Pese a que la administración de Daniel Martínez había asegurado en reiteradas ocasiones que no habría nuevos impuestos, la falta de caja y el haber encontrado un desfasaje financiero mayor a lo que esperaba, llevó a que los principales tributos estén en la mira de la comuna para generar más recaudación, mientras que varias exoneraciones de impuestos van camino de ser eliminadas.
En la exposición de motivos del mensaje presupuestal, Martínez apunta en reiteradas ocasiones contra el déficit que le dejó su compañera del Frente Amplio, la comunista Ana Olivera. Y en pos de "dejar las cuentas en orden", analiza instrumentos tributarios que recaerán sobre los contribuyentes y le permitirían hacer caja. Así, el documento presupuestal, a estudio de la Junta Departamental, establece la necesidad de realizar un "análisis crítico de la tasa general municipal" y pone como meta el reducir el tiempo de las actualizaciones de las bases de valores reales de los inmuebles con la Dirección Nacional de Catastro para "detectar inconsistencias".
La Intendencia de Montevideo (IMM) recauda por año unos US$ 600 millones. A través de los ajustes previstos para la tasa general municipal, la contribución inmobiliaria y el refinanciamiento de las deudas de patente, definido por el Sistema Único de Cobro de Impuestos Vehículares (Sucive), se espera recaudar en 2016 unos $ 300 millones (US$ 10 millones) más que en 2015, según informaron a El Observador desde el departamento de Recursos Financieros de la comuna.
Si bien todos los años la recaudación por la contribución domiciliaria aumenta debido a los cambios naturales de los inmuebles (reformas, altas de propiedades horizontales, etcétera), la comuna estima, "con un criterio conservador", que con la actualización de ese tributo tendrá un incremento "en el entorno de 1% de la base, unos $ 38 millones netos de morosidad", afirmó a El Observador la directora de Planificación y Ejecución Presupuestal, Gabriela Fachola. La jerarca aclaró que "el trabajo que se proyecta realizar no está enfocado a un aumento generalizado de la Contribución Inmobiliaria, sino a asegurar la correcta emisión", por lo que se analizarán las bases de cálculo de los impuestos teniendo en cuenta las diferentes situaciones.
En busca de evitar llegar a un punto de ruptura donde el flujo de caja no dé para cubrir las obligaciones, la intendencia capitalina procura achicar los gastos, para lo que se debe "eliminar" lo que llama "situaciones de gordura", afirmó Martínez en entrevista con El Observador TV.
Las horas extras se reducirán en 30%, racionalizarán contrataciones y se buscarán apoyos del gobierno nacional para políticas de Cultura, Sociales y Salud.
Esos ajustes en los gastos globalmente "significan unos $ 129 millones menos que lo ejecutado en el año 2014", señaló Fachola. "Las adecuaciones en los egresos no son producto de un recorte estandarizado en todos los casos sino que provienen de un análisis detallado y de una planificación orientada por la estrategia de priorizar acciones relacionadas con la limpieza de la ciudad, el desarrollo de nueva tecnología y herramientas de gestión para una mejor atención a los ciudadanos", destacó la jerarca.
Las prioridades se reflejan en la asignación de recursos. Según cifras aportadas por la comuna, si se comparan los presupuestos asignados por departamento en 2014 y los proyectados para 2016, el área de Desarrollo Ambiental tiene un aumento de $ 479 millones, y los recursos asignados pasan de $ 1.325 millones en 2014 a $ 1.804 millones en 2016. Con ese presupuesto extra, la administración de Martínez busca mejorar un área que en los últimos meses no ha hecho más que traerle dolores de cabeza, con problemas en el mantenimiento, la recolección y con el sindicato.
Por otra parte, se destinan $ 133 millones más al desarrollo inteligente. En tanto, los departamentos de Movilidad y Acondicionamiento Urbano ven disminuidos sus recursos en $ 258 millones y $ 312 millones respectivamente.
En la búsqueda de un déficit cero, otra de las alternativas para generar nuevos ingresos es la de revisar las exoneraciones de tributos. Se establecen así políticas en relación con las tasas de saneamiento, y se plantea que ahora estará exonerada solo para aquellas viviendas de bajos recursos; sobre la edificación inapropiada se eliminarán excepciones que anteriormente estaban exentas de pagar tributos.
Y sobre el impuesto a la propaganda se propone derogar la exoneración en "relación a los Entes Industriales y Comerciales del Estado".
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