La Caja de Profesionales planteó ajustes para asegurar viabilidad

A mediados de 2016 la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (Cjppu) eliminó algunas prestaciones extraordinarias que brindaba para atacar desequilibrios en sus números.

Ahora el directorio saliente de la institución elaboró un anteproyecto de reforma de la ley orgánica que data de 2004 y cuya modificación requiere iniciativa del Poder Ejecutivo.

La propuesta tiene por objetivo asegurar la viabilidad de la caja por 20 años. Para ello se establecen modificaciones en la escala de aportes, los cálculos jubilatorios y la tasa de reemplazo (el porcentaje del sueldo que se cobra al momento retiro), entre otros cambios.

"La opción que se tomó no es cambiar la ley, sino hacerle los menores ajustes posibles para que el cambio sea más rápido", dijo a El Observador el presidente saliente de la caja, Álvaro Correa.

El borrador propone que el sueldo básico jubilatorio (monto base al que se aplica la tasa de reemplazo para calcular la asignación de la jubilación) tome el promedio de los aportes de los últimos nueve años, en lugar de los últimos tres años como se hace en la actualidad.

Además, establece que se deberá tomar como referencia "para alcanzar las actuales asignaciones jubilatorias" aportes por 35 años para acceder a una tasa de reemplazo de 50%, que prevé mejoras de 2% (hoy es de 3%) para causales entre 61 y 64 años. Se mantiene el 3% para causales de 65 años o más.

Quienes decidan jubilarse antes con 30 años de aportes lo podrán hacer percibiendo pasividades menores (tasa de reemplazo de 45% en lugar de 50%). En ese sentido, se propone que esto no aplique para los afiliados que al momento de entrada en vigencia de la modificación estén próximos a jubilarse y alcancen la suma de 80 entre edad y años de servicio (ejemplo 55 años de edad y 25 de aportes).

En relación a la escala de aportes, se mantienen las 10 categorías de sueldos fictos que hoy existen, pero se establece la categoría 4 como la mínima obligatoria. De esa manera, los profesionales necesariamente deben avanzar hasta dicha categoría, como lo era antes de la reforma legal de 2004.

Una buena parte de los cotizantes aportan hoy en la categoría 2 porque la ley así lo permite. Eso implica una jubilación menor, pero también menos aportes que categorías más elevadas. Al haber cada vez más trabajadores que optan por quedarse en la segunda categoría, la Caja de Profesionales se está financiando con un promedio de aportes de unos $ 8.000 por cotizante, pero debe solventar pasividades promedio de $ 50 mil.

También se plantean modalidades especiales de aportes en las categorías 2 y 3 para jóvenes con bajos honorarios. Además, se considera la posibilidad de que el profesional pueda retroceder y aportar en categoría 4 hasta tres semestres a lo largo de su carrera y luego volver a la categoría donde se encontraba. Eso para situaciones de bajas en los niveles de carga laboral. La propuesta en su conjunto quedará a disposición del nuevo Directorio que asumirá en las próximas semanas, para que la coloque a consideración del colectivo en caso de estimarlo conveniente, explicó Correa.

En 2015 el déficit operativo de la caja había sido de $ 600 millones y en 2016 ascendió a $ 800 millones. Los ingresos crecieron 8% y alcanzaron los $ 8.100 millones, mientras que los egresos aumentaron 16% hasta $ 8.600 millones en la comparación interanual.

Hasta hace algunos años, la caja pagaba los beneficios de seguridad social e incluso daba ganancias que engrosaban las reservas. Actualmente equilibra sus números con ingresos adicionales generados por ese colchón de capital (unos US$ 400 millones), que ha dejado de crecer.

Si bien hasta la fecha no hubo que recurrir a esos fondos para pagar prestaciones, la tendencia marca que es una posibilidad cierta en la medida en que no se generen nuevos cambios, según Correa. Hoy la caja tiene unos 58 mil aportantes que financian unos 15 mil pagos entre jubilaciones y pensiones.