Rooney Mara en <i>Peter Pan</i> (2015) como la princesa nativoamericana Tiger Lily<br>

Espectáculos y Cultura > RACISMO

Hollywood tiene la piel clara

Los actores blancos que interpretan a personajes de otras razas son un problema usual en el cine, que continúa ampliándose sin remedio
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24 de octubre de 2015 a las 05:00

A veces, en la oscuridad de las salas de cine, en los minutos contados sobre la pantalla, el problema no se nota. Las caras blancas son solo eso y no máscaras que esconden el color verdadero de un personaje. Así, a los ojos de Ridley Scott, la ingeniera en comunicación satelital de Misión rescate, Mindy Park, es inequívocamente la pálida y rubia Mackenzie Davis. Y, desde las butacas, la vista es la misma.

Sin embargo, como recuerdan lectores, diarios y sitios web, las páginas de Andy Weir, el escritor del libro que da sustento a Misión rescate, le dieron a Park otro rostro, el de una coreanoamericana. "Esta película, que ha atraído la atención de los Oscar, no debería recibir ningún premio por su casting", comentaba el presidente de la Media Action Network for Asian-Americans (Manaa), Guy Aoki, denunciando una práctica añosa de Hollywood: el whitewashing. Consiste en elegir actores blancos para personajes que originalmente pertenecen a otras razas.

Con la excusa de apelar a la empatía o el agrado del mayor público y de esa forma optimizar las ganancias en taquilla, el whitewashing ha sido uno de los síntomas más notorios del racismo en la industria cinematográfica. Además de limitar la visibilidad de razas minoritarias en historias originales, las adaptaciones o reinterpretaciones de historias conocidas también se esmeran en borrar el rastro que pueda dejar cualquier otro color.

Peter Pan, otra de las películas en cartelera, adolece de las mismas críticas que Misión rescate. En el casting optaron por la caucásica Rooney Mara para interpretar a Tiger Lily, la princesa nativo-americana del país de Nunca Jamás. Ante las críticas por esta decisión, el director Joe Wright apeló a la fortaleza actoral de Mara y a su propia visión de la tribu de Nunca Jamás, compuesta por nativos de todo el planeta, un grupo multiétnico, variado e indefinido.

Otros tonos

El caso de Misión rescate, no obstante, ahonda aun más en el dilema, sin limitarlo a la blancura de Park. A pesar de contar con un elenco racialmente diverso (que incluye personajes latinos, asiáticos y afroamericanos), la película también le dio un nuevo rostro al ingeniero Vincent Kapoor, la versión cinematográfica de Venkar Kapoor, un personaje indio e hindú, que finalmente fue interpretado por el actor anglonigeriano Chiwetel Ejiofor.

Aunque esta decisión de casting no privilegió a actores blancos, como en los ejemplos anteriores, hizo evidente una problemática emparentada al whitewashing, aunque más amplia: el racebending, es decir, un intercambio de razas que cumple los mismos objetivos, pero sin que necesariamente dominen los blancos.

A través de estas prácticas, en manos de Hollywood las razas se convierten en una escalinata guiada por los ingresos y por las supuestas simpatías del público. Con los actores blancos a la cabeza, los afroamericanos siguen y las demás minorías sufren el descarte.

"Hay tan pocos proyectos escritos específicamente con personajes asiáticoamericanos y él (Scott) los ha convertido en una mujer blanca y en un hombre negro. Esta era una gran oportunidad para darles roles con contenido a actores asiáticoamericanos y ayudar a impulsar sus carreras, lo que le hubiese permitido a nuestra comunidad convertirse en una parte aún mayor del equipo de rescate", señaló Aoki.

Historia repetida

No obstante, esta no es la primera vez que Scott ha estado bajo fuego cruzado. El año pasado su película épica bíblica Éxodo (2014) fue denostada por identificar a las figuras de Ramsés y Moisés con actores blancos como Christian Bale y Joel Edgerton.

