revisión y no podemos descartar una rebaja de la nota, pero que todavía nos mantengan el grado inversor. Si esto se sigue deteriorando, es probable que en 2017 tengamos una situación compleja con respecto a las calificadoras.

"Si esto (por las variables macroeconómicas) se sigue deteriorando, es probable que en 2017 tengamos una situación compleja con respecto a las calificadoras (de riesgo)"

¿Qué medidas podría tomar el gobierno para asegurar esa calificación?
El gobierno tiene que hacer, en gran parte, lo que está haciendo. Y dar señales fuertes. Estudiamos a fondo, a través de la literatura especializada, qué le importa a las calificadoras de riesgo a la hora de bajar el grado inversor de un país. Lo primero que me sorprendió es que el déficit fiscal no es una variable significativa para la calificación de deuda. No es determinante. Ahora, la inflación es una variable fundamental. Países con alta inflación tienen bajas calificaciones y por lo tanto, tienen un riesgo mayor de perder el grado inversor.La inflación es la variable macroeconómica más difícil de manejar, porque no depende solo del gobierno sino de que las señales que da sean creíbles e incorporadas por los agentes privados que toman todas las decisiones de forma descoordinada y descentralizada.
El gobierno tiene que dar señales más claras de que está comprometido con la inflación. Cuando asumió el presidente Tabaré Vázquez, dijo que la inflación iba a estar en 18 meses en 5%. En aquel momento lo saludamos con muchísima alegría ese mensaje porque era en la línea de los compromisos que hay que dar. Lamentablemente, pasaron 13 meses y no se ha reducido la inflación, sino empeorado. Necesitamos dar señales fuertes de compromiso. El Banco Central ha dado algunas con la suba de encajes, pero no alcanza. No se están leyendo con claridad las señales que están dando. El compromiso no se ve con firmeza.

¿Qué inflación esperan para fin de año?
Nuestra proyección todavía nos deja dentro del 10%, en 9,5%. Discrepamos con algunos colegas que la inflación va a quedar por encima del 10% por mucho tiempo. Incluso si no se toman algunas medidas que creemos convenientes, manteniendo los precios de las tarifas públicas, la inflación podría entrar en un par de meses dentro del 10%. En abril el directorio de ANCAP tiene que revisar los precios de los combustibles. Si ahí se diera una señal de una reducción, que es posible, eso influiría para el registro de inflación del mes siguiente, generaría una señal y contribuiría mucho. El epicentro del problema en la ronda de Consejos de Salarios es la inflación. El tire y afloje de un punto más o un punto menos de inflación cambia mucho en el bolsillo de los trabajadores.

Ya la inflación este mes está por encima de la referencia para aumentar salarios.
Con los ajustes establecidos en la pauta del gobierno y esta inflación, hay pérdida del salario real. Es natural que no se quiera asumir esto. Está bien entender que la actividad económica va a crecer mucho menos, que estamos en una situación prácticamente de estancamiento, pero de ahí a que tengamos que tolerar una inflación tan elevada, es inentendible por los trabajadores y los ciudadanos. No es una consecuencia obvia del enfriamiento económico.


"ANCAP está condicionando el manejo macro"

¿Qué pudo hacer en 2015 el gobierno y no hizo?
El gobierno tiene muy poco margen de maniobra, este o cualquier otro gobierno. Todas las decisiones que se toman tienen efectos secundarios no deseados. Quiere cumplir con todas las partes y tiene cada vez menos para financiar los mayores reclamos, todos legítimos.

¿Dónde vemos nosotros que el gobierno está pifiando? En el manejo de ANCAP. Se capitalizó explícitamente a fin de año con una ley aprobada en el Parlamento, pero durante los últimos 18 meses se fue capitalizando por todos los uruguayos que fuimos a poner nafta a la estación de servicio o que pagamos un boleto, a través de un costo del combustible que no reflejó la caída que tuvo el petróleo a nivel internacional. Se prefirió fortalecer a la empresa y no destinar ese dinero a otros fines que podrían haber sido mucho más eficientes. ANCAP está condicionando el manejo macroeconómico.



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