Inspección detectó 50% de informalidad laboral en Maldonado

Miles de trabajadores zafrales llegan en diciembre a Maldonado, especialmente a Punta del Este, en busca del salario. Ante ellos, algunos empresarios intentan exprimir la gallina de los huevos de oro y olvidan o evitan pagar impuestos y aportes a la seguridad social de sus empleados. Estas irregularidades se presentan fundamentalmente en hoteles y restaurantes. Por ello, en la segunda quincena de diciembre, la Inspección General de Trabajo fiscalizó a 413 empresas de Maldonado que trabajan en los rubros hotelero y gastronómico. "En la mitad de nuestras visitas, las empresas no exhibieron toda la documentación correspondiente al Banco de Previsión Social (BPS) y al Banco de Seguros del Estado (BSE) al momento de la inspección", informó a El Observador el inspector general de Trabajo, Gerardo Rey. Una vez constatadas las irregularidades, el ministerio da un plazo a los empresarios para que presenten la situación regularizada, y en caso contrario impone distintas sanciones.

"En un país como Uruguay, en el que la tasa de informalismo es de uno cada cuatro, estas son cifras altas", aseguró Rey. De todas maneras, advirtió que "en ciertos casos algunos empleados estaban en planilla y otros más zafrales no", por lo que el informalismo en esas situaciones es "parcial".

La Dirección General Impositiva (DGI) también está inspeccionando empresas en la costa uruguaya. El departamento que presentó más irregularidades fue Maldonado, fundamentalmente en el arrendamiento de casas, apartamentos y vehículos, informó el subdirector de la DGI, Álvaro Romano a El Observador.

El 2% son extranjeros

Uno de los restaurantes visitados por la Inspección General de Trabajo durante la segunda quincena de diciembre fue Viejo Marino, en la zona del puerto de Punta del Este. La primera inspección a esta empresa se concretó el 30 de diciembre, luego de que dos empleadas paraguayas, acompañadas por el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay, denunciaran explotación laboral y maltratos. "Un grupo de abogados que está asesorando al restaurante Viejo Marino pidió prórroga este martes ante el Ministerio de Trabajo para presentar la documentación que, en opinión de la empresa, demostraría que las personas están en regla", explicó Rey, y agregó que "la empresa asume que será sancionada con alguna multa".

El decreto 186 del Ministerio de Trabajo, promulgado en 2004, califica como "infracción muy grave utilizar trabajadores extranjeros que carezcan de los permisos reglamentarios". Este tipo de infracciones son sancionadas con multas que van de 100 a 150 jornales por cada trabajador afectado.

El dueño de Viejo Marino, Carlos Marrero, informó que para esta temporada contrató a ocho trabajadores paraguayos. Evelyn Giménez, que trabajó de ayudante de moza antes de renunciar y presentar la denuncia, cobraba $ 610 el jornal, y su cuñada, Dionisia Acosta, que estaba inscrita como peón de cocina, $ 535, según la liquidación que mostró Marrero a El Observador.

A su vez, el jerarca del Ministerio de Trabajo advirtió que "no es un fenómeno generalizado la contratación de trabajadores extranjeros en temporada". Las inspecciones realizadas a fines de diciembre en Maldonado revelaron que el 2% de los empleados son foráneos.

Además de inspeccionar el restaurante en dos oportunidades, la Inspección General de Trabajo denunció a Viejo Marino ante la Justicia para que investigue si existen los delitos que denunciaron las paraguayas. El juez de Crimen Organizado, Néstor Valetti, y el fiscal Gilberto Rodríguez están a cargo de la investigación. Agentes del Departamento de Delitos Especiales de la Dirección General de Lucha Contra el Crimen Organizado e Interpol participaron el 8 de enero de la segunda inspección al restaurante, que fue registrada por Marrero con su celular. El empresario dice que ambas inspecciones fueron "abusivas" mientras que el inspector general de Trabajo lo niega.

Los inspectores están en estos días en Rocha fiscalizando otras empresas y seguirán su gira en los próximos días por Colonia y Canelones.