Instituto de Derechos Humanos denunció serias carencias en Aldeas de la bondad

Luego de las denuncias sobre ese centro de Salto en convenio con el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y que en 2016 tomó visibilidad tras la muerte de cuatro pacientes que fueron trasladados a Montevideo, el INDDHH realizó el pasado 21 de marzo una visita al lugar en el que constató violaciones a los derechos humanos de las personas allí atendidas, informó el portal Ecos.

Según constató el Mecanismo Nacional de Prevención de esa institución, "desde el centro se da por entendido que las personas discapacitadas que llegaron allí fueron 'abandonadas' por sus familias y que permanecerán toda su vida en esa institución, bajo su cuidado". Así, no se promueven los vínculos familiares y se trata a los pacientes como niños.

Las nueve personas que padecen parálisis cerebrales severas son apodados como "los siempre niños". Mientras que las otras 47 personas que tienen una discapacidad moderada se apodan como "los pillos" o "los caminantes", si se hospedan en la casa más grande.

Esos apodos, indica el informe, son "en sí mismos calificativos estigmatizantes y dan cuenta de un enfoque de infantilización de la discapacidad naturalizado". Se desconoce entonces a las personas como "sujetos de derechos, desde su autonomía y su potencialidad", explica el documento.

"En muchas ocasiones personal de cuidado del centro va hasta la oficina de administración y llama a los pacientes, pero fingiendo ser un familiar –relata el informe-. De esta forma, sostienen, los mantienen con la ilusión de que sus familiares se siguen preocupando por ellos". Una situación que es naturalizada y relatada como una buena intervención.

El informe asegura por otra parte que durante la visita, en la sala donde se alojan las personas con parálisis cerebrales severas, había pacientes "desplazándose por el piso con movimientos de gateo o reptación" y otros sujetos a sillas con cuerdas, aunque no estaban agitadas. Un método usado par aprevenir intentos de agresiones.

También describe la existencia de camas viejas, muy altas, sin colchones especializados para personas con problemas de movilidad, pacientes durmiendo en cunas, escaleras en mal estado que comunican con los cuartos, un cementerio en el ingreso del centro para los "niños que van muriendo" y un galpón con cría de cerdos donde trabajan algunos internos completan la escena descrita por el INDDHH.

Esas situaciones hacen que las personas "logicamente vayan empeorando su situación", dijo a Radio Uruguay una de las directoras del INDDHH, Mirtha Guianze.

El Instituto de Derechos Humanos recomienda cerrar ese centro de Aldeas de la bondad y que sean trasladados a un lugar donde reciban una atención adecuada a la Convención Internacional sobre la discapacidad.

Además, se debería "reparar los daños ocasionados hasta el momento a las personas usuarias por los déficits en atención" y poner a su disposición profesionales para que tengan una atención adecuada.

El informe afirma que el centro Aldeas de la bondad tiene la habilitación del MSP y ha tenido observaciones, aunque fueron levantadas.