Contenedores de residuos.

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La basura en casa: la contracara de tener un barrio limpio

Con contenedores familiares, 20 mil vecinos se hacen cargo de sus residuos
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27 de marzo de 2016 a las 05:00

Si cualquier persona camina por algunos barrios de Canelones y tiene algún envoltorio, botella o paquete que quiera desechar, puede que no encuentre un lugar donde hacerlo. En todo caso deberá caminar unas cuantas cuadras hasta ubicar algún contenedor público o de lo contrario tendrá que guardarse los residuos hasta llegar a destino.

En 2013, la Intendencia de Canelones puso en marcha un plan de reconversión hacia los contenedores individuales, lo que implica que cada familia tenga que hacerse cargo de sus desperdicios y sacarlos a la calle apenas unas horas antes de que pase el camión recolector.

En principio, las virtudes del sistema saltan a la vista. El hecho de que los residuos no estén en la vía pública elimina la posibilidad del mal olor o que la basura termine desparramada por todos lados a raíz de la rotura de bolsas. Tampoco deja oportunidad a quienes se les pasa por la mente vandalizar los contenedores, como sucede en las ciudades en las que se ubican en plena calle. Incluso la propia ausencia de contenedores hace que la zona se vea más despejada: basta caminar por Pinar Norte o de Solymar para notarlo.

La comuna lleva repartidos unos 20 mil contenedores familiares en casas del norte de Ciudad de la Costa, Soca, Paso Carrasco, Tala, Las Piedras, Cerrillos, San Antonio y Santa Lucía, Progreso, Colonia Nicolich, Salinas, La Floresta y San Antonio. Allí, cada familia debe guardar el recipiente en su casa y sacarlo únicamente tiempo antes de que pasen a recoger la basura.

"El primer objetivo siempre fue el de la ciudad cada vez más limpia. Tenemos un seguimiento en las zonas que están y el resultado es muy bueno", dijo a El Observador el director de Gestión Ambiental de la comuna canaria, Leonardo Herou.

La idea de este sistema de recolección surgió a partir de mirar las experiencias en País Vasco, en Toronto y en Chile, donde, según el jerarca, ha dado buenos resultados.

En todos lados

Cada contenedor cuesta en promedio US$ 30 y el objetivo de la administración canaria es que para el final del quinquenio se hayan repartido 80 mil unidades en diferentes puntos de Canelones. La comuna pretende que el sistema se extienda a todo el departamento, salvo a los centros urbanos –como Pando o Las Piedras, por ejemplo– y a las zonas rurales, ya que en ambos casos la densidad de población haría casi imposible que el sistema funcionara.

"En Canelones estamos convencidos (de los beneficios de los contenedores familiares). Está previsto en el presupuesto y en todos los barrios nos apuran para instalarlos", manifestó Herou.

Una de las vecinas fanáticas de este sistema de recolección es Elvira Blanco Blanco, quien vive en Solymar y desde el año pasado tiene un contenedor en su casa. "Para mí es sensacional. Me resulta fantástico porque es de una practicidad muy grande", manifestó sin dudar a El Observador. Entre los beneficios señaló el hecho de no tener que caminar hasta la calle para tirar la basura. "Y lo más fantástico es que no te lo roben", agregó, en referencia a las horas que el recipiente queda en la puerta a la espera de que pase el camión a vaciarlo.

No tan limpio

Si bien Blanco Blanco no le encuentra nada negativo al contenedor individual, hay otros vecinos que no lo viven de igual modo y, por el contrario, hubiesen preferido que el sistema nunca hubiera llegado.

Al preguntar a Manuela Shaw sobre el funcionamiento, parece que a las contras ya las conociera de memoria. Desde 2009 que vive en Canelones, aunque hace pocos meses se mudó a El Pinar y tuvo que acostumbrarse a lidiar con sus propios residuos.

El problema que señala es que si por algún motivo el camión recolector no pasa o se saltea un contenedor, el vecino debe volver a entrar sus residuos y esperar al próximo turno de recorrida, que en algunos casos puede demorar hasta tres días.

Y entonces el mal olor, las moscas y hasta gusanos pueden aparecer en cualquier momento. Sobre todo en el verano, cuando los desechos se descomponen más rápido debido al calor.

Shaw también notó que no todas las personas están disponibles a la hora en que pasan a recoger la basura y por eso algunos vecinos la sacan a las calles desde temprano. Otras veces, el recolector solo vacía la mitad del tanque y en ese caso tampoco hay otra opción: la basura vuelve a casa.

A diferencia del sistema de contenedores públicos, en este caso cada dueño debe hacerse cargo de encontrarle un lugar y de limpiarlo cada tanto por lo que, sumado al resto de los contratiempos, a estas alturas Shaw extraña la época en que vivía en El Bosque y se desentendía del tema una vez que tiraba sus bolsas en los contenedores de la calle."Los contenedores azules los limpian cada tanto, esto lo tenemos que limpiar nosotros", dijo Shaw, quien consideró además que "entrar la basura a la casa no está bueno".

Cambio cultural

El director de Gestión Ambiental de Canelones consideró que los contenedores individuales implican cambiar ciertas normas de convivencia y que por eso no en todos los casos se reciben de igual modo.

Herou puso como ejemplo lo que sucedió a fin de año, cuando hubo varios días en que el camión recolector no pasó. Del lado sur de Ciudad de la Costa, donde todavía se usan los contenedores públicos, los vecinos sacaron sus bolsas y las tiraron igual, lo que provocó desbordes en varias zonas, con todo lo que eso significa para los barrios.

La ventaja del sistema unitario, remarcó, es que "se evita lo anónimo" y cada uno es responsable por la basura que genera en su hogar.

Pero el jerarca también admite que para eso la comuna tiene que cumplir con el servicio de recolección, algo que por diversos motivos no siempre sucede.

Reciclables

Además de los contenedores individuales, cerca de 1.500 familias tienen un contenedor adicional para reciclables, por lo que deben separar la basura y sacar cada recipiente el día que le corresponde. El gobierno departamental quiere llegar a repartir 5.000 contenedores familiares para reciclar al final de este quinquenio.

Que vuelva el camión

La Intendencia de Canelones puso a disposición un número de celular para que los vecinos envíen mensajes de texto en caso de que el recolector no haya vaciado su contenedor. El director de Desarrollo Ambiental recibe el reclamo y lo reenvía al capataz de la zona para que el camión vuelva a pasar.

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