“Cuando era joven ser anti-estadounidense era no tomar Coca Cola. Ahora que maduré, he descubierto que no hay nada mejor que tomar una Coca-Cola fría al despertar por la mañana”, dijo en un reportaje poco antes de llegar a la presidencia de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva en 2003.
El ex obrero sindicalista, que emergió al inicio del milenio como lucero moral del mundo en desarrollo y bajo estrictas reglas capitalistas logró sacar de la miseria a millones de compatriotas -ayudado por un auge de las materias primas que le reportó jugosos recursos, al igual que a buena parte de los países de América Latina- cayó en desgracia, al igual que la actual mandataria y su delfín político, Dilma Rousseff.
Ambos se han visto envueltos en escándalos de corrupción para favorecer a empresarios con el dinero del pueblo. El más elocuente es del gigante petrolero estatal Petrobras, pero no el único mediante el cual empresarios amigos lucraban con multimillonarios contratos de obra pública.
En tanto, en Argentina la televisión mostró esta semana varios videos que revelaron cómo de manera descarada el matrimonio Kirchner se enriqueció durante sus 12 años en el poder (apenas uno de ellos se puede ver aquí:https://www.youtube.com/watch?v=6SDBl3aHyeo)
¿Y por casa?
Como no podía ser de otra forma, el expresidente uruguayo José Mujica visitó la ciudad de Buenos Aires y habló sobre la crisis que vive Brasil, y sobre los problemas que atraviesan los procesos progresistas de la región.
En una charla con la prensa, defendió enfáticamente al expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, de quien dijo que cree en su inocencia y que "tiene una historia que lo santifica".
El Pepe, como lo llaman en Uruguay, recordó, según una nota de El Cronista, el origen humilde del líder metalúrgico brasileño y dijo que ello "lo redime". Afirmó que piensa que "lo están castigando" y que no quieren que sea candidato presidencial "porque tiene mucho arraigo popular". Lo hizo durante un evento de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo donde fue reconocido con el título "Honoris Causa", y en el que se refirió al proceso de regresión de los movimientos progresistas de la región, ante un auditorio lleno de militantes y ex funcionarios kirchneristas.
Al respecto dijo, casi como una arenga, que "hay que recuperar fuerzas y volver a empezar", reportò El Cronista.
"Si perdimos es porque alguna pifia tuvimos; no hay que ser soberbios", sostuvo .
No debe llamar la atención que Mujica defienda con vehemencia a sus ex camaradas cuando encabezó el peor gobierno de Uruguay desde la restauración democrática en términos de lo que tuvo (amplio respaldo político, popular y la caja rebosante de dinero como nunca en la
historia) y lo que logró, poco y nada, más allá de su fulgurante fama internacional.
Además, estuvo detrás directamente o a través de hombres de su confianza en el escandaloso quiebre de Pluna, que no terminó en manos de quien había elegido solo porque existe en Uruguay -como en Brasil- prensa independiente, y la mala gestión de la petrolera ANCAP, en la que le cupo gran responsabilidad al hijo de su extinto amigo "El Bebe".
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