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Instituto del Cáncer inaugurará banco de tumores para estudios
A principios del año pasado, la actriz estadounidense Angelina Jolie decidió quitarse ambas mamas para prevenir el cáncer. Como su madre falleció por esa enfermedad, existía 87% de posibilidad de que ella también enfermara. No todas las mujeres que tienen antecedentes de cáncer en su familia se tienen que realizar esa operación. La doble mastectomía de la actriz estuvo justificada por datos concretos: con esa compleja operación la posibilidad de que tuviera cáncer bajó a menos de 5%. Los médicos de Jolie lograron llegar a esas cifras gracias a que en Estados Unidos existen bancos de tumores que permiten realizar estudios genéticos a muestras de tumores.
En Uruguay, el Hospital Militar posee un banco de este tipo que almacena y analiza muestras de tumores en mamas y colon. A partir del año que viene, el Instituto Nacional del Cáncer (INCA) –que depende de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)–, contará con su propio banco de tumores, ampliará el análisis a todos los tipos de cáncer y podrá tener datos concretos sobre la incidencia de los genes en los casos de cáncer de los uruguayos, iguales a los que obtuvo Angelina Jolie. El banco será gestionado por la Fundación Peluffo Giguens, quien además apoyó la iniciativa desde el comienzo.
El banco de tumores, o biobanco, almacena muestras que pueden ser reutilizadas para estudios a futuro. Pero ese no es el único elemento. La muestra debe ser guardada junto con la historia clínica de cada paciente para saber a qué tratamientos se sometieron y, en caso de haber fallecido, por qué motivos.
“Los bancos son un cambio de paradigma en el tratamiento de cáncer porque cada vez más las sociedades tienen cánceres que le son bastante propios. Hay poblaciones que tienen ciertos tipos de cánceres más que otras, y esto tiene que ver con factores genéticos que los bancos permiten estudiar. Gracias a esto vamos a poder entender la genómica de los uruguayos”, dijo a El Observador Álvaro Luongo, director del INCA.
El biobanco que tendrá el INCA, al que decidieron llamar Banco de Vida, permitirá que la información genética sobre el cáncer se almacene y estudie. Con esos estudios se podrá llegar a diagnósticos y tratamientos más certeros, en todos los tipos de cáncer.
El INCA pudo acceder a un centro de este tipo gracias a donaciones. La primera la realizó la La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), que donó más de US$ 100.000 para las heladeras que conservan las muestras.
Ayer, el instituto brasilero A.C. Camargo, que posee uno de los bancos de tumores más grandes de Latinoamérica, donó los programas necesarios para analizar las muestras y poder llegar a conclusiones certeras. Ese software dará la posibilidad para que Uruguay pueda intercambiar información con otros países, como Estados Unidos o Brasil, porque utilizan el mismo sistema.
La idea del Banco de Vida es que complemente sus servicios también a nivel nacional, compartiendo información con el Hospital Militar y con otras instituciones, tanto públicas como privadas.
El centro funcionará en el laboratorio de anatomía patológica del INCA y estará a cargo de patólogos, especialistas clínicos, pero también ingenieros en computación.
Según Luongo, la pregunta más importante en cuanto al cáncer no es cuánto incide en una sociedad, sino por qué se da esa incidencia. “Quizá la respuesta esté en la genómica nuestra”, sostuvo. Hoy no existe una respuesta clara para todos los tipos de cáncer. Precisamente, el objetivo princial del Banco de Vida es contar con el por qué del cáncer en los uruguayos.
