“Hay que replantearse la edad de jubilación”

A usted le preocupa la discriminación a los ancianos.

La sociedad no es consciente. Si le preguntas a la gente en la calle, te dirá que no se discrimina. Pero la realidad no es esa. En cuanto se jubilan intentan apartarle de todos los sitios posibles para que no moleste. La idea del mayor como persona que gasta y no produce está muy extendida. La idea del mayor como alguien que no es capaz de afrontar los problemas y por la que hay que decidir… es tremendo. Me parece que es un problema serio en casi todo el mundo, con matices, pero contra el que hay que luchar. A los viejos se los discrimina en la sociedad y también en la medicina.

¿De qué forma?

Es verdad que en la medida que la gente cumple más años tiene más enfermedades. Pero recurrir a la edad como explicación de una dolencia es una forma de vagancia intelectual. La edad no es una enfermedad en sí misma. La edad determina cambios que pueden favorecer la aparición de enfermedades. No debe haber criterios de edad para nada: ni para cirujanos, ni para cuidados intensivos ni para recibir tratamientos. El criterio no lo determina la edad sino el conjunto de circunstancias de una persona. También se les excluye de la prevención: ‘que fume, pobrecito, ya le hemos sacado tanta cosa’. A los 90 años sigue siendo malo el tabaco para él. Son formas de discriminación.

La atención sanitaria de los ancianos es un desafío para Uruguay. En 2050 los mayores de 65 años serán el doble que los menores de 10...

Hay que prepararse desde muchas perspectivas. Una de ellas es aplicar medidas correctoras de los factores de riesgo para prevenir enfermedades crónicas. Y hay que pensar que la gente que va llegando ahora a edades avanzadas tiene una preparación más sólida. En 40 años habrá más gente escolarizada.

¿Qué preparación exige eso?

La sociedad debe tratar de dar cancha a estas personas. Dejar de quitar del medio a un colectivo que va a ser cada vez más numeroso y que puede generar riqueza por la vía de la educación, el voluntariado, el apoyo en campos en que han sido competentes. Implicará también replantearse la edad de jubilación. Es bastante absurdo que la edad actual sea la misma que hace un siglo, siendo que ahora llegan muchos más a esa edad y llegan mucho mejor.

¿Hay que aumentar la edad de jubilación?

Habría que jubilarse más tarde, pero sobre todo habría que ser flexible. La rigidez es mala para todo. Si un señor, por el tipo de trabajo que hace o por las razones que fuera, quiere jubilarse a los 55 años, pues démosle facilidades. Pero si uno llega a los 65 y lleva tiempo haciendo algo que lo hace bien, y quiere seguir y está en buenas condiciones ¿por qué se lo vamos a impedir? ¿Y si se vuelve tonto? Pues ponga usted controles. Igual que para el carné de conducir. Y ponga condiciones si tiene la sensación de que eso va a limitar las posibilidades laborales de la gente más joven. Establezca sueldos inferiores u horarios para las personas mayores más cortos o flexibles. Pero mantenga integrada, en la medida de lo posible, a esas personas. Hágales participar de la sociedad. No limite su calidad de vida. Este tema está en debate en todo el mundo. Y si acá no está, lo estará.

Pero la gente anhela jubilarse. Muchas veces surge como un deseo personal y no impuesto.

Pues muy bien. Facilitémosles que lo hagan. El concepto es que cuando alguien cumple 65 años, le quedan en promedio más de 20 años de vida. Básicamente es gente que se encuentra bien. ¿Qué vas a hacer con ellos? ¿Los vas a mandar a que jueguen dominó en un casino? Pues sácales partido. La gente trabajando se encuentra más feliz, más realizada, cumple un rol social más allá del cuidado de los nietos.

Quizás esta discriminación ocurre porque la sociedad valora cada vez más la velocidad. Los ancianos son un “estorbo” en ese sentido.

Es un error. La vejez es algo a lo que todo el mundo aspira. El que no llega a viejo es porque no puede. Los suicidas son muy escasos. Los que dicen que no quieren vivir 100 años, mienten como bellacos. Eso se dice cuando se tiene 20, 30 o 40. Después de los 80, no se dice. Cuando van cumpliendo años, cambian de opinión.

El tema es en qué condiciones se llega a la vejez, ¿no?

Los datos objetivos son demoledores en ese sentido. La gente que llega a la edad de la jubilación, que varía mucho pero puede ser en el entorno de los 65 años, generalmente llega en buenas condiciones. Hay encuestas en las que se pregunta por la salud y mayoritariamente las respuestas son ‘mala o muy mala’. Da igual la edad. Es decir, cuanta más edad, menos porcentaje de ‘buena y muy buena’. Pero sigue siendo mayor ‘mala o muy mala’. Da igual que la encuesta la hagas en un país que en otro. Cuando rascas, todos tienen problemas de salud. El 75 % de los mayores de 65 años tienen problemas cardiovasculares, incluida la hipertensión. Problemas osteoarticulares tiene más de la mitad; problemas de los sentidos (boca, oído, vista) tienen todos o casi todos. Pero se van adaptando. Viven con ello y no lo viven como un problema.