La aclaración blanca que oscurece

Lo que sostiene la columna fue avalado por al menos dos operadores del sistema judicial. En primer lugar, el homicidio tiene un agravante genérico que, si existe voluntad del juez, se puede aplicar como agravante específico del homicidio. Pero aunque si no fuera así, si no se quiere esperar por la voluntad de un juez, el artículo 312 del Código Penal ya dice lo que los blancos quieren que se vuelva a decir en un nuevo presunto proyecto. Ese artículo establece como agravantes "muy especiales" que el homicidio se cometa "para preparar, facilitar o consumar otro delito, aun cuando éste no se haya realizado" o " Inmediatamente después de haber cometido otro delito, para asegurar el resultado, o por no haber podido conseguir el fin propuesto, o por ocultar el delito, para suprimir los indicios o la prueba, para procurar la impunidad o procurársela a alguno de los delincuentes".

Resulta evidente, y los firmantes lo aclaran en su misiva, que la propuesta de contemplar a los trabajadores ante un homicidio refiere a los que se cometen en el transcurso de una rapiña (no están pensando en ajustes de cuentas o problemas familiares), con lo cual este artículo ya fija el agravante máximo para tal posibilidad. No es posible aumentar ese agravante, salvo que se quiera ser redundante en su penalización.

Pero hay algo peor: el artículo 312 contempla a todos los posibles asesinados en el transcurso de una rapiña (el almacenero y sus clientes) mientras que la propuesta de los blancos haría una discriminación intolerable entre comerciantes y clientes.

Los legisladores blancos pueden pedir a la Justicia los procesamientos de homicidios cometidos en el transcurso de asaltos. Van algunos ejemplos apenas:

El 2 de febrero la jueza de Rosario, María Elbia Merlo, procesó por homicidio a un hombre que, como había querido robarle la bicicleta a la víctima incurrió a juicio de la magistrada en el numeral 4 del artículo 312, por tanto el homicidio fue especialmente agravado ya que lo cometió para "preparar, facilitar o consumar otro delito, aun cuando éste no se haya realizado".

El 10 de marzo el juez de Paysandú Fabricio Cidade le tipificó homicidio especialmente agravado al asesino de un comerciante.

El 23 de setiembre de 2015 la jueza Julia Staricco le tipificó homicidio muy especialmente agravado al asesino de un pizzero.

El 3 de setiembre la jueza de Toledo Patricia Ferreira procesó a un hombre sin antecedentes por homicidio especialmente agravado también porque recaía en el numeral 4 del 312.

El 31de agosto el juez Carlos García Guaraglia procesó al matador de un taximetrista y le tipificó homicidio muy especialmente agravado porque recaía en los numerales 4 y 5 del artículo 312.

Se podría seguir citando fallos que muestran como lo que quieren hacer los blancos ya está hecho.

Un fiscal consultado a estos efectos, dijo: "No hay una hipótesis en que una muerte cometida en el curso de una rapiña o después de perpetrada, no sea homicidio muy especialmente agravado, y tenga la penalidad máxima".

Pero en un intento por ratificar esta idea consulté al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique quien afirmó: "Planteado así como la creación de un delito específico para los trabajadores parece que eso ya está tipificado en el artículo 312 que establece la gravedad especial para todos, para un eventual comerciante y sus clientes".