Juez y fiscal piden aumentar penas para el tráfico de cocaína

"Hay ramas de carteles en Uruguay y para ellos el gran negocio es el tránsito de cocaína hacia Europa", dijo Valetti a El Observador. El juez prefirió no profundizar en el asunto ni brindar detalles sobre la forma en que operan los carteles porque las investigaciones en curso se desarrollan bajo estricta reserva. De todas maneras, vale hacer un poco de memoria para entender a qué se refiere el juez.

En diciembre de 2014, Valetti procesó con prisión a 14 uruguayos que integraban una organización de tráfico internacional de cocaína. Los uruguayos transportaban en veleros desde el mar Caribe hasta las costas españolas una tonelada de cocaína pura en cada viaje y recibían a cambio US$ 270 mil. No se trata de un caso aislado. Un año antes, en noviembre de 2013, el Tribunal de Apelaciones Penal de Segundo Turno condenó a 13 años y medio de prisión al croata Anastazije Martincic, propietario de un yate que estaba anclado en noviembre de 2009 en el Yacht Club de Santiago Vázquez con dos toneladas de cocaína.

La cocaína sigue siendo la droga que más dinero genera a los grandes carteles. La droga se cosecha y procesa en Colombia, Perú y Bolivia e ingresa a Uruguay principalmente por la frontera con Argentina para luego transportarla a Europa.

El narcotráfico es sancionado con una pena mínima en Uruguay de 20 meses de prisión, por lo que es un delito excarcelable. De todas maneras, la mayoría de los narcotraficantes de cocaína que atrapa la Policía terminan en la cárcel. La posibilidad de lograr una pena blanda existe pero se esfuma.

Una comisión analiza el tema

La ley es más dura con los traficantes de pasta base que con los narcos que venden cocaína. La ley 19.007, aprobada en noviembre de 2012, les impuso una sanción mínima de 24 meses de prisión para los vendedores de pasta, lo que obliga a los jueces a encarcelarlos. Sin embargo, no existen en Uruguay instrumentos en el Instituto Técnico Forense (ITF) que distingan científicamente a la pasta base del clorohidrato de cocaína. El grado de impureza puede llegar a ser tan alto que el análisis de la droga incautada resulta ambiguo. Grosso modo puede hacerse la distinción en la mayoría de los casos, pero no con el rigor científico necesario. Por ello, la ley 19.007 no se aplica.

Una comisión integrada por jueces penales, Policía Científica y el ITF analiza la forma de aplicar la ley 19.007. Técnicos del ITF viajaron a Estados Unidos el mes pasado para informarse acerca de técnicas y equipos que permitan distinguir la pasta base de la cocaína, informaron integrantes de la comisión a El Observador.

Por su parte, Valetti propone un atajo: "Aumentar las penas para el tráfico de cocaína solucionaría este problema". A su vez, evitaría que un juez procese sin prisión a un traficante de pasta base.

Consultado por El Observador, el fiscal Rodríguez coincidió en que aumentar las penas para los traficantes de cocaína puede ser una manera de solucionar el asunto. Además, en un país en el que la marihuana y la pasta base concentran la atención política y mediática, el aumento de penas para los traficantes de cocaína sería una señal para destacar el impacto que tiene esta droga en el crimen organizado.

Por Uruguay pasan cada año kilos y kilos de cocaína hacia Europa. Las incautaciones rondan las dos toneladas por año. Pero este también es un país de consumo. Algunos kilos pasan y otros entran por las narinas de los uruguayos. La Sexta Encuesta Nacional en Hogares sobre Consumo de Drogas, que se realizó a fines de 2014, reveló que 1,6% de los encuestados consumió cocaína en el último año, lo que representa unos 27 mil uruguayos.