* Federico Trelles – Licenciado en Dirección de Empresas - Manager de Advisory de EY Uruguay
Vivimos en la era de la innovación, donde la rápida evolución de las tecnologías y el manejo de datos han impulsado fundamentalmente un cambio en el comportamiento del consumidor. Todo esto genera una constante presión sobre los productos de consumo y las empresas minoristas por posicionar a la innovación en el centro de su negocio. El éxito en este entorno requiere que los productos de consumo y las empresas minoristas desarrollen un modelo de innovación sumamente ágil, que acelere la velocidad de salida al mercado y ayude a rediseñar los modelos de negocio transformando las experiencias de consumo.
Un número creciente de empresas se encuentra buscando ideas nuevas fuera de sus organizaciones. Colaboran con socios externos y particularmente con pequeños emprendedores y startups para identificar y desarrollar nuevos productos así como rediseñar sus procesos. Según un estudio realizado por EY en empresas de productos de consumo y empresas minoristas, un 49% de los ejecutivos de productos de consumo consultados y un 32% de los de empresas minoristas indicaron que planean incrementar la proporción de innovación de productos provenientes de empresas externas en los próximos tres años.
Las empresas emprendedoras más pequeñas ofrecen la agilidad y el pensamiento creativo que las grandes empresas necesitan para sortear los cuellos de botella que detienen la innovación. 68% de los ejecutivos de productos de consumo y 64% de los de empresas minoristas coinciden en que la colaboración con empresas emprendedoras pequeñas se ha vuelto cada vez más importante para la obtención de objetivos estratégicos. La mitad de estos ejecutivos concuerda en que la falta de colaboración con socios externos pone a la empresa en desventaja.
La distribución de tareas, la escala, las marcas de las grandes multinacionales y las capacidades de innovación de las pequeñas empresas emprendedoras puede generar una combinación poderosa. Sin embargo, en la práctica, es muy difícil que dicha colaboración se lleve a cabo de manera adecuada. Casi la mitad de los consultados reconoce el valor potencial de la colaboración con empresas emprendedoras más pequeñas, pero encuentran complicaciones en su funcionamiento. Sólo un 10% entre ejecutivos de productos de consumo y empresas minoristas dijeron que se consideraban eficaces a la hora de demandar colaboración de colegas externos, 9,5% en cuanto a la alineación de incentivos entre dos partes y 16% en instaurar un modelo de gobernanza adecuado.
Superar los desafíos de las alianzas será un paso crítico para el desarrollo de una innovación ágil. En base al estudio de EY, alcanzar una colaboración exitosa implica que las empresas adopten nueve principios:
Una reconocida empresa de productos de consumo definió un programa donde invita a los innovadores a presentar propuestas para diversas áreas clave y después proporciona asesoría, inversión y asistencia para el desarrollo de proyectos piloto.
Una multinacional de consumo estableció una incubadora para identificar y desarrollar marcas boutique y de destilaciones artesanales. Las compañías que califican reciben financiamiento, acceso a conocimientos y flujos de efectivo. La multinacional tiene la opción de comprar las marcas más exitosas, que posteriormente se integrarán al negocio principal para formar parte de la cartera clave.
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