El titular de la Cámara de Representantes del Congreso de
Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, dijo ayer lunes en una teleconferencia con legisladores que no defenderá ni hará campaña por
Donald Trump, lo que se sumó a una larga lista de miembros del partido que le están dando la espalda al polémico millonario.
Ryan "dijo que no defenderá ni hará campaña con él en los próximos 30 días", señaló una persona que participó de la teleconferencia.
Sin embargo, de acuerdo con la fuente, Ryan no llegó a retirar su apoyo a la candidatura de Trump, con quien desde el inicio de la campaña mantiene una relación evidentemente tensa.
La misma fuente añadió que la conversación dejó la impresión de que Ryan (el político republicano con el más elevado cargo electivo en la actualidad) ya daba como un hecho consumado la victoria de
Hillary Clinton en las elecciones del 8 de noviembre.
Ryan "dijo que dedicará toda su energía para evitar que Clinton reciba un cheque en blanco con un Congreso de mayoría demócrata", comentó la fuente.
Además, aparentemente Ryan dio luz verde a los legisladores que participaban de la teleconferencia para que rompan lazos con Trump. "Ustedes deben hacer lo que sea mejor para ustedes en sus distritos", dijo Ryan a sus interlocutores, de acuerdo con la fuente.
La vocera de Ryan, AshLee Strong, indicó que el líder parlamentario estará "concentrado en proteger la mayoría republicana" en el Congreso.
La campaña de Trump, que desde el inicio generó polémicas, alcanzó un momento crítico el viernes tras la divulgación de una grabación de 2005 en la que se jactaba de utilizar su condición de persona famosa para abusar de mujeres sexualmente.
Numerosas e importantes figuras del Partido Republicano anunciaron públicamente su ruptura con la candidatura de Trump, al tiempo que aumentaron las presiones para que el polémico millonario abandone la campaña. El excandidato presidencial y actual senador republicano John McCain le retiró su apoyo. El exgobernador de California, Arnold Schwarzenegger, hizo lo mismo.
Tampoco cuenta con el respaldo de la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, además de numerosos legisladores y gobernadores de su partido.
Trump negó durante el fin de semana que se fuera a bajar de la candidatura.