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Hong Kong, 50 años después

Después de la revuelta de 1967 contra el colonizador británico, hay hoy una fuerte corriente anti Pekín
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07 de mayo de 2017 a las 05:00
Por Elaine Yu, AFP

No queda en Hong Kong rastro de la revuelta de 1967, que a golpe de bombas artesanales hizo tambalear al colonizador británico. Pero 50 años después, un estado de cólera similar recorre la ciudad, dirigida esta vez contra China.

Mientras esta excolonia se dispone a celebrar en julio los 20 años de su retrocesión a China, Hong Kong apenas recuerda este episodio casi ignorado, que dejó sin embargo 51 muertos.

Aquel movimiento social, originado en reivindicaciones sindicales y atizado por el Partido Comunista Chino contra la potencia colonial, degeneró durante siete meses –de mayo a diciembre de 1967– en batallas callejeras entre militantes de izquierda y fuerzas de seguridad, y en un aluvión de violencia que jamás volvió a repetirse.

Las fotos de la época muestran a habitantes ensangrentados, entre ellos mujeres y niños, y a muchedumbres mirando con ira a los policías.

Luk Tak-shing, de 70 años, no pudo olvidar la redada policial en la sede del sindicato donde trabajaba, y en la que fue detenido con otras 40 personas.

Entonces, había ayudado a los obreros a organizar una huelga. Fue detenido, golpeado y encarcelado por reunión ilegal, relata.

"Los golpes de la policía me sacaban de quicio", explica este hombre que se enoja "aún hoy, solamente de hablar de ello".

Era la época en China de las sombrías horas de la Revolución Cultural y de las purgas masivas.

En Hong Kong, el movimiento se inició el 6 de mayo de 1967 cuando obreros despedidos de una fábrica de flores artificiales intentaron impedir que saliera de la planta la producción.

Muchos de ellos fueron arrestados, y los enfrentamientos con la policía causaron heridos, detonante de un ciclo infernal de manifestaciones, represión e incluso sangrientos atentados.

Entre mayo y octubre, los expertos en desactivar explosivos fueron llamados más de 8.000 veces por alertas de bomba, entre ellas 1.100 por verdaderos artefactos explosivos, según la policía.

La tranquilidad solo retornó a fines de año, con un llamado en ese sentido del entonces primer ministro chino, Chu En lai.

La extrema violencia del movimiento marcó a Hong Kong, según la cineasta Connie Lo, autora de un documental sobre esos disturbios, y con un título elocuente: Vanished Archives (Archivos desaparecidos).

"El hecho de haber vivido el terrorismo en la ciudad ha hecho valorar a sus habitantes el precio de la estabilidad", explica Lo.

Sin embargo, 20 años después de la retrocesión de la antigua colonia británica a China, hay tensiones palpables en Hong Kong, donde parte de la opinión pública todavía piensa que Pekín amplía su control, pese a que las libertades de la ciudad están teóricamente garantizadas hasta 2047.

Se espera que el presidente chino Xi Jinping se desplace a la ciudad para celebrar este aniversario, que se realizará el 1° de julio.

El mismo problema

Las grandes manifestaciones de 2014 para exigir a China reformas democráticas fueron globalmente pacíficas. Pero a fines de 2016, el barrio de Mongkok fue escenario de enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y militantes de la autonomía o incluso de la independencia hongkonesa.

El nivel de violencia de este enfrentamiento estuvo lejos del que podía observarse en 1967, pero fue descrito como el más violento desde hace medio siglo.

Leung Kwok-hung, veterano del combate por la democracia y conocido con el mote de Cabellos largos, advierte diferencias entre 1967 y hoy, pero aún así considera que el fondo del problema sigue siendo el mismo.

"La población está confrontada al mismo problema: un gobierno que no ha elegido", analiza este veterano militante, que se considera de izquierda.

Mientras tanto, el gobierno de Hong Kong –alineado con Pekín– parece inmerso en una huida hacia adelante, al endurecer su posición y multiplicar las acciones judiciales contra los militantes.

El territorio, semiautónomo, está profundamente dividido entre dos bandos: uno fervientemente demócrata y otro pro Pekín.

Un país y dos sistemas

La Constitución de Hong Kong, conocida como la Ley básica, establece que coexistirá con China como “un país, dos sistemas” durante 50 años desde que la ciudad volvió a dominio chino en 1997.

Mientras Hong Kong reclama autonomía democrática, China reivindica su “jurisdicción absoluta” sobre ese territorio.

La gran duda es qué ocurrirá en 2047, lo que dependerá de cuál sea el camino que recorra China, que ha evolucionado hacia el libre mercado pero aún está lejos de la democracia.

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