Inflación se acelera y se muestra “rebelde” ante medidas oficiales

Según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios al consumo subieron 0,99% durante el mes de febrero, de modo que la inflación interanual mostró una leve aceleración de 8,72% en el año móvil finalizado en enero a 8,89%, en la última medición. “El índice refleja la rebeldía de la inflación y las presiones subyacentes”, dijo a El Observador el economista Aldo Lema, director de Vixion Consultores. Los factores que se encuentran detrás de esta suba son de carácter más permanente, vinculadas a presiones internas.

De hecho, los bienes y servicios no transables –aquellos que no se comercializan con el exterior y por lo tanto, sus precios dependen enteramente de la demanda y los costos domésticos–, fueron los que más explicaron la inflación de febrero. Según los indicadores elaborados por la Unidad de Análisis Económico de El Observador, los bienes y servicios no transables explicaron 60% de la suba de precios registrada en febrero y tienen una incidencia similar en la inflación de 12 meses. Es decir, de la suba de 8,89% registrada a febrero, 5,2 puntos se explican por bienes y servicios no transables.

Según señaló ayer el Centro de Investigación Económica (Cinve) en un comunicado, “el dinamismo de la demanda interna, asociada a la evolución de los salarios y a la alta utilización de recursos, mantiene su presión sobre los bienes no transables”. Sin embargo, los expertos esperan una moderación de esas presiones en el mediano plazo, debido a menores aumentos salariales y una desaceleración de la actividad económica.

Política económica

La desaceleración de la demanda no será suficiente para encauzar la inflación. Los analistas consultados por El Observador coinciden en señalar que el gobierno debe dar señales claras para el combate al alza de los precios, si no quiere que la inflación siga alejándose del rango objetivo, de entre 4% y 6%.

Para Cinve, “las distintas medidas adoptadas (por las autoridades en los últimos meses) no han logrado encauzar el proceso inflacionario, lo que no permite que las expectativas converjan al objetivo y resta credibilidad a la meta inflacionaria”.

Según la economista Florencia Carriquiry, gerente de la consultora Deloitte, “debería haber una nueva suba de la tasa de interés, si se quiere buscar que la inflación ceda”. Además, sostuvo que sería deseable “ver señales contundentes en la moderación del gasto público y de los ajustes salariales, que hoy le están poniendo mucha inercia a la inflación”.

Aldo Lema se mostró confiado en que el gobierno va a reaccionar con una nueva suba de la tasa de referencia en la próxima reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central –según espera debería ser de al menos medio punto porcentual hasta 9,75%–, que tendrá lugar a fines de este mes, sin embargo, señaló que se necesita “un plan de estabilización más amplio, con medidas en todos los frentes para anclar las expectativas”. Ahí se encuentra, según el experto, el punto principal a atacar en el problema inflacionario. “Las expectativas están muy desancladas en torno a 9% y eso hace que expectativas altas se incorporen naturalmente en los procesos de fijación de precios, ya sea de los supermercados, en los reclamos salariales de los trabajadores”.

También mencionó la necesidad de un “ajuste fiscal” que no podrá ser “silencioso” ya que deberá actuar sobre las expectativas.

Por su parte, el director del Banco Central por el Partido Nacional, Washignton Ribeiro, dijo ayer a El Observador que el dato de inflación de febrero “no sorprendió” y estuvo en “línea” con lo proyectado por el organismo para el primer trimestre del año.

“El dato reafirma que la inflación, junto con la competitividad, son los principales desafíos que tiene hoy el gobierno respecto al manejo de la política económica para este año”, afirmó. Ribeiro sostuvo que el gobierno “debería unirse de forma equilibrada” detrás de estos dos objetivos.

Ribeiro coincide con los analistas privados en que “se aproxima la próxima Rendición de Cuentas y ahí debería primar la austeridad y la búsqueda de mayor eficiencia del gasto público, que permitirían tomar medidas para apoyar a aquellos sectores que hayan visto más afectada su competitividad”, sugirió .