"No puedo montar un filme con este presupuesto y decir que mi actor principal es Mohammed Tal-y-tal de tal-y-cual lugar", respondió el director, agravando la ira de medios y audiencias. "No me van a financiar. Así que la pregunta ni siquiera se plantea", agregó.

Más allá de las particularidades de cada director y cada productora, Scott y Wright no se encuentran solos, y sus errores tampoco han servido de aprendizaje para enmendar yerros futuros.

Con un estreno previsto para 2017, la adaptación cinematográfica del manga Ghost in the Shell continúa enarbolando a Scarlett Johansson como la elegida para hacer las veces de la robot policía japonesa Motoko Kusanagi. Por su parte, Doctor Strange, de Marvel, colocará a la inglesa Tilda Swinton en el rol de El Anciano, un hombre tibetano con un papel fundamental en el entrenamiento del superhéroe principal del filme.

No obstante, la industria cinematográfica parece haber empezado a empatizar con la problemática. "He escuchado sus palabras y su decepción y les ofrezco una disculpa sincera a todos quienes consideraron que este casting fue una elección rara o mal aconsejada", afirmó el director Cameron Crowe luego de contratar a Emma Stone, una actriz estadounidense de orígenes suecos, alemanes e ingleses, para interpretar a la mitad hawaiana/mitad china Allison Ng en Aloha.

Aunque Crowe luego enfatizó que el quid del personaje era no ser notoriamente identificable con su herencia racial, los comentarios de Stone tomaron otro camino. "He aprendido en un nivel macro acerca de la demencial historia de whitewashing de Hollywood y cuán problemático es. Esto ha encendido una conversación que es muy importante", señaló la actriz.

Piezas intercambiables

Según Aoki, la lista de whitewashing continúa creciendo a un ritmo alarmante y exponencial. Sin embargo, el fenómeno comienza a adoptar nuevas facetas con cada renovación de la cartelera hollywoodense o la grilla televisiva.

A pesar de que algunas series o películas eligen a actores pertenecientes a grupos minoritarios, dichas minorías a veces parecen ser fácilmente intercambiables. Por ejemplo, en la serie Narcos de la plataforma Netflix eligieron al actor brasileño Wagner Moura para interpretar al magnate de las drogas colombiano Pablo Escobar. El tono de la dermis es (casi) el mismo, por lo que poco importó la pobre dicción.

Como señaló Stone, el whitewashing ha acompañado la historia del cine hollywoodense, convirtiéndose en una herramienta difícil de eludir. En un principio, sin embargo, las minorías no solo eran interpretadas por actores blancos, sino que eran caricaturizadas: rostros pintados de negro, ojos excesivamente rasgados, movimientos extraños y acentos exacerbados.

En aquel momento, la representación era tan reducida que esos personajes burlones eran incluso loados por la audiencia, gozosa de verse en la pantalla, aunque la forma distara de ser ideal. Con el tiempo, el instrumento fue decayendo y la visibilidad real sustituyó a la ficción de los rostros pintados (ver recuadro). Pero las minorías aún están lejos de obtener todos los roles que les pertenecen, aun menos los que necesitan.

Aunque en los últimos años algunos grandes títulos han servido de plataforma para actores fuera del espectro caucásico, no todos parecen ávidos de hacer uso de esa oferta actoral. Quizá los directores o las productoras mismas también sean figuras martirizadas, víctimas de un sistema omnipotente que opta por grandes nombres de pieles pálidas como si fuesen garantía inexorable del éxito. Sin embargo, vale la pena recordar: las estrellas se hacen, no nacen.


Caras falsas

Maquillar a actores blancos para que hicieran las veces de personajes de minorías raciales era una práctica usual en el cine clásico de EEUU. Así, actores como Marlon Brando, Charlton Heston, Laurence Olivier y Mickey Rooney pintaron sus rostros de negro o amarillo. Aunque la práctica mostrara su carácter ofensivo y fuese paulatinamente abandonada, subsisten ejemplos: Angelina Jolie crespó su pelo y oscureció su rostro para el no tan lejano A mighty heart (2007).


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