Kanye West, el artista al que todos aman odiar

Este domingo, cuando el rapero y productor estadounidense Kanye West suba al escenario de los MTV Video Music Awards (VMA), no será para truncar un discurso de agradecimiento ajeno. En esta nueva edición de los premios, el artista ascenderá la escalinata gustoso, sabiendo de antemano que recibirá la distinción máxima otorgada por el canal televisivo: el MTV Video Vanguard Award.

Con el objetivo de premiar a músicos y directores por sus videos musicales, el galardón ha reconocido a grandes, como Michael Jackson, The Beatles, Madonna, Justin Timberlake y Beyoncé. Aunque es discutido el valor revolucionario de los videos de West en la "cultura MTV" o su rol como elementos definitorios de su figura artística, el rapero ha demostrado un interés continuado en generar piezas audiovisuales que llamen la atención. Para eso, ha contratado a grandes del rubro, como Spike Jonze y Michael Gondry, y ha asumido él mismo la labor de director.

Sin embargo, las discusiones generadas en torno al otorgamiento de este premio, más que revelar alguna verdad escondida sobre el artista, permiten ilustrar una de las tantas aguas que West ha dividido. Luego de que su carrera se iniciara en la producción musical, con colaboraciones con Alicia Keys, Janet Jackson y Jay-Z, West firmó un contrato discográfico propio. Con un estilo multidimensional marcado por la incorporación de samples de distintos géneros e instrumentación variada, las decisiones artísticas de West han pavimentado un camino más alternativo dentro del rap, pero no han generado tanto revuelo como aquello que hace fuera del estudio.

"Dios me eligió. Él hizo un camino para mí", afirmó en 2009, para luego compararse con figuras como Andy Warhol, William Shakespeare y Leonardo da Vinci en declaraciones que han inspirado admiración, risas y odios por igual.

Además de ser poseedor de un ego irreverente, las opiniones radicales de West no solo se aplican a él mismo, sino que también han servido para reclamar el lugar que merecen sus colegas, lo que lo impulsó a interrumpir a Taylor Swift en los VMA 2009 y a casi repetir la hazaña en los Grammy de este año con Beck.

El rapero, sin embargo, tiene los números que respaldan ese ego. Es uno de los artistas que más han vendido –con 21 millones de álbumes y 100 millones de descargas–, ha acumulado 21 premios Grammy y ha estado entre las 100 personas más influyentes de la revista Time en 2005, 2011 y 2015. West también ha ingresado con éxito en el mundo de la moda a través de colaboraciones con las marcas francesas Louis Vuitton y A.P.C., entre otras, y mediante su propia línea para Adidas, Kanye West x Adidas, que se convirtió en una de las más esperadas de esta Semana de la Moda de Nueva York.

Su visibilidad pública, su estilo musical e incluso su mediático matrimonio con Kim Kardashian lo han llevado a ser blanco de críticas que contraponen su figura a un rap o hip hop más purista. A estas voces, y a las que critican su excesivo ego, West respondió como mejor sabe, equiparándose con los grandes. "Cuando alguien viene y dice algo como: 'Yo soy un dios', todo el mundo dice: '¿Quién se cree que es?'. Te acabo de decir quién era. Un dios. ¿Hubiese sido mejor si tuviera una canción que dice: 'Soy un gangster' o 'soy un chulo'? Todos esos colores le quedan mejor a una persona como yo, ¿no?".

Stronger. Este video de 2007 fue dirigido por uno de los realizadores más destacados del hip hop y el rap, Hype Williams.

Flashing lights. Con un ritmo ralentizado, este video codirigido por West y Spike Jonze es una de las tres versiones que se lanzaron del mismo tema.

Monster. Con una estética propia de filmes de terror y modelos muertas, el video de Jake Nava advierte, desde el principio, no ser misógino.

Runaway. En esta oportunidad, West tomó el rol de director para crear una pieza inspirada en Stanley Kubrick y Federico Fellini. El video tuvo versiones extendidas, recortadas y fue presentado como mediometraje.