Creo que hay razones locales pero también hay razones globales de que figuras de esta talla lleguen a Uruguay. Las razones locales son que la industria audiovisual uruguaya se sigue afianzando y demostrando que tiene nivel para llevar adelante este tipo de superproducciones, manejando de manera equilibrada costos, logísticas y calidad.
Por otro lado, hay razones globales, donde el mercado internacional ya está totalmente abierto y receptivo a estas industrias que han emergido y presentan ciertas ventajas comparativas. Este tipo de proyectos se pelean contra otras industrias, mas que contra otras productoras, se pelean contra Sudáfrica, Nueva Zelanda, Brasil, México, Argentina, entre varios más. Actualmente, los proyectos de determinado porte tienen un génesis que si el guión no es estrictamente marcado para una locación ya predeterminada, comienza una danza de presupuestos y opciones, donde Uruguay tiene bastante para ofrecer en términos de locaciones, presupuestos y posibilidades productivas.
A su vez, cada proyecto internacional e importante que desembarca en nuestras tierras y tiene un resultado óptimo, como lo tuvo Lipton (el cliente de la publicidad que grabó Hugh Jackman en Montevideo), genera credibilidad en plaza y posibilita y apuntala nuevos posibles proyectos, ya que generamos seguridad y credibilidad, lo que sencillamente demuestra que es posible hacer estos proyectos en Uruguay.
