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Impresiones del trovador

Leonard Cohen le cantó al amor, al desamor, a la vida y a la muerte; lo hizo con poesía, fragilidad y con la agudeza de un artista cuya obra merece ser venerada
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12 de noviembre de 2016 a las 05:00
A Leonard Cohen le robaron. No fue un ladrón, sino una persona cercana. Muy cercana. Alguien que trabajaba con él hace años como su agente y con la que había tenido una fugaz relación íntima. Era considerada parte de la familia y se llevó su dinero. Una gran cantidad. El nuevo milenio no había completado su primera década y Cohen, entonces con 73 años y sin más remedio, volvió a los escenarios.

Esos conciertos fueron a sala llena y de aplausos a rabiar. Cohen, cuya muerte fue anunciada el pasado jueves, se reencontró con un público que añoraba escuchar nuevamente su timbre grave, su recitado de enamorado y sus melodías y letras tan simples como dolorosas. Se presentó con una banda de músicos, unas coristas y un traje oscuro con sombrero. Era su atuendo predilecto, incluso cuando estaba en su hogar en Los Ángeles, en donde vivió lidiando los últimos tiempos combatiendo el dolor de un cáncer.

"He estudiado profundamente en las filosofías y las religiones, pero la alegría seguía abriéndose camino", dice Cohen –un canadiense de origen judío devenido en budista– en uno de los sinceros comentarios que hace entre canción y canción del registro Live in London, de 2009. En los años próximos a ese trabajo, el músico, poeta y escritor, quien durante su regreso como artista en vivo brindaba conciertos de hasta cuatro horas, jamás dejó de escribir.

"'Hineni, hineni,I'm ready, My Lord'. Hasta a morir nos has enseñado. Querido querido maestro Leonard Cohen" Jorge Drexler El músico uruguayo citó una de las últimas cancines de Cohen a través de su cuenta de Facebook

Consideraba a la escritura una práctica sagrada, pero no tenía tapujos en remover fácilmente los laureles con los que se solía hablar de su obra. "Si supiera de dónde vienen las buenas canciones iría a ese lugar más seguido", comentó cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011. "La poesía viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista. Me siento como un charlatán al aceptar un premio por una actividad que no controlo" dijo en el emocionante discurso.

Esa falta de control era sostenida por un perfeccionismo que lo convirtió en un artista influyente. Su canción más popular, Hallelujah, tiene tantas versiones de otros artistas como lágrimas de emoción derramadas al escucharla. Se dice que Bob Dylan, quien consideraba a Cohen un ídolo y un digno rival literario, le preguntó cuánto tiempo le había llevado escribir esa canción. Cohen mintió y dijo que eran dos años. Le daba vergüenza confesar que habían sido casi cinco.
"Cohen escribía sobre el amor, pesimista pero amor al fin" Gonzalo Curbelo El periodista e integrante de la banda La Hermana Menor también expresó su lamento por el fallecimiento del poeta

En el arranque de su carrera sufría de ansiedad y hasta pánico escénico. Una vida zen lo ayudaría a lidiar luego con ello, así como con su abuso del alcohol y las drogas. Primero probó y no tuvo suerte como escritor mientras vivía en la isla griega de Hidra. A fines de la década de 1960 se mudó a Nueva York, donde el poeta dio lugar al cantante. Marianne Ihlen, una de sus musas, ya había pasado por su vida y a ella le seguirían otras, como Suzanne Verda y Janis Joplin, a quien amó brevemente mientras vivían en el Hotel Chelsea.

Romántico, cínico y con una voz moldeada por cientos de cigarros y emociones, construyó una discografía prolífica y personal en la que continuó trabajando hasta recientemente. Cohen, quien ya aparecía de bastón y más flaco dentro de sus trajes en las tapas de sus últimos discos, publicó en octubre su último álbum, You Want It Darker. En la tapa, se lo ve sosteniendo un cigarro empezado por fuera de una ventana rodeada de una negra y completa oscuridad, como si no pudiera fumar de su lado, el de la luz. Así como en Blackstar, el último disco publicado de David Bowie antes de morir, Cohen le busca el sentido al final inevitable que aventura desde la primera canción.

"Denme un más allá de Leonard Cohen para que pueda cantar eternamente" Kurt Cobain La cita corresponde a un verso de la canción Pennyroyal Tea de Nirvana, grabada para su álbum In Utero

"Estoy pronto, mi señor", dice mientras se adentra en una exploración de la mente religiosa.
Un adiós adelantado y consciente del artista, sin embargo, le fue concedido en palabras a Ilhen, cuando Cohen le escribió una carta en el que se despidió de uno de sus grandes amores al enterarse de su inminente fallecimiento.

Sus palabras, así como sus canciones, reflejan la enorme sensibilidad y genio de un artista que hará mucha falta: "Bueno Marianne, ha llegado este tiempo en el que somos muy viejos y nuestros cuerpos se están derrumbando y creo que te seguiré muy pronto. Sé que estoy tan cerca de ti que si extiendes la mano, creo que se puede llegar a la mía. Y sabes que siempre te he amado por tu belleza y sabiduría, pero no es necesario decir nada más sobre eso porque sabes todo acerca de eso. Pero ahora, sólo quiero desearte un muy buen viaje. Adiós vieja amiga. Amor sin fin, nos vemos en el camino".

Menciones

Acompañante de la Orden de Canadá
Cohen fue premiado con el mayor honor civil de su país al ser introducido a la Orden de Canada por sus logros "en el arte y en la cultura pop".
"Él tiene la particularidad de crear un cuerpo de trabajo que se ha mantenido contemporáneo y significativo a través de tres décadas de cambio de gustos musicales y estéticas", dijo la entonces governadora general de Canadá, Adrienne Clarkson.


Salón de la Fama
del Rock and Roll
Cohen fue introducido al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2008 y la mención fue otorgada por Lou Reed. "Durante seis décadas, Leonard Cohen reveló su alma al mundo través de la poesía y la canción. Su profunda y atemporal humanidad afectó nuestra esencia. Simplemente brillante. Su música y palabras resonarán siempre", manifestó la organización.

Príncipe de Asturias de las Letras
"No estoy acostumbrado a enfrentarme a una audiencia sin una orquesta detrás que me respalde", dijo Cohen al iniciar un emocional discurso en el que reveló una anécdota de su infancia que lo vinculó con España durante el resto de su carrera.

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